Lily Collins, la hija de Phil Collins que triunfa a pesar de su padre
La actriz se perfila como la sucesora al trono de Sarah Jessica Parker con la serie ‘Emily in Paris’ y acaba de comprometerse con el director Charlie McDowell
Carrie Bradshaw ya tiene quien la sustituya. Tras 16 años del final de Sexo en Nueva York, la primera serie que se atrevió a hablar del amor y de la sexualidad de la mujer sin tapujos —eso sí, con mucho glamur y un estilo de vida al alcance de muy pocas—, su creador, Darren Star, ha estrenado este mes Emily in Paris. Lily Collins es la protagonista de esta comedia romántica, más azucarada que su predecesora, y ya se escucha que la actriz de 31 años está destinada a ser la sucesora al trono de la moda dejado por Bradshaw, el personaje de Sarah Jessica Parker que cautivó a toda una generación.
El personaje de Collins cambia las columnas en la prensa por las redes sociales y el marketing y el amor a la ciudad de Nueva York por la de París. Pero lo que sí permanece inalterable en ambas producciones son los looks espectaculares de la mano de la estilista Patricia Field, que han contribuido a que la serie permanezca entre lo más visto de Netflix desde su estreno. La relación de Collins con la moda no es algo nuevo. Karl Lagerfeld la retrató para las campañas de 2014 y 2015 de la firma de punto escocesa Barrie Knitwear. El diseñador de Chanel y la actriz británica se conocieron en 2013 durante el desfile Métiers d’Art celebrado en Dallas, y en ese primer encuentro Lagerfeld le ofreció ser la protagonista de la campaña.
Pero no todo han sido eventos de alfombra roja y fiestas en la vida de la intérprete. Collins es la tercera de los cinco hijos del ex cantante y batería de Génesis Phil Collins, y la única de su segundo matrimonio con Jill Tavelman. La relación con el músico ha marcado la vida de la intérprete, quien en numerosas ocasiones ha destacado que su padre “nunca llamó a un productor, a un director, a un agente, a nadie”. “No quise. Prefería que fuera por méritos propios”, insistió en una entrevista a EL PAÍS en 2017. “Fue mi madre quien metió lo mejor del Hollywood dorado en mi cabeza”, resaltó. Cuando la actriz tenía cinco años el matrimonio se rompió y madre e hija dejaron Reino Unido y se trasladaron a Los Ángeles.
“Todos tomamos nuestras decisiones, y aunque no excuso las tuyas, al final del día no podemos reescribir el pasado”, escribió Collins sobre su padre en el libro Unfiltered: No Shame, No Regrets, Just Me (Sin filtros: sin vergüenza, sin arrepentimientos. Solo yo, en español), publicado en 2017. “Estoy aprendiendo cómo aceptar tus acciones y a verbalizar cómo me hacen sentir. Acepto y honro la tristeza y la ira que sentí sobre las cosas que hiciste o no hiciste, que me diste o no me diste”.
Lo que ha conseguido a lo largo de su carrera ha sido sin ayuda de su padre, pero también sin ocultar su apellido. La primera oportunidad de Collins en la industria del cine le llegó hace una década en Un sueño posible, donde interpretaba a la hija de Sandra Bullock —quien logró el Oscar a Mejor actriz por su interpretación en la película—. Hasta ese momento, Collins, quien estudió Periodismo en la Universidad del Sur de California, había alternado los castings con la publicación en revistas como Teen Vogue y Elle Girl. Pero en 2009 llegó su oportunidad y desde entonces no ha parado de actuar en una trayectoria que se caracteriza por alternar proyectos populares con otros títulos más arriesgados. En 2012 protagonizó junto a Julia Roberts Blancanieves (Mirror, mirror). Tras este llegaron otros como Cazadores de sombras: Ciudad de hueso, Los imprevistos del amor, La excepción a la regla —dirigida por Warren Beatty y por la que fue nominada al Globo de Oro—, Okja —de Bong Joon Ho— y Hasta los huesos.
En este filme de 2017 Collins interpreta a una estudiante de arte con anorexia que comienza un tratamiento poco convencional en un centro que dirige un médico al que interpreta Keanu Reeves. La actriz se sintió especialmente identificada con este proyecto. En la colección de ensayos que publicó en 2017 reveló que sufrió anorexia y bulimia, algo que relacionó con “el dolor y la confusión” que rodearon al divorcio de su padre con su tercera esposa, Orianne Cevey. “Muchas de mis inseguridades más profundas tienen su origen en estos temas de mi padre”, reflexionó la intérprete durante la promoción del libro a la revista Modern Luxury.
Tras pasar 2008 por un divorcio valorado en 30 millones de euros, el cantante y Cevey retomaron su relación en febrero de 2016. Sin embargo, la semana pasada han vuelto a ser noticia tras la publicación en TMZ de que el músico ha presentado un aviso de desalojo de la casa que compartían en Florida después de que Cevey se volviese a casar en agosto. Según el portal de noticias, ella se ha negado a dejar la vivienda y acusa con publicar acusaciones falsas sobre él a menos que renegocien el acuerdo de divorcio.
A pesar de los problemas del músico, la actriz parece haber dejado todo esto atrás. “Te perdono por no haber estado siempre que te he necesitado y por no ser el padre que esperaba”, escribía en el libro. “Te perdono los errores que has cometido. Y aunque parezca que es muy tarde, no lo es. Aún hay mucho tiempo para seguir adelante”. Tras haber sido pareja de algunos de los hombres más deseados de Hollywood, como Zac Efron y Taylor Lautner, Lily Collins y el director de cine Charlie McDowell se comprometieron a finales de septiembre. “Llevo toda mi vida esperándote y ya no puedo esperar a pasar el resto de nuestros días juntos”, escribió la intérprete a sus más de 20 millones de seguidores en Instagram con una imagen en la que mostraba el anillo de compromiso.
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