El rey que fue camionero y protege a todos los maoríes
Tuheitia Paki es una figura clave en Nueva Zelanda y en la lucha contra el coronavirus. Trabajó en el Ejército y la construcción antes de reinar y su frágil salud abre los interrogantes sobre a quién designará para sucederle
La historia del rey de los maoríes de Nueva Zelanda, Tuheitia Paki, no sigue el mismo guion de poder y privilegio que la mayoría de las monarquías tradicionales. Cuando en agosto del 2006 su madre, la reina Te Atairangikaahu, le eligió a él (entre sus siete hijos) para sucederla en el cargo, Tuheitia Paki era el encargado de campus en una Universidad. Antes había conducido camiones y trabajado en la construcción y el Ejército.
El profesor de la Universidad de Auckland y experto en liderazgo maorí Jason King explica a EL PAÍS cómo su vida modesta le preparó para convertirse en líder de su pueblo. “Era una persona común y corriente que trabajaba de sol a sol para proveer para su familia, con las mismas preocupaciones que cualquier otro marido y padre hacia su esposa y sus hijos”, relata King. “La única diferencia entre antes y después de ser coronado es que ahora trabaja de forma incansable para todos los maoríes y no solo para su familia inmediata, y trabaja incansablemente para defender y mejorar las vidas de los miembros de todas las tribus maoríes y no solo la suya.”
Como miembro de la Commonwealth, Nueva Zelanda es una monarquía constitucional con la reina de Inglaterra como soberana. Pero en 1858 las tribus maoríes decidieron unirse bajo la figura de un monarca para detener la expropiación de tierras por parte de los colonizadores. El rey Tuheitia Paki es mucho más que una figura simbólica: los maoríes (que representan un 16% de la población) veneran esta institución que protege sus derechos dentro del país y les representa en la escena internacional, sobre todo en sus interacciones con la realeza británica. Cuando en el año 2014 los duques de Cambridge visitaron Nueva Zelanda, el rey maorí se negó a recibirlos porque solo habían asignado 90 minutos para reunirse con él. El príncipe Carlos y Camilla tuvieron que reparar el agravio causado en su siguiente viaje a las Antípodas, y esta vez reservaron toda una mañana para su encuentro con Tuheitia Paki.
El desaire del rey maorí a los duques de Cambridge no fue un gesto caprichoso. Para la comunidad indígena de Nueva Zelanda las ceremonias tradicionales, como el largo ritual de bienvenida para otro miembro de la realeza, son uno de los fundamentos de su identidad, porque refuerzan su sólido sentido de comunidad. Es por esta razón que la primera ministra Jacinda Ardern ha agradecido públicamente al monarca su apoyo en la lucha contra la covid, que obligó a los maoríes a cumplir con restricciones sociales sin precedentes.
El profesor Jason King pertenece a la misma tribu que el rey Tuheitia, y explica: “Cuando el gobierno publicó las directivas para Nueva Zelanda, el rey Tuheitia y sus asesores hicieron lo mismo e implementaron estrategias y procedimientos que tuvieron en cuenta las ramificaciones culturales y las inferencias que iban a afectar a las prácticas maoríes.”
Los maoríes respetan a su rey por sus esfuerzos en ayudar a los sectores más vulnerables. Entre sus proyectos más celebrados están las iniciativas para promover la reinserción de los presos maoríes, como la mejora en las condiciones de vida de las mujeres que tienen hijos durante su condena. Pero su reinado no ha sido fácil, y sus logros se han visto diezmados por los escándalos que han envuelto a su hijo mediano y posible heredero de la Corona: hace unos meses Korotangi Paki (que tiene 25 años) fue condenado a 100 horas de trabajo comunitario por violencia doméstica, su segunda sentencia después que en el 2014 le arrestaran por hurto y conducir bajo los efectos del alcohol.
El rey maorí tiene una salud frágil y ha revelado al público su lucha contra el cáncer y la diabetes, por eso el debate sobre la sucesión aflora periódicamente en los medios de comunicación. Tuheitia Paki tiene dos descendientes más que gozan de impecable reputación. Su hijo mayor ya asume muchos encargos reales y su hija menor ha sido reconocida por un dominio excelente de la lengua maorí y la kapa haka, sus danzas y canciones tradicionales.
La monarquía maorí no es hereditaria sino electiva. Tuheitia Paki puede designar a su favorito para sucederle, pero los líderes tribales votan y refrendan su selección. Para los maoríes la elección del futuro monarca es una decisión colectiva que recae sobre todo el pueblo, y ahora mismo cualquier de los tres hijos del rey es un candidato válido. Puede que la monarquía maorí no tenga poder constitucional, pero para la comunidad indígena de Nueva Zelanda es su institución más honorable: tiene que encabezarla alguien que provenga del pueblo y que sirva al pueblo, con la prioridad de seguir luchando por la identidad y cultura maoríes.
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