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Los Flores, una familia de artistas a la sombra de ‘La Faraona'

Las hijas de Lola Flores y Antonio González 'El Pescaílla', Lolita y Rosario, continúan el legado que les dejaron sus padres y su hermano Antonio, y que ya ha llegado a la siguiente generación

Familia Flores
Lola Flores y su marido Antonio con Lolita, que sopla las velas de su séptimo cumpleaños en la casa de la familia en Madrid. A su izquierda, su hermano Antonio Flores.Gianni Ferrari (Getty Images)

“Si me queréis algo, irse”. Fue la frase más mítica de Lola Flores. La cantante tuvo que lidiar así con la multitud de personas que abarrotaron la iglesia de la Encarnación de Marbella (Málaga) el 25 de agosto de 1983, el día del enlace de su hija Lolita con el empresario argentino Guillermo Furiase. Como recuerda la propia novia, ella no pudo casarse por la Iglesia, sino por la sacristía, pues fue precisamente en aquella sala del templo donde finalmente la pareja contrajo matrimonio ante los ojos de Dios.

La Faraona estaba entusiasmada con la boda de su primogénita. Fue ella quien eligió al padrino, Manuel Benítez, El Cordobés, y quien por la mañana se acercó a la iglesia para supervisar la decoración floral del altar. Lo que iba a ser una boda por todo lo alto, con más de 600 invitados, acabó con una novia con cara de angustia y una madre con un ataque de nervios que no podía parar de gritar a los presentes: “No se puede casar. Esto es una vergüenza”. Allí tuvo que intervenir la Policía Nacional y la Municipal, pues en el templo, con capacidad para 1200 personas, se llegaron a acumular hasta 5.000 personas entre invitados y admiradores de la familia. “Venía la gente de la playa, con los bañadores, las piscinitas...”, dijo hace seis años Lolita en el programa Amigas y conocidas, donde recordó que su suegra le comentó que nunca había visto a tanta gente desde que murió Eva Perón.

Lolita Flores y Guillermo Furiase, en el día de su boda, celebrada en la iglesia de la Encarnación de Marbella (Málaga), junto a los padrinos, Lola Flores y Manuel Benítez 'El Cordobés', en 1983.
Lolita Flores y Guillermo Furiase, en el día de su boda, celebrada en la iglesia de la Encarnación de Marbella (Málaga), junto a los padrinos, Lola Flores y Manuel Benítez 'El Cordobés', en 1983.efe

La boda de la propia Lola Flores con Antonio González, El Pescaílla, tampoco estuvo exenta de polémica. Los dos se enamoraron perdidamente estando él casado por el rito gitano con la bailaora Dolores Amaya, con la que tenía una hija, Antoñita. En un viaje a Italia, Flores descubrió que estaba embarazada y la pareja decidió pasar por el altar a pesar de las amenazas de muerte. Para evitar que aquel acontecimiento acabara como el rosario de la Aurora, la artista tiró de contactos y logró celebrar una boda el 27 de octubre de 1957 en El Escorial, con una veintena de invitados, embarazada de unos tres meses y a las seis de la mañana. Una vez en el altar, acompañados de sus padrinos, el productor de cine Cesáreo González y la actriz Paquita Rico, el sacerdote preguntó hasta en tres ocasiones si alguno de los presentes tenía algún impedimento a que ese matrimonio siguiera adelante, a lo que Flores replicó: “Cállese, padre, no vayamos a liarla a última hora”.

FAMILIA FLORES
Lola Flores y Antonio González, 'El Pescaílla', el día de su boda, en El Escorial, con sus padrinos, Paquita Rico y Cesáreo Gonzalez, en 1957.Matt Green

De aquella unión nacieron Lolita, Antonio y Rosario Flores, que en su hogar compartieron las cualidades artísticas de sus padres. La Faraona y El Pescaílla se conocieron trabajando para el cantaor Manolo Caracol. Durante 38 años su relación fue sentimental y profesional, pero la poderosa personalidad de la artista hizo sombra a su marido, que decidió permanecer en un segundo plano. Con ella vivió la fama, el éxito y el declive. Juntos superaron los problemas de Flores con Hacienda. La bailaora fue absuelta en 1989 de varios delitos fiscales por no haber realizado las declaraciones del impuesto sobre la renta entre los años 1982 y 1985. Aquello se solucionó, pero no todos vieron con buenos ojos que Flores pidiera en la televisión que cada español diese una peseta para hacer frente a la pena de 300 millones de pesetas que reclamaba la Fiscalía.

Aquellos años fueron difíciles para la familia, que permanecía pendiente del estado de salud de la matriarca, a la que en 1972 le habían diagnosticado un cáncer de mama. Se refería al tumor como “el hijoputa” y no consintió que le extirparan el pecho. Por aquel entonces también batalló contra las adicciones de su único hijo varón, al que estaba muy unida. Su marcha el 16 de mayo de 1995, tras 25 años luchando contra el cáncer, fue como un jarro de agua fría para Antonio Flores, que falleció dos semanas después de una sobredosis. “Mi hermano murió de amor”, aseguró Lolita en el programa Lazos de sangre.

Por delante tenía un futuro como cantante pero sobre todo como compositor. No dudaría y Siete vidas fueron algunas de sus creaciones, al igual que Alba, que dedicó a la hija que tuvo con la productora Ana Villa. La niña que con nueve años perdió a su padre es ahora la más popular de la familia gracias a sus papeles en series de gran éxito como Vis a vis y La casa de papel. Tanto ella como sus personajes enamoran al público por su mentalidad abierta, pues Alba Flores, de 33 años, siempre ha estado rodeada de personas de cualquier condición. “En las casas de mi gente siempre hubo mesas muy grandes, puchero para 20 personas de distintas culturas, géneros, capacidades, razas o sexualidades”, comentó a la revista Vanity Fair.

LOLITA Y ROSARIO FLORES
Rosario Flores y Lolita, durante una actuación en Miami Beach (Florida, EE UU), el año pasado.John Parra (Getty Images)

El fallecimiento de su padre fue una dura pérdida también para su tía Rosario. “Para mí ha sido lo peor que me ha pasado en mi vida, nunca me recuperaré de la muerte de mi hermano Antonio y siempre lo llevo conmigo”, explicó en el programa Mi casa es la tuya. Ambos hermanos componían juntos y la pequeña —que también hizo sus pinitos en el mundo del cine y trabajó con el director Pedro Almodóvar en Hable con ella— le ha homenajeado a lo largo de su carrera al versionar sus canciones o publicar temas inéditos del artista. Fuera del ámbito profesional, logra mantener a su familia en la esfera privada: su marido, Pedro Lazaga, y sus hijos, Lola Orellana —fruto de su relación con el argentino Carlos Orellana—, de 23 años, y Pedro Lazaga, de 14 años.

Más conocidos son los hijos de la primogénita de Lola Flores, especialmente la mayor, Elena Furiase, de 32 años. Al igual que su madre, que ganó en 2002 el Goya a la Mejor actriz revelación por la película Rencor, se dedica a la interpretación e hizo su debut en 2007 en la serie El internado. El año que viene se casará con Gonzalo Sierra, padre de su hijo Noah, de casi dos años. Un enlace por el que la prensa ha preguntado a Lolita, quien se ha hecho la sorprendida para mantener la discreción que ha caracterizado a la joven pareja y al resto de la familia en los últimos años, lejos de aquel verano de 1983 en el que su estrambótica boda protagonizó las crónicas de sociedad de la época.

ELENA FURIASE Y ALBA FLORES
Elena Furiase con su hijo Noah en brazos y su prima, la también actriz Alba Flores, en marzo de 2019 en Madrid . Europa Press Entertainment (Europa Press via Getty Images)


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