La familia real danesa deja Suiza por la expansión de coronavirus
La princesa Mary residía en el país donde estudian sus cuatro hijos
La familia real de Dinamarca regresa a casa desde Suiza debido al brote de coronavirus. Los cuatro hijos del príncipe heredero Federico y Mary Donaldson comenzaron un programa de estudio de 12 semanas en la Escuela Internacional Lemania-Verbier. Sin embargo, la familia anunció el jueves que iban a regresar a Dinamarca debido a la propagación del COVID-19.
“En vista del empeoramiento de la situación en Dinamarca al lidiar con la propagación de COVID-19, la pareja del príncipe heredero ha decidido que la familia se irá de Suiza”, ha anunciado la Casa Real en un comunicado. “El 6 de enero de 2020, sus altezas reales el príncipe Christian, la princesa Isabella, el príncipe Vincent y la princesa Josephine se embarcaron en un receso escolar de 12 semanas en Lemania-Verbier en Suiza. Por lo tanto, la estadía escolar se suspende con anticipación y los cuatro niños, cuando las instituciones públicas vuelvan a abrir en Dinamarca, continuarán sus estudios en Tranegårdskolen en Gentofte“.
La familia posó en Verbier cuando comenzó la estancia en Suiza. Fue entonces cuando un portavoz de palacio señaló el motivo del traslado. ”Con la estancia escolar, la pareja del príncipe heredero espera brindar a sus hijos experiencia en un entorno internacional", dijo en un mensaje en Instagram. Según su página web, la Lemania-Verbier International School “promueve el pensamiento crítico y la creatividad poniendo énfasis en el deporte para desarrollar la personalidad de cada niño y ayudarles a convertirse en líderes con conciencia social”. Mary Donaldson se quedó en Suiza con sus hijos mientras el príncipe Federico continuó en Dinamarca atendiendo a sus obligaciones. En este tiempo, el heredero ha sufrido un problema de salud al tener un accidente de esquí que requirió cirugía el mes pasado.
La estancia de la familia real en Verbier ha sido polémica ya que ha desvelado que los príncipes herederos poseen allí una propiedad que hasta ese momento el gobierno desconocía. La compraron hace diez años, pero no dieron cuenta de ello y la izquierda parlamentaria ha pedido explicaciones. El partido rojiverde Lista Unitaria se interesó en saber por qué “ningún ciudadano tenía idea de esta propiedad”. El servicio de información de la Casa Real se mantiene en silencio por considerarlo “un asunto privado”, pero ha aclarado algo que ha avivado aún más la polémica: La pareja alquilaba la casa a través de una inmobiliaria y se embolsaban el dinero. Ahora que todo ha salido a la luz, dejarán de hacerlo.
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