Menú semanal de El Comidista (10 a 16 de septiembre)

Si los chinos compran nuestro complejo vacacional más espantoso, nosotros contratacamos con una sopa tan pseudooriental como deliciosa.

Alá nos perdone por llamar "moruno" a un plato elaborado con los descendientes de Babe y además alcoholizado.

Están jugosas, están buenas, están de temporada y se pueden comer solas o combinadas. No hay fallo.

Si queréis convertir esta ensalada en un plato aún más sexy, probad a añadirle un huevo mollet: os hará olvidar todo lo malo de este mundo.

Una nada canónica versión de la fideuá valenciana que en lugar de marisco y pescado usa las setas como acompañamiento.

Obra maestra del minimalismo viejuno, el melón con jamón resiste los envites del tiempo. Dale una nueva oportunidad con dos versiones diferentes.

Es sencilla, baja en calorías y apta para intolerantes a la lactosa. Parte de esa base para tunearla al gusto del comensal.

El proceso de cocinado se parece un poco a los boquerones, y el acompañamiento de ajo, vinagre y aceite es idéntico.

Un dulce de origen medieval que lo petó grandemente hace siglos y que demuestra que por él no pasan los años y se mantiene lozano cual mozuela.

Un restaurante de Barcelona triunfa con una fastuosa tortilla que junta huevo, cruasanes desmigados y diferentes rellenos. Con nuestra receta puedes comprobar si el invento funciona o no.

La preparación más versátil del mundo se pone el kimono y se va de vacaciones acompañado por la soja, el sésamo, el wasabi y las algas.

Sí, las pepitas son un fastidio, y la piel a veces es tan dura que te podrías hacer una chupa con ella. Pero pocas frutas son tan dulces y frescas.

Fresca, cremosa, crujiente y bien aliñada: esta ensalada de legumbres, que se puede convertir en bocata cual Transformer, es una apuesta segura.

Una vuelta de tuerca al mar y montaña tradicional de la mano de Mateu Casañas, uno de los tres chefs del restaurante Compartir.

No creemos en la operación bikini post verano, así que rendimos culto al chocolate, la galleta y el plátano. Sin remilgos, pero también sin comerse medio kilo.

Llevar a buen puerto esta delicia no tiene más misterio que el de contar con un pescado fresco y unos tomates maduros de verdad.

Nos hemos hartado a brevas, sus hermanas sosillas, así que ahora toca darle a los higos, ricos en fibra y muchísimo más en sabor.

Una versión gustosa del tradicional Sunday roast británico con pollo de corral, verduras a cholón, gravy hecho en casa y un par de truquitos para el asado.

Recuperamos unos pasteles madrileños de principios del siglo pasado. Porque los postres en peligro de extinción son otra de nuestras especialidades.

La horchata combina bastante bien con algunas especias y licores, especialmente con la canela y el ron.