Menú semanal de El Comidista (4 a 10 de octubre)

Le damos un par de vueltas a la crema de calabaza definitiva para llevarla a Japón, gracias al sabor del miso y el sésamo.

El manido filete empanado puede tener otras vidas: aquí le damos una vuelta con una salsa de alcaparras, hierbas y limón. Para que animes la cena o te las des de cosmopolita, diciendo que has hecho Schnitzel.

Este tubérculo es uno de los ingredientes predilectos en el otoño nipón y, este postre, una de las formas más típicas y viejunas de prepararlo allí. Hay mil variantes de esta receta, pero todas están ricas.

La ensalada de col no es esa sopa aguachirlada que te ponen con la comida rápida: prepara en casa esta versión con apionabo y chirivía y descubrirás su frescura y crujiente originales.

Si tienes problemas con el brócoli porque de pequeño te lo preparaban demasiado cocido, con esta receta harás las paces con él en un segundo: se prepara al dente y lleva el añadido fresco del limón.

El kiwi está de temporada y es una de las frutas con mayor concentración de vitamina C. Ideal para hacerle frente al frío.

Una manera diferente de comer mazorcas frescas con el sello de garantía del chef David Chang, donde el cereal frito resulta muy ligero gracias al toque cítrico de la lima.

El secreto para triunfar con esta lasaña consiste en usar espinacas frescas, soltarse con las pasas y, sobre todo, que la bechamel sea ligerita.

Los buñuelos de viento se pueden comer sin rellenar, tan sólo espolvoreados con azúcar y canela. O repletos de nata montada, crema pastelera, trufa o mascarpone.

Inauguramos la temporada de cremas calentitas –o no, tú eliges– con una deliciosa combinación de sabores otoñal. Y encima es de color rosa, ¿qué más se le puede pedir a un plato?

Una marinada que potencie sus cualidades puede elevar el sabor y la textura de un pescado hasta la estratosfera. Estos salmonetes con ajo, jengibre, lima y soja lo demuestran al primer bocado.

Esta fruta es rica en pectinas y fibra, además de estar buenísima, así que aprovecha las que trae la nueva temporada.

El sabor suave del romanescu cocido al punto y el dulzor de la manzana se vienen arriba gracias a una mezcla de especias. Esta crema puede tomarse tanto caliente como fría.

En esta ocasión te lo servimos con pulpo asado, pero este sencillo puré de boniato tiene tantas variaciones como quieras. Si llevas hasta el límite su caramelización, cambia el cazo por el horno.

Recuperamos unos pasteles madrileños de principios del siglo pasado. Porque los postres en peligro de extinción nos dan casi la misma pena que las ballenas, los linces o los abejarucos.

El pato y el nabo se llevan de las mil maravillas. Para no complicarte la vida haciendo este plato, puedes recurrir a un confit de pato de bote o de lata.

Están jugosas, están buenas, están de temporada y se pueden comer solas o combinadas. No hay fallo.

Cocinamos la sémola de trigo con un sofrito que admite prácticamente cualquier verdura que tengamos a mano y la proteína que más nos guste. Se prepara en 15 minutos y puede servir como receta de aprovechamiento.

Aunque tiene un aspecto muy profesional, preparar esta tarta es tan sencillo como hacer una buena base de galleta y rellenarla con mousse de chocolate. La jugada se remata con unas castañas confitadas otoñales.

Los refrescos artesanos no tienen por qué ser malos para la salud. Esta limonada de jengibre es un buen ejemplo de que con frutas de temporada y agua con gas se pueden hacer en casa.

Pincha en el enlace y descárgate la plantilla de menú semanal de El Comidista. Podrás organizarte los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de toda la semana.