Menú semanal de El Comidista (23 a 29 de agosto)

Los platos únicos puntúan doble cuando el calor aprieta y las energías aflojan. Esta ensalada fresca viene con un truco para preparar una salsa cuya textura no tiene nada que envidiar a la mayonesa.

Una manera húngara de preparar pechugas de pollo y que queden jugosas y con mucho sabor: el milagro se lo debemos a una mezcla de crema untuosa, un par de especias y una cocción muy rápida.

Con estas temperaturas estivales, nada mejor para pecar que una tarta de queso fresca, con fruta de temporada y cero sudores.

No es en absoluto un hummus tradicional y se le podría llamar "legumbres trituradas con cosas". Pero esta versión más cremosa y potente dejará satisfechos a los entusiastas de este sanísimo aperitivo.

Nunca le echaríamos nata, nunca. Pero nos permitimos un 'crossover' con el aliño de la ensalada César para mejorar la receta clásica sin renunciar a la esencia.

Tanto higos como brevas son bien combinables: con jamón, mozzarella y avellanas están espectaculares, y al horno, todavía más.

Almendras, pan, aceite de oliva y vinagre son los cuatro ingredientes básicos de un antiquísimo plato cordobés, que viene a ser al ajoblanco lo que el salmorejo al gazpacho.

El tomate en verano alcanza su máximo esplendor. Es en esta estación cuando se puede disfrutar de su punto ideal y aprovecharlo en elaboraciones tan sencillas y ricas como la que hoy traemos.

Si no te asusta el bizcocho de zanahoria, que no te asuste este postre con berenjena: queda tierno, jugoso y es un poco más ligero que sus equivalentes convencionales.

El vino y el pimiento dan un leve giro a este plato de toda la vida. Sin grandes estridencias, sólo añadiendo un pequeño toque ahumado y ajerezado.

Un plato de clara ascendencia catalana pero cuya gracia está en un ingrediente tan andaluz como el oloroso: sencillamente insuperable.

Son perfectas para comerlas cuando te da el ataque de vagancia y pasas de pelar fruta, porque la piel no da cosica.

Muchas frutas, sobre todo las dulzonas, combinan bien con el queso feta, que por su parte es perfecto para ensaladas por su sabor salado y su facilidad para el desmigado. Los higos no son la excepción.

Un entrante que no empapuza a base de langostinos con una salsa aromática de aire tailandés. Se prepara en cuestión de minutos y tiene un coste más que razonable.

Lo más complejo que tiene este postre es encontrar crème fraîche en tu barrio. Si no, con petit suisse también se puede hacer.

Convertimos la shakshuka en un plato completo añadiéndole una buena cantidad de lentejas. Junto a las verduras sofritas y el huevo, nos darán una comida sabrosa y sana sin ensuciar más cacharros que una olla.

El melón es tu amigo durante el verano y se supone que, si huele, pesa y la base cede un poco al apretarla, estará bueno. Pero no es una ciencia exacta.

La salsa con atún, mayonesa y alcaparras que acompaña el plato italiano que suele acompañarse con ternera también está buenísimo con un corte tierno de pollo, brotes y metido entre dos panes.

Estos dulces, de herencia árabe y típicos de algunas regiones de España, viajaron hasta Argentina y allí les dieron un toque personal: ponerlos en forma de emparedado y añadirles su tan querido dulce de leche.

Esta receta está inspirada en las aguas frescas mexicanas: más ligeras y menos empapuzantes que un zumo y más apropiadas para beber en grandes cantidades o para acompañar comidas.

Pincha en el enlace y descárgate la plantilla de menú semanal de El Comidista. Podrás organizarte los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de toda la semana.