Menú semanal de El Comidista (1 al 7 de agosto)

Potenciamos la frescura de melocotones y albaricoques con un sutil toque de queso de cabra. Su punto salado le da vidilla al dulzor del melocotón.

Lo mejor de la huerta y lo mejor del mar se unen para ofrecer un aperitivo, primer plato o cena ligeros y con todo el sabor del verano.

Es muy sencillo de hacer, y mil veces más sabroso que los hielos industriales con colorante que venden en las tiendas.

Lo básico es la técnica de asado de la berenjena y la presencia de un líquido ácido y aceite en la marinada.

Este tataki utiliza una técnica oriental pero unos ingredientes muy mediterráneos, y le da la vuelta al tradicional para jugar a a favor del sabor.

¿Cómo saber si está maduro? Fácil: debe oler a melón, y la base -la punta opuesta a la del tallo- ha de estar un poco blanda.

¿Hasta el níspero de gazpacho? Esta crema fría es tan minimalista que no necesitarás ni tiempo, ni esfuerzo, ni cerebro.

El pollo en sí no tiene más misterio que el de ponerle unas hierbas, y la salsa está  inspirada en el romesco, aunque es mucho más rápida y veraniega. 

Con este calor, nada mejor que apagar el horno, y pecar con una tarta de queso fresca, con fruta de temporada y cero sudores.

Sabrá prácticamente igual utilices miso o anchoas para su vinagreta: lo realmente importante es que reine el equilibrio entre las lentejas y las hortalizas.

Un plato de mar y montaña que desmonta el mito de que no se pueden hacer sardinas en casa sin tener que darle a todo un baño previo de teflón.

Es pariente del melocotón y de la ciruela, tiene muy pocas calorías, y una buena cantidad de fibra que lo convierte en una fruta bastante saciante.

Pasta parece, calabacín es: unos 'calabaguetis' fríos con un pesto ligero que te reconciliarán con la mandolina.

La clave para que el invento funcione es no pasarse con la cocción de la carne. Aunque sea cerdo, vale la pena que quede un poco rosado por dentro.

La receta es más simple que una alpargata, y lo único que hay que cuidar es que el jarabe de la cocción no espese demasiado.

La parte más complicada de la receta es ahumar los arenques, pero eso por suerte no te toca hacerlo a ti.

¿Hay algo más veraniego que compartir una buena tarta salada con una ensaladita en la terraza o de picnic en el campo?

Esta receta posee todas las virtudes de la gastronomía de Sicilia: sencillez, ligereza, armonía y aprovechamiento de los sabores de los alimentos.

La manera chiquicientosmil de sacarle brillo al cuscús en una receta simple, sana y de temporada.

La cerveza apta para todos los públicos que refrescaba a los ídolos de la infancia de los nacidos en los setenta.