El futurismo decimonónico de la cocina 'steampunk'
¿Y cáspita, qué diantre es el steampunk?, os preguntaréis. Dejaré hablar a la Wikipedia, que se explica bastante mejor que yo: "Un subgénero literario nacido dentro de laciencia ficciónespeculativa que surgió durante ladécada de 1980a manos de escritores conocidos por sus trabajoscyberpunk.A día de hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural y no tan solo literario.El steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante y por lo general localizada enInglaterra durante laépoca victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía".
El steampunk me interesó porque se inspira en autores a los que leí con pasión en mi adolescencia, como H. G. WellsyJulio Verne. Ambos practican laficción especulativa, un género en el que los autores se basan en cosas que nunca han pasado para crear realidades paralelas a las que incorporan elementos fantásticos. Una de las principales del movimiento es basarse en una industria y una sociedad en la que no se ha amaestrado la electricidad, y el vapor sigue siendo la principal fuente de energía del mundo. Por eso los engranajes y la estética victoriana están tan presentes en la estética steampunk. Si os preguntáis que por qué las fantasías sobre una existencia casi alo amish tienen tanta presencia en internet, una plataforma de lo más presente y electrónica, ese es un misterio que yo tampoco he podido desentrañar. Y no creáis que es una cosa de adolescentes como lo de ser emo (ahora que lo pienso, lo de no que no existan adultos emo es más un deseo que le pido a Diosito que una constatación de la realidad), sino que hay familias enteras que abrazan el movimiento.
Y ahora es cuando diréis: "¡Caracoles! ¿Por qué diablos habla éste de una moda tan rara en un blog de comida?". Pues porque poco a poco la corriente fue trascendiendo más allá de la mera literatura y convirtiéndose en una tendencia gráfica, de moda, cinematográfica, televisiva (la grandiosa serie Doctor Who se considera uno de sus principales referentes) y, cómo no, gastronómica.
Investigando sobre el tema, di con el blog de Aaron, un chef con un grado en Culinary Arts y otro en Historia que aúna sus dos grandes pasiones en su proyecto The Steampunk Chef. Sus premisas estan claras en la cabecera su blog: "Si puedes coserte un vestuario, escribir una historia y hacerte un ordenador steampunk... ¿por qué no vas a cocinar comida steampunk?". Aunque él confiesa que las elabora "en cocinas y hornos actuales porque son más prácticos y seguros" –me encantaría ver la cara del instalador el día que se anime a pedirle una cocina de leña–, intenta seguir las que él considera las premisas de la cocina steampunk.
Picnic victoriano / STEAMPUNK COOKERY
Para ponerte manos a la obra no necesitas más que meterte en la piel de este decimonónico colectivo. ¿Había microondas en la era victoriana? ¿Se compraba la salsa de tomate enlatada? ¿Las patatas congeladas? ¿Existía Se bebía Coca Cola en todo el mundo? No, no, no y no. Por eso estofados y otras cocciones a fuego lento, pasteles de carne, cerdo y ternera asados, sopas y cremas, pasteles de cereza y las las míticas galletas de té de mantequilla (a poder ser en forma de engranaje o reloj antiguo) son algunos de los reconfortantes platosvintage que propone esta peculiar cocina.
Si improvisar no es lo tuyo y necesitas algunas directrices más concretas (recetas, cantidades y esas cosas), puedes utilizar las que propone Aaron en su blog(hay distintos niveles de complicación y tiempo de preparación, busca la que encaje con tu nivel/tus necesidades). También puedes hacerte con un libro de cocina como Fuel for the boiler–recientemente editado, la idea nació en el foro de discusión Brass Goggles– u otros algo más antiguos y de inspiración literaria, del estilo de Dining with Sherlock Holmes o Cremas y castigos: recetas deliciosas y criminales de Agatha Christie.
¿Y de queso? El emmental, querido Watson / DINING WITH SHERLOCK HOLMES
Si estás de celebración, o simplemente quieres lucir tu nuevo corsé o tu bigote con las puntas hacia arriba en un sitio ad hoc, no hay problema: en Nueva Delhi, en Poloniao en Seattle puedes encontrar el escenario perfecto para tu cena ideal. Hace un par de años incluso abrieron a través de la plataforma de crowfunding Kickstarterun camión de comida steampunk en el que se tenían que servir pastelillos decimonónicos dulces y salados de todos los sabores del mundo presente –y algunos de mundos paralelos, supongo–, pero la cosa no debió triunfar porque tiempo después lo pusieron a la venta.
Como imagino que el movimiento os ha conquistado y ya estáis cambiando las Converse y los vaqueros por botas de 20 ojales y pantalones de montar y abrazáis el steampunk, un último aviso: no os olvidéis de grabar un vídeo y contárselo al mundo, como hizo en su momento la amiga Elvira cuando se hizodarks.
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