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Los ríos urbanos recuperan el protagonismo

Un nuevo plan estatal de ayudas impulsa la inversión por parte de las autoridades locales en obras de revitalización fluvial

Inversion rios ciudad
Imagen del río Manzanares, en Madrid.Zoonar GmbH (Alamy Stock Photo)

Durante años muchas urbes han crecido al margen de su patrimonio verde; ni lo incluían como infraestructura, ni lo cuidaban. Pero cada vez toman más fuerza las políticas de renaturalizar estos ejes azules y que formen parte y den vida al tejido de la ciudad. A mediados de marzo cierra la segunda convocatoria de ayudas estatales para renaturalizar los ríos urbanos y, de paso, mitigar consecuencias del cambio climático como las inundaciones, una prioridad en este momento.

“Ver a los ríos como una oportunidad para que la naturaleza vuelva a las ciudades y mejorar la vida de los que las habitan es algo que el urbanismo no contemplaba en el siglo XX”, resume Ignacio Alcalde Marcos, arquitecto urbanista y parte de UN-Habitat, de las Naciones Unidas. “Durante mucho tiempo las infraestructuras urbanas fueron carreteras, puertos… Infraestructuras de comunicación. Luego estaban las de residuos, las de energía… Todo esto era gris. Y ahora hablamos, ¡por fin!, de verdes y azules, de redes de corredores urbanos donde la tierra y el agua se encuentran”.

La necesidad de tener áreas verdes junto a la vivienda no es solo estética. Según el organismo público del Gobierno británico Natural England (de 2010), se recomienda tener un espacio verde de al menos dos hectáreas a no más de 300 metros de casa y a unos cinco minutos a pie. Una necesidad que confirmó la pandemia de la covid-19. Según el estudio Nature’s Role in Sup­porting Health during the COVID-19 Pandemic: A Geospatial and Socio­ecological Study, publicado en 2021, se detectó mejor salud mental si las viviendas estaban a un radio de menos de 250 metros de un espacio verde.

Intervenir sobre estas infraestructuras, además de urbanísticamente y para el bienestar de los ciudadanos, también influye positivamente sobre la biodiversidad. Como se ha visto en el madrileño Manzanares, protege ecosistemas. Es parte del planteamiento de Ecologistas en Acción, que tiene mapeados los ríos urbanos que necesitan tratamiento y ayuda a los consistorios a avanzar trabajo.

“Trabajamos para que, en pocos años, la urbe que no tenga un río renaturalizado sea la excepción”. Así de contundente suena Santiago Martín Barajas, ingeniero agrónomo, parte de la organización ecologista y una de las voces con más predicamento en el asunto. “Cuando actúas en el río, desde el tramo que discurre por población como el restante, estás contribuyendo en el ámbito natural, ambiental, pero también de calidad de vida de las personas”, resume el ingeniero, cuya aportación al trabajo en el Manzanares, entre otros ríos en España, fue clave.

La obra del río de Madrid, que empezó el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón (PP), con la faraónica obra de la M-30, y siguió Más Madrid, el Ayuntamiento de Manuela Carmena, ha permitido que fluya un río desbordante de fauna y flora. Antes de este ejemplo, otro muy notable: Bilbao. Se le atribuye al mandato del nacionalista Iñaki Azkuna haber cambiado la cara de la ciudad con la intervención sobre la ría del Nervión a su paso por Bilbao. “Se hizo una inversión en descontaminación seis veces lo que costó el Guggenheim, pero la ciudad ahora vive mirando a la ría, antes siempre le dio la espalda”, resume Alcalde Marcos.

En Madrid, el soterramiento de la M-30 y el corredor verde que es Madrid Río han cosido los barrios que quedaban sobre la autopista. Más Madrid se encargó de renaturalizar el río. “Teníamos un objetivo de recuperación y conservación de la función de corredor ecológico que representaba el Manzanares a su paso por Madrid”, explica Inés Sabanés, concejala de Medio Ambiente con Carmena y hoy en el Congreso de los Diputados. Sabanés recomienda a los gobiernos “hacer una inversión de este tipo porque los beneficios superan el desembolso”, pero pide que se haga “con continuidad” y con apoyo público. “En el caso de Madrid, el trabajo del personal técnico del Ayuntamiento fue y sigue siendo increíble”. Y recuerda que aún queda pendiente el trabajo a su paso por Perales del Río, del parque de la Gavia, del Camino de la Magdalena.

“Una vez se hace la obra, para los gobiernos locales es como el cuidado de un parque”, apostilla Javier Sánchez, experto en ríos del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). El ministerio ha habilitado por segunda vez una línea de apoyos específicos para este tipo de actuaciones. Este segundo paquete de ayudas, de 75 millones, pretende “restaurar ecosistemas fluviales y reducir el riesgo de inundación en entornos urbanos”. En la primera, cuenta, “se presentaron un 60% de proyectos que tenían relación con los ríos de las ciudades”, de ahí que la segunda se dirija a ellos específicamente. “Es un orgullo que haya tanto interés por hacer algo, pero triste comprobar la cantidad de ecosistemas deteriorados”.

Para Sánchez es capital que el discurso se centre en el cambio climático. “Va a haber desbordamientos mucho más frecuentes y eso supone un coste a todos los niveles. Preparar los ríos es una inversión necesaria. Esto va más allá de tener espacios verdes y bonitos, que hacen falta, va de que estas infraestructuras nos ayuden a combatir los efectos del calentamiento global”, añade.

Medina del Campo, un caudal de cemento

“Hemos presentado planes para más de 12 ríos, pero algunos no lo quieren ni regalado”, reclama Martín Barajas. El ingeniero hace referencia a ciudades como Granada, con el Genil, o Medina del Campo, cuyo curso del río Zapardiel (afluente del Duero) en el tramo urbano está sepultado en cemento y, fuera de él, lleno de basura. El concejal de Urbanismo, Borja del Barrio (PP), se ha reunido varias veces con Ecologistas: “Tienen un puente medieval embutido en cemento, un río que se desborda bajo la losa y han cubierto las paredes con macetas: un despropósito”, lamenta Martín Barajas. Del Barrio defiende que tienen “interés pero no presupuesto” y que “tampoco es una inversión prioritaria, está en la línea de un parking subterráneo”. “No damos largas, queremos la ayuda del Miteco, pero tenemos otras inversiones urgentes”.

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