
Obama vuelve a hacer historia
Poca épica suele haber en una reelección. La segunda victoria de Barack Obama no fue diferente. El primer presidente afroamericano volvía a las urnas frente a un contrincante que en realidad cayó víctima de sus propias contradicciones. Mitt Romney había sido un moderado antes de volverse conservador.
Como gobernador de Massachusetts entre 2003 y 2007 impulsó políticas muy similares a las de Obama, entre ellas una reforma sanitaria. Y luego se encontró a un Partido Republicano abrumado por la deriva ultraconservadora del Tea Party. “Soy un candidato profundamente conservador”, se vio forzado a proclamar, sin llegar a convencer a nadie.
Tal era la debilidad de Romney que mucho de su voto –casi 61 millones– fue más bien una repulsa a Obama y a una presidencia idealista y soñadora. Aun así, los grandes apoyos del presidente salieron al final a su rescate: las mujeres, los hispanos, los jóvenes y, sobre todo, los afroamericanos, que le facilitaron la victoria en Estados clave como Ohio. Movilizó a sus bases un vídeo incendiario grabado en mayo de 2012 en el que Romney decía estar seguro de que un 47% de la población nunca le votaría porque “es dependiente del Estado, se sienten víctimas, creen que el Estado tiene la responsabilidad de cuidar de ellos”. Se equivocaba. Al final fue él quien recibió un 47%. Obama retuvo la presidencia con el 51%.
Por David Alandete