Más y con mayor poder adquisitivo: crece un 160% el número de estudiantes latinoamericanos que llega a Madrid
Los alumnos de entre 25 y 29 años han pasado de 1.619 en 2022 a 4.200 en 2025, según los últimos datos del Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Inclusión


La semana pasada, Yamile Angulo, de 30 años, aterrizó en Barajas con la vida en dos maletas. La excusa de su viaje: iniciar un máster en EAE Business School. “Llevaba meses contemplándolo, pero no me atrevía a dar el salto”, confiesa. La realidad es que buscaba algo de claridad sobre qué quiere hacer con su vida laboral, al tiempo que toma algo de distancia de Colombia. Eligió un grado en psicología y negocios impartido en español, una combinación que encajaba con su perfil como administradora. Su abuela le pagó la matrícula, su madre le ayuda con el alquiler y ella cubre sus gastos diarios con un trabajo remoto. “Lo más difícil ha sido la soledad”, admite. Aunque aún no ha comenzado las clases, le preocupa sentirse subestimada: “A veces pienso que pueden creer que no tengo mucho que aportar por venir de donde vengo”.
Nunca antes hubo tantos estudiantes como ella, jóvenes procedentes de Latinoamérica que acuden en marabunta a las universidades y centros de estudios españoles. En concreto, el número de alumnos latinoamericanos de entre 25 y 29 años ha aumentado un 159,4% en los últimos tres años en la Comunidad de Madrid: de 1.619 en 2022 a 4.200 en 2025, según los últimos datos del Observatorio de Permanente de la Inmigración del Ministerio de Inclusión y Migraciones. La cifra, explican los expertos, crece especialmente a lomos de un perfil de estudiante de alto poder adquisitivo, es decir, jóvenes de familias pudientes que, tras sus primeras experiencias laborales en su país de origen, deciden darse un tiempo para estudiar másteres por los que llegan a pagar cientos de miles de euros. Por el camino, aclaran sus ideas, mejoran su currículum y se abren las puertas laborales de la vieja Europa. Las escuelas de negocios matan por ellos.

Pero no solo ellas desean atraerlos. Desde hace años, tanto el Gobierno como la Comunidad de Madrid han buscado fórmulas para facilitar su llegada. Nieves Fernández, profesora de la Cátedra de Migraciones y Derechos Humanos de la Universidad Nebrija, recuerda que el perfil del migrante latinoamericano ha cambiado notablemente en los últimos años. “Antes, muchos venían con la intención de buscarse la vida en condiciones precarias. Hoy, una parte importante llega con recursos, formación previa y con la intención clara de hacer un máster”, señala. Este cambio responde tanto a la existencia de redes de apoyo como a un creciente interés por mejorar la calidad de vida a través de la educación. “No es solo una migración de necesidad, sino de aspiración. Y eso cambia completamente la dinámica”, añade.
Otro ejemplo de esto ha sido un cambio en la normativa de extranjería permitió que, desde mediados de 2022, estos estudiantes puedan compaginar sus estudios con trabajos de hasta 30 horas semanales. También se introdujeron vías preferenciales para acceder a la residencia, la reagrupación familiar, con plazos reducidos.
Además de permitir compatibilizar formación y empleo, la reforma del reglamento de la Ley de Extranjería buscó facilitar la incorporación de los estudiantes al mercado laboral tras finalizar sus estudios. Para ello, creó la figura del arraigo por formación, destinada a quienes acrediten al menos dos años de permanencia continuada en España y se comprometan a cursar una formación conducente a empleo.
Fernández también subraya el papel de las políticas públicas en este fenómeno: “La flexibilización del reglamento de extranjería en 2022 ha tenido un impacto clave”. Aunque la experta reconoce que muchos estudiantes pueden desconocer esto al llegar, cree que, una vez ubicados, esta mayor apertura institucional refuerza la decisión de muchos de quedarse. “España y especialmente Madrid han enviado señales claras de acogida a los latinoamericanos”, concluye.
Entre estas señales destaca el dinero contante y sonante. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, ha tratado de ajustar recientemente el coste de la matrícula en las universidades públicas con el objetivo de que los estudiantes hispanoamericanos paguen las mismas tasas que los españoles y los europeos. Hasta ahora, abonaban hasta ocho veces más, según datos de la Consejería de Educación. Según el informe El impacto económico de los estudiantes internacionales en España 2024, la matrícula media de un máster presencial en universidades públicas para ciudadanos de la UE es de 1.848 euros, mientras que para no europeos es de 9.070.
El 53% de quienes llegan son mujeres (48.026), y la edad media de estos alumnos es de 26 años, según el Observatorio de Migración. Por comunidades, Madrid concentra el mayor número de permisos de estancia para estudiantes extranjeros (25,94%), seguida de Cataluña (24,45%) y la Comunidad Valenciana (15%).
Jesús Centenera, director corporativo de Desarrollo Internacional en ESIC University, asegura que el alumnado latinoamericano representa ya más del 80% en los másteres universitarios de la institución durante los últimos tres cursos. “El crecimiento responde al posicionamiento de Madrid como centro de talento y a la promoción de nuestros programas. Iniciativas como Madrid Hub de Talento, impulsadas por la Fundación Universidad-Empresa con el apoyo del Ayuntamiento, son palancas clave para atraer y retener talento latinoamericano de alto potencial”, afirma.
Por su parte, centros como la escuela EAE Business School han realizado campañas de captación de alumnado tan agresivas que incluso envían cartas a los consulados de España en diferentes países latinoamericanos, asegurando que el futuro alumno tiene reservada una habitación en Madrid. De esa manera, se aseguran de que el estudiante reciba el visado rápidamente para poder cursar el siguiente año.
La vicepresidenta del IE, Mar Hurtado de Mendoza, explica que el 90% de sus alumnos son ya internacionales. El reparto es heterogéneo, pues proceden de más de 160 países, y ninguno supera el 10% del total del alumnado. Con Latinoamérica, añade, la relación es histórica: Fueron de las primeras oficinas que abrimos, y hoy tenemos ocho sedes de representación en la región”. Según Hurtado de Mendoza, Madrid se ha convertido en un polo de atracción clave para los alumnos latinoamericanos: “Es una capital segura, acogedora y con mucha calidad de vida. Los estudiantes no se sienten rechazados por ser extranjeros”. La directiva asegura que muchos de ellos deciden quedarse tras graduarse para montar empresas o emprender proyectos, lo que, a su juicio, aporta riqueza económica y cultural a la ciudad.
Teresita Alessandri Cruzat, de 35 años, llegó a Madrid a finales de 2024 para hacer una pausa en su carrera y “nutrirse intelectualmente”, explica. Tras casi una década de trabajo continuo en Chile, sintió que era momento de un cambio: “Venía de una etapa muy positiva, con proyectos desafiantes y crecimiento profesional, pero necesitaba recargar energías y abrirme a nuevas perspectivas”. Eligió la capital española porque le ofrecía lo que buscaba: un entorno seguro, dinámico y culturalmente afín. “Quería vivir una experiencia internacional, y Madrid me pareció el lugar ideal para hacerlo”, relata.
Optó por el máster en Business Analytics & Data Science (MBDS) del IE Business School, una decisión que describe como un punto de inflexión en su trayectoria. “Buscaba una escuela con una base sólida en ciencia y tecnología, pero conectada con el mundo del negocio. Este programa representa justo ese puente”, cuenta. Financia sus estudios gracias a una combinación de ahorros y un patrocinio de su empresa, Falabella para poder vivir en Madrid.
Del otro lado del Atlántico, Laura Rodríguez, de 30 años, está preparando estos días sus maletas para cumplir su sueño: estudiar en Europa. “Desde hace mucho tiempo quería venir, pero fue en el último trimestre del año pasado cuando tomé la decisión definitiva”, cuenta. Eligió Madrid porque buscaba un entorno donde se hablara español y que, al mismo tiempo, tuviera una oferta académica reconocida. “Quería una ciudad vibrante, con buena calidad de vida, y encontré en Madrid la universidad y el programa que buscaba”, explica. Su meta era cursar el International MBA del IE Business School. “Siempre quise un máster en negocios, y el del IE me atrajo por su reconocimiento internacional y por la red de contactos que ofrece”, afirma.
Financia sus estudios con ahorros personales, la venta de algunos activos financieros y un crédito con Colfuturo e Icetex, los dos principales programas de financiación académica de Colombia. Aunque el máster es completamente en inglés, —uno de los retos que anticipa—, confía en que su experiencia previa en EE UU le ayude a adaptarse. “Sé que es una universidad muy internacional, así que no creo que vaya a tener dificultades como latina”, dice. Espera que la experiencia le permita nutrir su currículum, aprender de compañeros con trayectoria laboral y conseguir un mejor trabajo fuera de Colombia. Aunque su objetivo principal no es quedarse en España, no descarta hacerlo si la vida la sorprende: “No he pensado en quedarme, pero si se da una buena oportunidad, estoy abierta”.
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