‘El Fantasma de la Ópera’ se marca un mini concierto en la Puerta del Sol ante centenas de fans

Dice que fue en una urbanización de verano de Mojácar, mientras se celebraban las Olimpiadas de Barcelona 92, cuando en medio de una fiesta de terror se encontró con el fantasma. Lucía Díez, trabajadora de un museo en Madrid, tenía entonces siete años. Hoy, con 39, confiesa sentirse “ansiosa y desesperada” desde la placa del Kilómetro Cero de la Puerta del Sol, cuando mira fijamente hacia el balcón de la antigua Casa de Correos, ahora sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Aquí estaba citada desde que en el pasado mes de julio fuera una de las 100 primeras personas en sacar una entrada para presenciar el inicio de la segunda temporada del exitoso musical El Fantasma de la Ópera en el Teatro Albéniz. El estreno, programado para este viernes 27 de septiembre, ha estado precedido de un evento en el que los tres protagonistas de la obra —Gerónimo Rauch, Talía del Val y Guido Balzaretti— interpretaron frente a centenares de fans y curiosos amontonados en la Puerta del Sol, los temas Piensa en mí, La música en la noche y No pido nada más, pertenecientes al aclamado musical del compositor británico Andrew Lloyd Webber. Una función que versa sobre la historia de un atormentado y misterioso personaje enmascarado que habita en la Ópera de París, y que impone su voluntad aterrorizando a los dueños del teatro y a los actores. Se enamora perdidamente de una joven soprano, Christine Daaé, y se dedica a cultivar sus extraordinarios talentos, empleando todos los métodos tortuosos a su alcance.

Para Díez, una más entre el público, la de hoy es la decimocuarta vez que acude al teatro para ver El Fantasma de la Ópera y, sin embargo, pocas veces recuerda haber estado más nerviosa. Cuando Gerónimo Rauch —el actor que interpreta al propio fantasma— sale al balcón y comienza a cantar acompañado de la melodía del piano que toca Katia Toukalo, Lucía rompe a aplaudir. “Es un personaje que tiene toda la parte positiva y negativa de un ser humano. Es muy complejo, me ha acompañado desde la niñez y ahora lo tenemos aquí delante”, comenta. Ella va caracterizada de la Muerte Roja, el personaje de Edgar Allan Poe del que el fantasma se disfraza durante la escena del Carnaval. “Es un disfraz de un disfraz. Un metadisfraz”, define Lucía.

Tras descanso veraniego y estancia en el Teatro Arriaga de Bilbao, El Fantasma de la Ópera se representará en Madrid por el momento hasta el 8 de diciembre. Además de Gerónimo Rauch, el elenco lo encabezan la madrileña Talía del Val, que interpreta a Christine Daaé; y el argentino Guido Balzaretti que da vida al apuesto vizconde Raoul Chagny.

El espectáculo, dirigido por Federico Bellone y Julio Awad como director musical, recoge el testigo de una producción que ya se ha representado ante más de 160 millones de espectadores desde su estreno en 1986 en el West End de Londres. Silvia Montesinos es la directora residente y la responsable de la adaptación de las letras.

De entre todos los fans que corean las canciones, hay un grupo selecto al que se le pidió expresamente que acudiera al estreno. Se trata de la Asociación Cultural Taller de Baile 1800, una especie de compañía de recreación histórica desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX. Alberto Paz, periodista de 28 años, es su presidente. Ha venido junto a una veintena de compañeros caracterizado con el traje que llevaría cualquier asistente a la ópera en el París del XIX, y se jacta de portar varias prendas originales, como unos pantalones comprados en el Rastro, el sello de un reloj que adquirió en un anticuario, o el chaleco negro que encontró a buen precio en una tienda de la capital francesa. “Esta temporada espero simplemente que se mantenga el nivel de la anterior. Para mí, El Fantasma de la Ópera es el mejor musical jamás escrito. Es el motivo por el que me enamoré de la literatura del siglo XIX cuando con cuatro años lo vi por primera vez en el Lope de Vega”, afirma. A su lado, una mujer llamada Charo Palacios, de 46 años, escucha a Alberto con suma atención. Ella, amante de la recreación histórica también, ha llegado hasta la Puerta del Sol sin tener “ni idea” del musical que va a presenciar. “He consultado algo, pero vengo casi como una página en blanco”, reconoce.

—¿Tienes personaje favorito?

—No. Eso es lo que he venido a descubrir.