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Los vecinos del barrio de Las Letras tienen un plan B: eliminar 10 árboles en vez de 47

La asociación vecinal presentará el viernes una alternativa al Ayuntamiento de Madrid para reducir el daño por las obras de reforma en la plaza de Santa Ana

Concentración en la plaza de Santa Ana contra la eliminación de 47 árboles por una reforma del estacionamiento, el 23 de julio de 2024.
Concentración en la plaza de Santa Ana contra la eliminación de 47 árboles por una reforma del estacionamiento, el 23 de julio de 2024.Juan José Martínez
Ana Puentes

Es posible que las obras de reparación del aparcamiento subterráneo de la Plaza Santa Ana, en el barrio de Las Letras, no terminen en la eliminación de tantos árboles como se prevé: de 47 se puede pasar a 10 u 11. Esta es la propuesta que le llevarán al Ayuntamiento este viernes la Asociación Vecinal de Sol y Barrio Las Letras, que ha estudiado todos los documentos técnicos del contrato de 45,8 millones de euros que adjudicó Cibeles al Grupo Ortiz para la reforma y explotación del parking para los próximos 25 años. Víctor Rey, presidente de la Asociación Vecinal del barrio Las Letras, asegura que la reparación de cuatro puntos de humedad no justifica levantar toda la plaza y afectar al 85% del arbolado existente. “No es necesario la tala de los árboles de la plaza Santa Ana al menos como lo han planteado y, en el peor de los casos, estaríamos hablando de menos ejemplares”, ha asegurado Rey este jueves, tras presentar su alternativa.

El aparcamiento subterráneo de la plaza de Santa Ana se construyó en 1966 bajo un modelo de concesión que permitió que una empresa privada lo explotara durante 55 años, es decir, hasta 2022. Ahora, en el nuevo contrato a 25 años, Grupo Ortiz pagará seis millones de euros en reformas a cambio de explotar el parking. Las reformas, que tardarán 12 meses, incluyen el levantamiento de toda la plaza para instalar un sistema de impermeabilización que evite que el agua se filtre hacia el interior del estacionamiento. También se abrirán tres nuevos huecos para ventilación natural y se sellará uno que ya existe.

Todo esto tendrá un coste ambiental. La plaza de Santa tiene 54 árboles. De estos, 28 se talarán y 19 se trasplantarán para el proyecto de reforma. Prácticamente todos los árboles talados son cipreses, ciruelos y castaños maduros, aunque no se especifica su edad en los documentos técnicos. Los que serán trasladados son ejemplares no consolidados ―es decir, que fueron plantados hace menos de cinco años― y jóvenes. La empresa será responsable de pagar el cuidado y mantenimiento de esos 19 árboles trasplantados por un plazo de diez años años en un vivero. Para eso se contempla una partida de 419.000 en el presupuesto del proyecto.

El impacto, sin embargo, puede ser mayor. No se descarta que un 30% de los árboles trasplantados y que uno de los siete ejemplares que se mantendrán en la plaza no sobrevivan, de acuerdo con el documento anexo de arbolado del proyecto. Como compensación, la empresa privada deberá aportar a vivero 1.540 árboles. Para esto, sin embargo, no consta presupuesto en los documentos oficiales. Si bien es cierto que cuando acaben los trabajos se repondrán todas las instalaciones “a su estado inicial”, el arbolado se repondría con ejemplares jóvenes, que nada tienen que ver con los que hay hoy.

Por eso, la asociación vecinal propone una alternativa que minimice el impacto. Su equipo de técnicos ―entre los que hay arquitectos e ingenieros forestales― resalta que el proyecto reconoce que las filtraciones desde el exterior ocurren en tres zonas, no en la totalidad de la plaza. “Calculamos que la suma de zonas afectadas [por las filtraciones de agua] puede afectar unos 600 metros cuadrados en el máximo de los casos, lo que quiere decir que levantar toda la plaza es una barbaridad”, ha argumentado el presidente de la organización vecinal. Al sobreponer los planos de las “patologías” con el que muestra el arbolado, los técnico han concluido que podrían eliminarse solo 10 u 11 árboles si se levantara la superficie solo en las zonas de las filtraciones.

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El proyecto, sin embargo, justifica el levantamiento de toda la plaza para inspeccionar el estado de la cubierta. “Tras dejar a la vista el sistema de impermeabilización y drenaje, se realizará una inspección para conocer las causas reales y exactas de las fugas de agua, prestando atención al estado de la capa de compresión de la cubierta y de las juntas#, detalla uno de los documentos de la obra.

Por otra parte, Víctor Rey se pregunta por qué, si el plan es levantar toda la plaza, no se evalúa mejor reformarla y pensarla como un lugar más verdad. “Sigue siendo una plaza muy dura, está totalmente hormigonada y cuyas dotaciones [como el parque infantil] están en función de la hostelería”, comenta Rey y no olvida otra crítica: “Partimos de la base de que el parking debería ser público... pero eso es otra batalla”. Lo cierto es que los vecinos ya han dado guerra en las calles. Se convocaron dos manifestaciones en la plaza los días 23 y 30 de julio y a esta última asistieroncerca de 300 de personas, según Delegación de Gobierno.

Hay expectativa por la respuesta que dé el Concejal Presidente del distrito Centro, Carlos Segura, en la reunión del viernes. Por lo pronto, la delegada de Obras, Paloma García, ha asegurado este jueves que se talará “los mínimos árboles que sean imprescindibles”. Hace una semana, el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, también concedió que las talas “se van a revisar para minimizar la afección lo máximo posible”. Pero no perdió ocasión para rescatar que las obras están “dirigidas especialmente a los vecinos, que ahora no tienen donde aparcar”. Rey ha pedido que “saquen a los vecinos de la ecuación” y que el Ayuntamiento se concentre en los 54 árboles y no en los 110 cupos de aparcamiento para residentes ni en los 186 de libre rotación que gestionará la empresa privada bajo la plaza de Santa Ana.


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