¡Gracias, Rosa!

Querida Rosa:

Hoy, la prensa recogerá el homenaje de plumas más versadas que la nuestra, que hablarán de la calidad de tu obra literaria, de tu trayectoria como editora, de tu trabajo como traductora o de tu gran labor al frente de la Biblioteca Nacional de España. Para nosotros, además de todo eso, fuiste fundamentalmente un modelo de mujer intelectual comprometida. Nos enseñaste que un mundo mejor es posible, si trabajamos juntos por ello. Nos recordaste que, para construir una sociedad más justa, nos tiene que doler el dolor de los demás.

Nunca olvidaremos la fortaleza con la que, a tus delicados 85 años, encabezaste las reivindicaciones de la Plataforma #SalvaPeironcely10, en una noche de cuentos, en el arrabal de la memoria. Una fría noche de un 9 de junio de 2018, en la que te subiste a una tarima, en Entrevías, y alzaste tu voz contra la injusticia social, simbolizada en aquel momento por la cruel situación que vivían los inquilinos del humilde e inmortal edificio, que Robert Capa fotografió en 1936.

Gracias a tu contribución, aquellas familias, que vivían en la precariedad y llegaron a estar en riesgo de desahucio, hoy viven felices en acogedores edificios de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo. Y te recuerdan con gran cariño. Nuestros gobernantes parece que tuvieron en cuenta la advertencia que pronunciaste en tu discurso: “la larga historia de injusticias y sufrimientos de Peironcely 10 no se puede sellar truncando el futuro de otros niños como aquellos que protagonizaron la foto de Capa”.

Aquella gélida noche de verano, que templaste con tus cálidas palabras, también defendiste que el viejo inmueble y castigado de Entrevías se convirtiera en el futuro Centro Robert Capa para la interpretación de los bombardeos aéreos de Madrid, una cuestión que aún sigue pendiente, y que esperamos resuelva pronto otra mujer de letras —como tú—, la concejala Marta Rivera de la Cruz.

Nos has dejado huérfanos y te vamos a echar mucho de menos: tus libros, tu sonrisa, tu generosidad, tu ironía, tu fuerza de voluntad, tus ganas de vivir, tu compromiso, tu rebeldía indomable… Gracias por tanto, gracias por todo, Rosa.

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