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Pasajeros sofocados, retrasos de una hora y viajes que terminan a pie en un lunes de colapso en el Cercanías de Madrid

Cientos de viajeros de Renfe vuelcan su indignación en las redes sociales por los múltiples retrasos e incidencias en el transporte de cercanías

Estación de Atocha de Cercanías, en una imagen de archivo.
Estación de Atocha de Cercanías, en una imagen de archivo.MINISTERIO DE TRANSPORTES Y MOVI (MINISTERIO DE TRANSPORTES Y MOVI)
Juan José Martínez

La semana comenzó accidentada para los usuarios de Cercanías Renfe en Madrid, por cuenta de un tren que ha quedado varado entre las estaciones de Entrevías y Atocha pasadas las 8.00, en medio de un calor sofocante y con los vagones repletos de personas. Los pasajeros afirman que la incidencia tardó más de una hora en ser resuelta, un tiempo que Renfe reduce a 20 minutos. Algunos vídeos difundidos en redes sociales muestran a los viajeros caminando por las vías ferroviarias, en un intento por terminar el trayecto a pie, tras la frustración de ver el tren inmóvil y sin ningún servicio de megafonía que los pusiera al tanto de la situación. Paralelamente, un problema de señalización en Atocha ha provocado el colapso en las rutas que cubrían el tramo entre esa estación y Chamartín, algunos usuarios han tenido que esperar más de 15 minutos a la normalización del servicio, mientras los andenes 1 y 2 se saturaban de ciudadanos impacientes, ante la previsible demora con la que llegarían a sus destinos. Alrededor de las 10.00, la circulación de los trenes comenzó a volver progresivamente a la normalidad, según han confirmado fuentes de Adif.

Miguel Ángel, de 59 años, viajaba en el tren que se detuvo de improvisto entre las estaciones de Entrevías y Atocha, a la altura de la calle de Téllez. Narra que el tren, que ya llevaba más de una hora de retraso, “estaba absolutamente abarrotado, con gente de pie, repleto; las ventanas, empañadas por la transpiración y el calor sofocante”. Asegura que, tras los primeros minutos del incidente, “a una chica que estaba cerca la dio una lipotimia y el servicio de salud ha tenido que atenderla y otra persona que viajaba al lado de la puerta había vomitado”, lo que agravó la situación de malestar entre los viajeros. Ante este panorama, continúa el relato el usuario de Renfe, “la gente empezó a ponerse nerviosa, tiraron de las alarmas y algunas personas bajaron del tren y se fueron andando por la vía hacia Atocha”, según señala el denunciante, con trenes en marcha que pasaban junto a los pasajeros.

Fuentes de ADIF y de Renfe han confirmado a EL PAÍS la versión de que las puertas se abrieron después de que un usuario haya tirado de un aparato de alarma. Adif ha remarcado la peligrosidad de este tipo de maniobras, que “suponen un problema de seguridad para los mismos viajeros y para el sistema”. El departamento de comunicación de Renfe apunta a las obras que se ejecutan en el Corredor del Henares como una posible causa de la incidencia, concretamente en el sistema de desvío, o cambio de agujas, que permite el cambio de los vagones de una vía a otra. En cualquier caso, el fallo ha ocurrido en el interior del corredor de Recoletos, que une Atocha y Chamartín. Adif no ha confirmado que la causa esté relacionada con las obras y se ha limitado a informar de “una avería en el sistema de señalización” como el detonante del colapso en el sistema de transporte público.

Quienes lograron llegar finalmente a la estación de Atocha se encontraron con un panorama igual de desalentador. Los trenes que circulaban entre Atocha y Chamartín presentaron demoras de más de 15 minutos. Renfe relaciona el incidente del tren varado a la altura de la calle de Téllez con el posterior retraso de los trenes que iban hacia Chamartín. Los trenes provenientes o con destino Aranjuez también presentaron demoras de más de 25 minutos por “unas obras que devían finalizar a las 5.00, pero que no han entregado hasta pasadas las 7.00″, según informan fuentes de Adif.

Miguel Ángel señala que ha vuelto a usar el servicio de Cercanías desde hace un mes para asistir a un curso que ha tomado desde entonces. En estos 30 días, lleva la cuenta de al menos seis incidencias que ha tenido que soportar. “Los usuarios están hartos”, afirma con base en su propia experiencia y en lo que escucha diariamente en los vagones. Hoy, por ejemplo, se subió al tren a las 8.00 en la estación de San Fernando de Henares rumbo hacia Chamartín, una ruta que normalmente tardaría una hora en finalizar, pero que este lunes le ha tomado casi el doble.

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