_
_
_
_

Ossorio, presidente de la Asamblea, a los diputados de Más Madrid: “Son imposibles, viven en un mundo paralelo, cállense”

Ausente Ayuso, los diputados se enzarzan a gritos tras atribuir falsamente el PP a Pablo Iglesias y Yolanda Díaz la gestión de las residencias en la pandemia

Juan José Mateo
Enrique Ossorio, presidente de la Asamblea de Madrid, en una imagen anterior a que fuera nombrado para el cargo.
Enrique Ossorio, presidente de la Asamblea de Madrid, en una imagen anterior a que fuera nombrado para el cargo.Daniel Gonzalez (EFE)

Da igual que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ausente del pleno de la Asamblea por un viaje al congreso del PP Europeo en Bucarest (Rumanía). También sin ella, el Parlamento regional se llena la mañana de este jueves de gritos, aspavientos, gestos y ofensas cruzadas cuando la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, se enfrenta a una pregunta sobre las residencias, donde 7.291 personas murieron durante lo peor de la pandemia. La interroga Emilio Delgado, de Más Madrid. Y saltan las chispas, porque la consejera acusa al exvicepresidente Pablo Iglesias de haber dejado abandonados a esos centros, pese a que hasta el Ejecutivo madrileño reconoció en su momento que la competencia era autonómica, y también a Yolanda Díaz, entonces ministra de Trabajo y Economía Social. Tan grande es el guirigay que el presidente de la Cámara, Enrique Ossorio (PP), estalla, y se dirige contra la bancada de Más Madrid, acusándola de interrumpir a la interviniente. Como si fueran los únicos en la jaula de grillos del hemiciclo.

―¡Cuando habla un diputado, el resto de diputados callan! ¡Callan! ¡Son ustedes imposibles! Son ustedes imposibles―, repite Ossorio, toda una rareza en un político de formas exquisitas y natural contenido.

―Viven en un mundo paralelo ¡Dejen hablar a la señora consejera! ¡No interrumpan! ¡Si no tienen argumentos, pues cállense! ¡Ustedes gritan porque no tienen argumentos, no puede ser! ¡Cállense, por favor!―.

Dávila sigue entonces su intervención con un fuerte runrún de fondo, igual que al veraneante le acompaña constantemente el ruido de las olas en la playa, porque lo que se escucha revuelve a parte de los diputados de Más Madrid, inquietos en sus escaños, desde donde gesticulan, protestan y zapatean.

―Nos ha atribuido la responsabilidad de la gestión de las residencias, cuando era obviamente de la Comunidad de Madrid―, pide la palabra Delgado, escandalizado por lo que ha oído.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

―Es mentira. Es una afirmación falsa―, insiste, sin que Ossorio lo deje hablar, por lo que es llamado al orden dos veces, como luego su compañero de filas, Pablo Padilla. Ambos, por lo tanto, quedan amenazados de expulsión.

―La única expresión es que ustedes son imposibles. Imposibles―, cierra Ossorio mientras parte de los diputados de Más Madrid empiezan a abandonar el pleno y su líder, Manuela Bergerot, mira hacia atrás como quien intenta sujetar a sus escaños al grueso del grupo, impidiendo la desbandada generalizada. Un gesto que no sirve de nada.

―¡Son ustedes unos maleducados! ¡Unos maleducados!―, les suelta la siguiente interviniente del PP a los diputados de Más Madrid, indignada, y dispuesta a subrayar su enfado apagando el micrófono como quien participa en un combate de pesos pesados de boxeo. “Se lo vuelvo a repetir, maleducados”.

El rifirrafe vuelve a demostrar que no hay ningún tema que altere más al PP de Ayuso que el de su gestión de las residencias en la pandemia. Aunque el partido argumenta que la mayoría absoluta lograda en mayo de 2023 valida todo lo hecho, la realidad es que el fantasma de la polémica le persigue una y otra vez. Porque más de 7.000 residentes fallecieron en lo peor de la pandemia como resultado de unos protocolos de triaje que impidieron su traslado a hospitales. Ese veto fue más intenso entre el 9 de marzo y el 5 de abril de 2020 y especialmente significativo entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situación varió de un hospital a otro. Y esa herida no cierra nunca.

Por eso hay días en los que Ayuso, el rostro demudado, deja titulares al respecto: “Están a un paso de acusarnos de genocidio”; los ancianos “no se salvaban en ningún sitio”; o fallecían “tanto o más en los hospitales”. Jornadas en las que el PP intenta callar a los representantes de los ancianos fallecidos cuando son invitados a hablar en la Cámara. Y mañanas como la de este jueves, en las que el pleno se llena de gritos para acallar la polémica de las residencias. Pero no solo.

Porque al poco, en un debate sobre las condecoraciones de la Comunidad de Madrid, vuelven a estallar los choques, y Hugo Martínez Abarca, de Más Madrid, acaba expulsado del pleno por pedir desde su escaño que dimita Ossorio.

“Ha sido expulsado de la Cámara por la incapacidad, parcialidad e intento de amordazar a la oposición del presidente de la Cámara”, protesta Bergerot, la líder de la oposición. “Están muy mal acostumbrados”, avisa. “Creen que pueden insultar, y que nosotros vamos a estar callados. No nos van a callar sobre las residencias ni la corrupción. Nunca”.

Así le contesta Ossorio, en abierta contradicción con sus palabras previas: “No se pide que se callen, se pide que estén con educación, respetando la cortesía parlamentaria”. Ausente Ayuso, los diputados de Madrid siguen peleándose hasta que acaba su jornada.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_