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Detenido Ñapa, un condenado por homicidio huido de la justicia, en un bar en Puente de Vallecas

El fugado tenía una sentencia condenatoria por disparar a otro hombre que tenía una deuda con él en 2016 y no se presentó en prisión cuando la resolución se hizo firme

La detención del hombre prófugo de la justicia por disparar a otro en 2016.
La detención del hombre prófugo de la justicia por disparar a otro en 2016.
Patricia Peiró

La huida de Ñapa se acabó este viernes por la noche, cuando se encontraba en un bar en el distrito de Puente de Vallecas. La prisión le esperaba por una reyerta de 2016 en los bajos de Azca. En la madrugada del 27 de marzo, sobre las cuatro de la mañana, se colocó frente a un hombre que tenía una deuda con él, le instó a pagársela y, al obtener una negativa como respuesta, le dijo: “Hoy me matas o te mato yo”. H. C. al que todo el mundo conocía como Ñapa, sacó entonces una pistola y disparó contra su deudor, con el objetivo de matarlo. Después de pegarle dos tiros, escapó del lugar. Si la víctima no hubiera recibido asistencia médica inmediata, habría muerto. El fugado fue detenido por primera vez en octubre de ese mismo año de la misma forma en la que fue esposado este viernes: con documentación falsa. Tiene pendiente una pena de siete años de prisión por homicidio en grado de tentativa que, ahora sí, deberá cumplir.

Ñapa, de 41 años, llevaba encima una cédula de identidad que indicaba que su dueño era un hombre de 19 años. Algo imposible a todas luces por su apariencia física. Cuando los agentes de la policía municipal comprobaron su identidad gracias a sus huellas, saltó en la base de datos una coincidencia con un hombre sobre el que pesaba una requisitoria judicial de la Audiencia Provincial para entrar en prisión desde mayo de 2023.

Este, por el momento, ha sido el punto final a su vida de prófugo, pero el inicio está en la puerta de una discoteca en los bajos de Azca en marzo de 2016. Allí, de madrugada, se encontró con un conocido de 25 años que tenía una deuda con él. Cuando no obtuvo lo que quiso le descerrajó dos tiros con una pistola semiautomática que llevaba en un bolsillo de la chaqueta. Uno de los disparos impactó en el brazo de la víctima y el otro le perforó el intestino. Esta segunda herida fue crítica, si no hubieran acudido inmediatamente los servicios de emergencias, el tiroteado no estaría vivo para contarlo. La víctima consiguió refugiarse en el interior de una discoteca mientras esperaba la llegada del Samur.

El herido necesitó una operación de urgencia que le dejó gravísimas secuelas, una semana de ingreso hospitalario y mes y medio de recuperación. Como consecuencia de aquella agresión, le tuvieron que seccionar parte del intestino y conserva en su cuerpo tres cicatrices, una de ellas de 19 centímetros. La víctima sobrevivió y dijo claramente el nombre y el apellido de la persona que esa noche le había disparado y el motivo por el que lo había hecho. También lo reconoció fotográficamente. Pero para entonces, Ñapa, que hasta ese momento carecía de antecedentes penales, ya había comenzado su primera huida.

En octubre de ese año, se le detuvo con documentación falsa, acusado de homicidio en grado de tentativa. La Audiencia Provincial de Madrid lo juzgó y condenó en 2018, dos años después de los hechos. En junio de ese año, un juez le impuso una pena de siete años de prisión y diez de prohibición de acercarse o ponerse en contacto con su víctima, pero como no se encontraba en prisión provisional, la decisión de presentarse en prisión era suya. Ñapa apuró todos los recursos judiciales antes de que la resolución fuera firme. Recurrió al Tribunal Superior de Justicia de Madrid e incluso llegó al Tribunal Supremo. El condenado alegó indefensión y falta de pruebas que permitieran identificarlo como el autor de los hechos. Además de la declaración de la propia víctima, que lo conocía antes de la salvaje agresión, también había grabaciones de cámaras de seguridad que registraron parte de lo ocurrido. Justo unas semanas antes de los hechos, el Ayuntamiento había instalado en esa zona de Tetuán medio centenar de cámaras como método disuasorio ante el repunte de violencia que estaba experimentando el barrio.

Los magistrados desestimaron una y otra vez sus apelaciones. Él, entonces, optó por hacerse con nueva documentación falsificada y seguir con su vida. En mayo de 2023 se emitió la requisitoria de entrada en prisión y ha sido este viernes por la noche cuando se ha acabado su escapada. Además de la condena por el homicidio en grado de tentativa, tenía otra por falsedad documental por la documentación que portaba cuando fue detenido por primera vez. Cuando le pusieron las esposas, estaba en un establecimiento en el distrito de Puente de Vallecas. En un bar empezó todo y en otro terminó.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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