“Madrid no se tala”: miles de vecinos se manifiestan en Sol por las políticas “arboricidas” de Ayuso y Almeida
Delegación del Gobierno estima la asistencia en 1.800 personas y los convocantes en 5.000
El movimiento del No a la Tala se ha manifestado este domingo a las 12.00 desde la Puerta del Sol a la fuente de Cibeles, en el centro de Madrid. Durante el recorrido, de 1,2 kilómetros, se han concentrado cerca de 1.800 personas, según los cálculos de la Delegación del Gobierno en Madrid. Los convocantes de la manifestación, los integrantes de la plataforma Yo defiendo este árbol, cifran la asistencia en 5.000 personas. Esta protesta es la desembocadura de todas las manifestaciones que se han realizado a lo largo de 2023 para protestar por las políticas de “talas de árboles y destrucción de parques”, según gritaban los convocados, que se han llevado a cabo en Madrid. Desde las talas y trasplantes por la ampliación de la línea 11 de metro, que pretende tirar abajo cerca de 700 árboles, hasta la conversión de parques como El Calero, en Ciudad Lineal, en campos de zahorra y cal.
Este domingo se han visto árboles en la Puerta del Sol, una plaza sin un atisbo de vegetación y sin sombra a mediodía. Eran falsos, hechos de papel y plástico. Es parte del atrezo que han utilizado los vecinos de Palos de la Frontera, una de las zonas donde se van a talar árboles para construir la línea 11 de metro, para adornar la manifestación. También han construido un vagón de metro de cartón y dos vecinas se han disfrazado de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. La primera con una blusa roja, característica de la líder, y la segunda en traje y corbata. Ambas llevaban una careta de cada uno y una sierra falsa en la mano, amenazando con cortar los árboles falsos que han llevado el resto de los manifestantes. Alicia Gallego, la que hace de Ayuso, no es la primera vez que se disfraza así. Todas las semanas se concentran en la zona de Palos de La Frontera, en el distrito de Arganzuela, para protestar contra la tala.
Los vecinos responsabilizan a Ayuso y Almeida de las talas de los árboles. El metro y todas sus obras están bajo el ala de la Comunidad de Madrid, pero es el Ayuntamiento el que tiene que autorizar cualquier tala o trasplante. Reyes Maroto, líder socialista en el Ayuntamiento, ha acudido a la manifestación con una pañoleta amarilla al cuello, símbolo de la defensa de los árboles en la capital, y ha criticado que Almeida no se moleste en “ser la voz de los vecinos y vecinas”. “Que deje de hablar del Gobierno de España y que trabaje para Madrid”. Maroto también ha criticado que se vayan a talar árboles pertenecientes al entorno protegido por la Unesco del Paisaje de la Luz por la construcción de la estación en Atocha: “Es un ejemplo del desgobierno que sufre esta ciudad”. La líder socialista en Madrid ha identificado a su partido como “la voz de los vecinos”. De hecho, durante la lectura del manifiesto en Cibeles, tarea que le ha correspondido al actor Pepe Viyuela, se ha colocado a la cabeza de la manifestación, tras la pancarta que lideraba la marcha.
La cita en Sol ha sido el evento más importante desde que los vecinos fueron a defender el No a la tala al Parlamento Europeo, que ha admitido la petición de investigación a trámite para vigilar el proyecto. Una de las quejas principales de los integrantes del movimiento es que les han recibido antes en Bruselas que en el propio Ayuntamiento de Madrid y en la Consejería de Transportes, con la que llevan sin reunirse desde abril. Tras la cita europea, la Consejería de Transportes ha convocado una reunión con los vecinos para el 24 de octubre, según cuenta la portavoz del movimiento en defensa de los árboles Susana de la Higuera: “Prevemos que van a rechazar todas nuestras alegaciones al nuevo proyecto y aunque las vamos a recurrir nos da miedo que empiecen a talar y la sentencia llegue cuando ya sea tarde”.
El parque de Comillas, que va a ser destrozado por la obra de ampliación de metro, es el único reducto verde del barrio de Comillas y donde se van a quitar casi 200 árboles. Ana Cabanes, vecina de la zona, explica que “la mayoría de las talas se van a producir porque es el punto de entrada de la tuneladora, que debería entrar por Conde de Casal según el proyecto original”. De la Higuera explica que lo que están intentando es que “haya una cierta conciencia medioambiental a la hora de hacer obras y que no todo pase por talar árboles”. La portavoz pone de ejemplo las obras en la calle de María de Molina, donde se están talando 15 árboles maduros para instalar unos ascensores en la parada de metro de Avenida de América. “Seguro que había otra forma de no talarlos”.
Bajo el ala del movimiento del No a la tala se han colado varias de las protestas que están en marcha para defender los parques de Madrid. En el parque de El Calero, en el distrito de Ciudad Lineal, los vecinos celebraban en octubre de 2022 la remodelación de su parque, hasta que vieron a finales de abril en lo que se había convertido: 40 árboles menos, según sus estimaciones, y un campo de 250 kilogramos de cal cubierto de 650 kilogramos de zahorra, un material que levanta polvo en suspensión. Icíar Viana, una de las vecinas, se queja de la remodelación que han hecho del parque, que aísla las zonas verdes y reduce la vegetación. Lo mismo está pasando en el parque de Las Cruces, en Carabanchel. Allí la zahorra está mezclada con mica, “que es cancerígeno”, afirma Virginia Huecas, vecina del parque. “Son materiales que no permiten filtrar el agua y que hacen difícil que el agua de la lluvia llegue a las raíces de los árboles”.
Los vecinos han denunciado mediante el manifiesto que Madrid va a la deriva en políticas medioambientales en comparación con otras capitales europeas. “En Europa se escandalizan ante el arboricidio que quiere hacer la Comunidad de Madrid con el Ayuntamiento como cómplice”. Así lo ha leído Pepe Viyuela, que se ha solidarizado con la causa: “Estamos aquí para exigir a quien nos gobierna que preserven el patrimonio verde de Madrid”.
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