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Las urgencias del hospital del Sureste de Madrid se quedan con la mitad de médicos: “Ya no podemos más”

Los sindicatos Amyts y CC OO denuncian que solo quedan 12 profesionales en este servicio cuando deberían ser 25. La dirección del centro público reparte octavillas en las que anima a los pacientes a acudir a los ambulatorios más cercanos

Fachada del hospital del Sureste, en Arganda del Rey (Madrid) en una foto de 2018.
Fachada del hospital del Sureste, en Arganda del Rey (Madrid) en una foto de 2018.Europa Press
Beatriz Olaizola

Las urgencias del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, en Arganda del Rey, penden de un hilo. En los últimos cinco meses, 13 médicos han abandonado el servicio y ya solo quedan 12 ―los sanitarios indican que deberían ser 25―, para atender a unos 200.000 habitantes de distintos municipios madrileños, según han denunciado este miércoles los profesionales del centro público a través de los sindicatos Amyts y Comisiones Obreras (CC OO). Los facultativos ―algunos con más de 10 años de antigüedad― han huido de forma masiva, dicen, por la “insoportable” y continua carga de trabajo que soportan que, en la mayoría de casos, ha derivado en cuadros de estrés y en la imposibilidad de arrastrar por más tiempo el cansancio físico y psicológico.

“No hemos tenido en años refuerzos de invierno ni de verano, de modo que tenemos que asumir nosotros mismos la sobrecarga, aumentando el número de horas en estos periodos”, critican los profesionales en un comunicado publicado por Amyts. Una portavoz sanitaria de CC OO explica que la sobrecarga asistencial “viene de lejos”, pero que el “colapso total” empezó en mayo. Entre ese mes y agosto, siete médicos abandonaron las urgencias y, en septiembre, los han seguido otros seis. “Con 25 [sanitarios] podían hacer turnos, que les aliviaba la carga, pero, al irse más de la mitad, ya es imposible. Es una espiral de estrés y los pocos que quedan no van a poder soportarlo”, augura.

Uno de los facultativos que sigue en el servicio cuenta por teléfono, en nombre del resto de médicos, que prevén más renuncias. “Desde hace años nunca están los contratos al 100%. Es un hospital de difícil cobertura, primero por la distancia [unos 33 kilómetros de la capital] y, segundo, porque no tiene residentes, al ser más difícil que vengan. Siempre han faltado una o dos personas, a veces hasta cinco. El refuerzo en vacaciones siempre los hemos asumido entre compañeros y compañeras, haciendo más turnos y horas”, relata. Por convenio, cuenta, deberían trabajar 192 horas al mes, pero han hecho por encima de forma reiterada: “En la planilla de octubre varios compañeros tiene 230-240, que se incrementan por los días de incidencia, por ejemplo cuando alguien se pone malo y hay que hacer una guardia extra”.

La Consejería de Sanidad, confirma que desde mayo se han dado, “de manera progresiva”, varias bajas en el hospital. “Algunos han decidido continuar su labor profesional en otros hospitales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), otros en centros de atención primaria de la Comunidad de Madrid y otros en la sanidad de otros países”, señala un portavoz. También indica que se han ofrecido contrataciones de refuerzo, pero que no se han podido cubrir porque es un centro de difícil cobertura debido a su localización. Esto, añade, “ha generado una reducción en el número de facultativos del servicio de urgencias” y “ha llevado a la dirección de este centro sanitario público a reorganizar el servicio”.

Ante esta situación, los médicos se han puesto en contacto con la dirección del hospital con el fin de plantear medidas para fidelizar a los que quedan ―por ahora las ausencias no se han cubierto, advierten― y de atraer nuevos profesionales. Pero no han obtenido respuesta y consideran que los pasos de la gerencia son “insuficientes”. “Los médicos de urgencias remitieron un escrito a la dirección del hospital en el que reclamaban medidas para retener y afianzar a estos profesionales, pero no se ha implementado plan alguno que pusiera fin a la sangría”, señala en una nota de CC OO.

Uno de los sanitarios lo narra así: “Siempre pidiendo más medios, más medidas, que se pueda conciliar... A veces viene gente y dura poco porque ven la sobrecarga y se van. Las personas renuncian cada dos o tres días, porque se crea un efecto domino al ver que todo pone peor. La gente va huyendo y nunca les han llamado para preguntarles por qué se van o qué pueden hacer [por ellos]. Todo sigue igual”.

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Por ahora, dicen los facultativos, la dirección del hospital ha optado por repartir octavillas donde se indica a los pacientes que “en caso de patologías que no son urgentes”, debido a que las esperas pueden superar las seis horas, acudan a alguna de las seis urgencias extrahospitalarias (Puntos de Atención Continua, PAC) de la zona. “Es una medida muy insuficiente. La realidad es que los PAC no siempre tienen médicos y así no se soluciona el problema, es casi un engaño”, se queja el médico. Un portavoz de Sanidad puntualiza que se atiende a todos los pacientes que acuden al servicio ―“por un profesional de enfermería, como máximo en cinco minutos, para establecer el grado de su dolencia”― y que “en ningún caso” se les insta, una vez en las instalaciones, a que vayan a otros centros para que les atiendan.

Una foto cedida de una las octavillas repartidas en el Hospital del Sureste, donde animan a los pacientes a acudir a las urgencias de los centro de salud cercanos por la sobrecarga en las del hospital.
Una foto cedida de una las octavillas repartidas en el Hospital del Sureste, donde animan a los pacientes a acudir a las urgencias de los centro de salud cercanos por la sobrecarga en las del hospital.

Los sanitarios opinan que el exceso de trabajo ha ido a más desde que la el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso puso en marcha el plan de reorganización de las urgencias extrahospitalarias. Los médicos de esos servicios llevan en pie de guerra desde hace 10 meses, después de que la Comunidad abriera los 78 centros, pero con la mitad de personal que había antes de la pandemia. Ante el caos generado, en noviembre estos sanitarios fueron a la huelga. Después de 10 convulsos días de paros, el Gobierno regional se comprometió a abrir 49 de los centros con el equipo completo (un médico, un enfermero y un celador) y los 29 restantes, con personal de enfermería. Pero los profesionales llevan meses denunciando que las plantillas están cada vez más mermadas y que en muchos puntos nunca hay médico.

En abril de 2022, recoge el comunicado de CC OO, el sindicato firmó un acuerdo con la Consejería de Sanidad para incentivar que se cubrieran puestos en hospitales de difícil cobertura, como el del Sureste. Entre las medidas se incluía, por ejemplo, mayores puntuaciones para obtener plaza en la selección del Sermas. “Desde entonces, CC OO ha pedido a la consejería, reunión tras reunión, que se materializara dicho acuerdo, pero no se ha hecho”, dice el texto.

“Con el estrés de la sobrecarga, hay riesgo de que atendamos peor, porque ya no podemos más. Nos da miedo por la atención que podemos brindar, que se nos escapen cosas o en la espera ocurra algo. Estamos muy preocupados y estresados... Vemos la planilla de octubre y es aterrador, angustioso. Los compañeros están tristes y agobiados. No es posible atender así”, concluye el mismo médico.

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Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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