Luis Arroyo gana las elecciones al Ateneo de Madrid

Después de la tormenta, llegan las elecciones. El Grupo 1820 se ha alzado con la victoria en las elecciones a seis cargos de la junta directiva del Ateneo de Madrid. La candidatura liderada por el sociólogo Luis Arroyo ―y en la que concurrían cuatro candidatos― ha ganado por mayoría simple con 432 votos, un 62,39% del total. De los 2.200 socios de la institución bicentenaria que estaban llamados a las urnas, participaron en los comicios 678 de ellos. Desde que el grupo vencedor tomó las riendas de club privado ya en mayo de 2021, la animadversión de algunos miembros más veteranos ha ido en aumento y renace cada primavera antes de la jornada electoral.

A pesar de la victoria, el equipo de Arroyo no logró los votos suficientes para renovar el reglamento del Ateneo, uno de los principales puntos de choque con los socios veteranos. Para el reelegido presidente es “crucial” reformarlo, porque considera que la normativa establece directrices carentes de sentido y que han propiciado, en parte, la decadencia de la institución. La propuesta del grupo 1829 era modificarlo, para que los comicios se celebraran cada cuatro años. También que se limitaran los mandatos o crear la figura del defensor del socio. Los miembros más críticos creen que el reglamento refleja la esencia de la institución y cambiarlo supone atentar contra ella. De hecho, las juntas, que se celebran cada mes, se han convertido en escenario de reproches y broncas, y en ocasiones se prolongan por más de cuatro horas.

El Ateneo renueva la mitad de los 11 cargos de la Junta de Gobierno anualmente, seis un año y cinco al siguiente. Este 2023 tocaban seis y se enfrentaban otras tres candidaturas, además de Grupo 1820: Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo, agrupación clásica liderada por Miguel Pastrana que obtuvo 143 votos y se presentaba como “la única forma de evitar el unilateralismo” en la institución; Por un Ateneo Libre e Independiente, encabezada por Mayte Pedraza, que aglutina a los opositores más críticos y logró 85 votos; y una candidatura individual, con Alfonso Vázquez, a quien votaron 27 socios.

Las urnas se abrieron a las 9.30 en el número 21 de la calle de Prado, en el centro de Madrid, y cerraron a las 21.00. El recuento de votos terminó una hora después, y fue un momento agridulce para los socios más críticos, que primero vieron como ganaba el no a renovar el reglamento, pero después cómo el equipo de Arroyo, cuya gestión no siempre aprueban, revalidaba los cargos con más de la mitad de los votos.

El club privado, fundado allá por 1820 y que durante los años ochenta llegó a aglutinar a más de 7.000 socios, se financia de dos formas: con las cuotas de los afiliados, unos 300 euros al año, que les permiten el acceso libre a la sede y sus actividades; y gracias a las subvenciones públicas de la Comunidad de Madrid, de 150.000 euros al año, y del Ayuntamiento de la capital, que ronda los 200.000. Arroyo defiende que, desde la llegada de Grupo 1820 a la directiva, “la casa tiene más luz”.

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