La reunión entre médicos de familia y Comunidad de Madrid termina por duodécima vez sin acuerdo y sin Escudero presente
El principal escollo entre los sanitarios y la Consejería de Sanidad sigue siendo la financiación para la atención primaria
El día que se cumplían tres meses de huelga de los médicos de atención primaria de Madrid llegó la duodécima reunión entre la Consejería de Sanidad y el comité de huelga y no hubo sorpresa: terminó sin acuerdo. El encuentro duró en esta ocasión siete horas, con dos recesos entre medias, y se valoraron varias alternativas, pero sobre todo se discutió sobre la financiación que necesita el primer muro de contención del sistema sanitario madrileño. Para los médicos, todo acuerdo pasa por invertir más dinero para evitar la sangría de profesionales. Para los representantes del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, se trata de reequilibrar las cuentas: si la línea roja se encuentra en que los sanitarios de los turnos de difícil cobertura como los de la tarde cobren un extra por asumir puestos que nadie quiere, están dispuestos a aceptarlo, pero siempre que ese dinero salga de otros complementos. Más dinero, por un lado, siempre que se reste de otro.
La reunión, tensa a veces, amable otras, se volvió a celebrar para sorpresa de muchos de los afectados sin la presencia del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que ha sido protagonista en los últimos días porque sí se reunió el miércoles pasado con militantes del PP en el distrito de Salamanca para hablar de “las mentiras de la izquierda sobre sanidad”, donde soltó la bomba de la que todos los médicos hablan desde entonces: vislumbra un modelo basado en la enfermería. Y, entre recelos por esos supuestos modelos, sumas, restas, tiras y aflojas, los médicos se volvieron a casa con lo que menos querían: sin pacto y con una nueva fecha para manifestarse, este miércoles a las 10.30 en la puerta de la Consejería de Sanidad.
“No han entrado a valorar nuestra contrapropuesta”, ha dicho Ángela Hernández, secretaria general del sindicato médico Amyts, nada más salir del encuentro. Se refería al plan que los representantes de los profesionales sanitarios presentaron hace una semana y que rebajaba sus pretensiones iniciales: pedían una subida del salario lineal de 400 euros, en lugar de los 479, 77 euros que el Gobierno de Madrid prometió para acabar con otra huelga, la de septiembre 2020; y una incentivación del 10% para el turno de tarde, en lugar del 25% que la Administración pactó también hace dos años y medio, y que nunca se cumplió, o del 15% que fue la línea roja que los médicos pusieron cuando arrancó este conflicto hace tres meses.
La Consejería de Sanidad ha asegurado que ha ofrecido 55 millones de euros, “duplicando el esfuerzo presupuestario sobre las retribuciones previas al actual Plan de Mejora de Atención Primaria, pero el comité no quiere parar la huelga”. El comité ha explicado que utiliza el juego de los trileros, ahorrarse 55 millones de unas partidas para ofrecerlas en otras. Y el presupuesto destinado a la atención primaria, al final, es el mismo.
“Ellos lo que han hecho es un pequeño avance con respecto a las líneas rojas que habían mantenido en las primeras reuniones, que recordemos que era una gestión para nosotros insuficiente desde el punto de vista presupuestario para poder levantar la primaria”, ha insistido Hernández. “En ese sentido, en la parte organizativa hay algunos puntos en los que se está trabajando, como en la limitación de la demanda que están poniendo en marcha porque era absolutamente necesario por el tema de la sobrecarga. Y en la parte retributiva, tenemos un problema de concepto que ya no es tanto el posicionamiento económico”, ha continuado.
Se refería a que la Comunidad de Madrid está dispuesta a abonar un extra para los médicos que trabajen en turnos de “tardes puras”, que solo hagan las tardes, y que pierdan ese concepto cuando deslicen el horario, es decir, que algún día puedan realizar el horario de mañana. “Nosotros creemos que esas tardes tienen que ser incentivadas de forma proporcional a las tardes que se hagan. Ese es un punto que es puramente de concepto”, ha insistido la cirujana.
Un portavoz de la Consejería de Sanidad, sin embargo, vuelve a decir que el problema principal es que “Amyts quiere que desaparezca el turno fijo de tarde, situación que está en contra de la necesidad de garantizar la prestación asistencial que la Comunidad de Madrid ofrece a los madrileños en el turno de tarde”. El sindicato lo niega, de nuevo.
Por otra parte, los miembros del comité de huelga se niegan a que los médicos pierdan otro concepto retributivo, como el de la tarjeta sanitaria asignada (TSA), para cobrarlo de otra manera como si fuera un plus conseguido en esta negociación. “Nos parece un engaño. Creemos que el complemento tiene que ir aparte de ese concepto que surgió para incentivar la penosidad de determinados centros”, ha explicado Hernández, que ha añadido además que la consejería no ha propuesto nada para “los centros en situación crítica”.
El clima de la reunión, según admiten los propios implicados, ha sido algo diferente. “Ellos dicen que van a valorar nuestras propuestas con sus responsables”, ha concedido Hernández, que también reconoce que siguen echando de menos la presencia de Escudero para explicar sus palabras de la semana pasada. “Estaría bien que explicaran cuál es su modelo, el modelo de partido, para la sanidad madrileña. Porque recordemos que la semana pasada, en una reunión con afiliados, dijo que su modelo para la atención primaria era un modelo puro de enfermería, es decir, en el que los médicos, al parecer, sobramos. Eso explicaría por qué no se abre el grifo para financiar la atención primaria”.
El único acercamiento a la vista, por lo visto, tiene que ver con el proyecto piloto para limitar las agendas de los médicos, que se ha puesto en marcha en 22 de los 423 centros de salud. “Han dicho que si tiene éxito no tienen problema en acelerar su implantación”, ha reconocido Hernández, “aunque ahora que llega la realidad están viendo la dificultad de qué hacer con el exceso de demanda, es decir, con el paciente 35 en adelante”. La Comunidad de Madrid explicó en su momento a los médicos que los pacientes que no entraran en la agenda diaria irían a parar a una agenda general y que serían atendidos por voluntarios. Ahora, al parecer, no es tan fácil poner ese plan en marcha si no hay voluntarios suficientes.
Los números, en ese sentido, no casan. La Administración asegura que “más de 650 facultativos han mostrado su disposición para realizar prolongaciones de jornada en su centro de salud u otro centro”. Es decir, que están dispuestos a hacer voluntariamente entre una y cuatro horas más de su turno laboral por 50 euros por cada una de esas horas. Eso sí, en la región hay más de 4.200 médicos.
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