Condenada a 18 años de prisión por asesinar a puñaladas a la expareja de su novio: “Te voy a matar y ya está”
El jurado exoneró al chico con el que ambas mantuvieron una relación y que condujo a la autora hasta la casa de la víctima la noche del crimen
La sentencia recoge la lista de mensajes que Rocío Martínez, alias La Golosina, envió a Denisa Dragan antes de acabar con su vida. “Cuanto más sola estés, ahí estaré para quitarte la vida”, rezaba uno de los últimos. La justicia acaba de condenar a La Golosina a 18 años de prisión por el asesinato de la que había sido pareja del que en ese momento era su novio, Mario Tabanera. Él, que nunca medió entre ambas para acabar con la rivalidad y condujo a la condenada hasta la puerta de la casa de la víctima en Alcorcón la noche del crimen y la llevó después del homicidio a casa de sus tíos, fue exonerado de toda responsabilidad por el jurado.
Mario, de 26 años, y Denisa, que tenía 17 años cuando falleció, comenzaron una relación en 2017 que finalizó a mediados de 2018. Poco después, él comenzó a salir con La Golosina, que ahora tiene 23 años. La condenada sintió desde el principio unos celos incontrolables y una obsesión por la expareja de su novio. Según queda probado en la sentencia, los mensajes amenazantes que le enviaba, tanto desde su móvil como desde el de una amiga, eran constantes y muy directos, y Mario sabía que su novia estaba acosando de ese modo a su expareja. “Te voy a matar y ya está”, “Hasta que no te dé lo tuyo no voy a parar porque yo soy así”, “La próxima, tranquila, que no te voy a amenazar ni a avisarte”. Esto último lo cumplió y acabó asesinándola de varios navajazos en el abdomen, de los que Denisa apenas se pudo defender.
El 25 de noviembre de 2018 fue el día en el que la bomba de relojería estalló por los aires. Esa noche, Mario y La Golosina estaban cenando una hamburguesa cuando saltó en la pantalla del chico la notificación de una solicitud de amistad en Facebook de Denisa. La cólera se apoderó de la condenada, que exigió a su novio que la llevara hasta casa de su expareja. Él la condujo hasta la puerta, un bajo comercial convertido en vivienda, y la víctima apenas pudo abrir cuando su asesina le clavó la navaja en la tripa. “Rocío, no me hagas nada”, pudo decir Denisa antes de desplomarse. La Golosina entonces volvió al coche con Mario y escaparon del lugar.
El fallo reconoce que la condenada tiene un trastorno de inestabilidad emocional, pero asegura que en el momento de los hechos sus “capacidades volitivas” no estaban alteradas. Es decir, que era capaz de discernir el bien y el mal en sus acciones. La defensa trató de justificar un ataque de agresividad como una consecuencia de la diabetes que La Golosina padece, algo que el jurado también rechazó.
La sentencia sostiene que queda probado que llevó a la asesina hasta el lugar del crimen, pero “no por propia iniciativa, sino a instancias de Rocío”. Tampoco considera probado que fuera él quien le facilitara el arma, aunque sí que era conocedor de que su entonces novia la llevaba en la mano cuando salió del coche, ni que fuera encubridor de los hechos, aunque el lugar al que acudieran después del asesinato fue la casa de los tíos de Mario. Según el fallo, después de volver al vehículo con la navaja en la mano, fue ella sola la que se deshizo del arma homicida sin que él se enterara. Este es el fin de un triángulo sentimental, en el que una adolescente acabó muerta, otra chica en la cárcel y él ha quedado liberado de cualquier responsabilidad.
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