Tres detenidos por el asesinato a tiros de un hombre en Alcorcón con el que habían peleado en una discoteca
La víctima fue alcanzada por sus agresores a dos kilómetros del local en el que comenzó la reyerta y huyeron en coche
Todos los hilos de los que se ha tirado para dar con los responsables del asesinato de Bori, un hombre venezolano de 19 años asesinado a tiros en Alcorcón en la madrugada del 2 de octubre, han sido efectivos. Uno de ellos confesó a los agentes poco después del homicidio y los investigadores siguieron encajando las piezas del puzle hasta dar con los otros dos implicados. Los tres autores de la muerte de Bori ya tienen nombre y apellido y han sido detenidos en Parla y Usera. Dos ciudadanos dominicanos y uno español con antecedentes por robos y peleas. Aunque el origen del enfrentamiento que desembocó en un asesinato no está en la disputa por los territorios que mantienen las bandas juveniles, los implicados en el crimen sí que tenían conexiones con estas.
En la madrugada del sabado al domingo 2 de octubre se desató una pelea en la discoteca Diverso de Alcorcón, un local que ya había estado en el punto de mira de la Policía en el pasado como punto de encuentro de los pandilleros. “Parece que hubo un lío con una chica y la víctima insultó al autor material”, explican fuentes policiales. Pero la pelea no acabó ahí. Los agresores se alejaron del local y esperaron a su objetivo a dos kilómetros de la discoteca, en la avenida Torres Bellas. Allí le descerrajaron cuatro tiros, uno de ellos en la cabeza, y escaparon en un vehículo.
El lugar de la ejecución se convirtió al día siguiente en un altar con cuatro velas y pintadas en recuerdo del fallecido, algunas de ellas hacían referencia a la banda de los Blood, una pandilla minoritaria en Madrid pero que ya ha sido investigada por la Policía en numerosas ocasiones. Los agujeros de los disparos aún permanecen en una caseta de la obra de remodelación de la fachada del edificio junto al que cayó la víctima y en el suelo todavía quedan pequeños restos de la sangre que derramó en sus últimos pasos.
Hace unos meses los agentes llegaron a hacer una redada en el bar de copas en el que se originó el enfrentamiento y encontraron a varios menores consumiendo alcohol e identificaron a varios integrantes de bandas. Ese local fue escenario de otra pelea entre bandas en abril, en esta ocasión de Trinitarios y DDP, en la que fueron apuñalados tres jóvenes, aunque no hubo ninguna víctima mortal.
Justo 24 horas después del homicidio de Bori, otro hombre fue asesinado a las puertas de una discoteca en Fuenlabrada. Aunque en un principio se pensó que uno podía ser consecuencia del otro, los investigadores llegaron a la conclusión de que no estaban conectados. Lo que sí que une a ambos hechos y ha preocupado en estos crímenes es el uso de la pistola. La delegada del Gobierno, Mercedes González, apuntó que suponía un paso más en la escalada de violencia. “Sí que sabemos que algunos capítulos [las agrupaciones en las que se organizan los pandilleros] tienen algunas pistolas, aunque lo más común son los machetes y cuchillos. Pero sí detectamos hace tiempo que todos los miembros más mayores, que ya han dado el salto de la banda al crimen organizado de tráfico de drogas, tienen acceso a las armas de fuego a través del mercado negro”, explicaba un día después de las muertes a este periódico una fuente policial.
La abundancia de testigos así como el gran número de personas involucradas en la reyerta que dio origen al desenlace fatal han sido elementos fundamentales para cerrar la carpeta de investigación de este caso en menos de una semana.
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