En Tabarnia, Ayuso se compara con Isabel La Católica
La presidenta de Madrid carga contra Sánchez y el independentismo en un acto estrambótico de la plataforma antinacionalista en el que se premia al torero Ortega Cano, al presentador Javier Cárdenas, o a Ramón Arcusa, del Dúo Dinámico
Isabel Díaz Ayuso acaba la mañana del martes meneando las caderas al ritmo de David Civera. La presidenta de la Comunidad de Madrid está en un céntrico restaurante de Madrid al que le han convocado los impulsores de Tabarnia, una plataforma que emplea la ironía, el absurdo y la exageración frente al independentismo catalán. “Todoterreno”, le dicen los asistentes. “Castiza”, le piropean. Y tan desinhibido es el ambiente, que ella se deja llevar. Primero lanza promesas: “Yo te bajo los impuestos”, le dice a un nuevo vecino de Pozuelo. Luego, arremete contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: “Nos duele que trate al presidente de la Generalidad como jefe de Gobierno extranjero cuando se nos despoja de nuestros derechos recogidos en la Constitución”. Y como remate, aprovechando que la jornada es proclive a las hipérboles, propone un paralelismo histórico de calado. “De nuevo, una Isabel ha vuelto a unificar dos reinos”, bromea, ironizando con que ella une Tabarnia (la suma de Tarragona y Barcelona) y Tabernia (el Madrid de sus votantes), igual que Isabel La Católica unió Aragón y Castilla. Está claro que Ayuso ha venido a jugar.
Así empieza todo. “Uno no se arrodilla más que ante el Santísimo, coño”, dice uno de los organizadores cuando otro le propone “una genuflexión” para recibir a la presidenta de la Comunidad de Madrid, que llega rodeada de cámaras y preguntas sin respuesta. Este es el único acto que aparece este martes en la agenda de la líder conservadora. Mientras Alberto Núñez Feijóo, el líder nacional del PP, apura los últimos minutos para preparar el debate en el Senado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la baronesa conservadora opta por una jornada de divertimento a la que llega sabiendo perfectamente dónde se mete.
―“Proclamo mi entusiasmo por el nuevo fichaje estrella de la excelentísima presidenta para acompañarnos en el arduo, y cachondo, camino de Tabarnia”, avanzó la víspera el dramaturgo Albert Boadella, proclamado presidente en el exilio de Tabarnia. “Al mismo tiempo la invito para que nos acompañe en la nueva mesa de negociación, de Ikea, por supuesto, negociación al más bajo nivel con Junts per Cat i pel Cul, con la CUP de Cat de Cony, con Esquerra me la porta fluixa, con Republicans de la banana independent, con Convergència i Unió per la ruina, y con Catalans tocats dels collons per Òmnium”, enumera. “Querida y admirada presidenta, unidos a su probado genio político, la victoria es segura. Visca Tabarnia y Visca Espanya lliure de gilipuás”.
―“Es todo un honor”, le respondió en Twitter Isabel Díaz Ayuso, como si todos esos descalificativos sobre rivales políticos no fueran con ella.
Presidente, amigos: Es todo un honor 🇪🇸
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) September 5, 2022
Un día después, este martes, ese es el tono de la reunión que espera a Ayuso. Entre desenfadado y faltón. Ella aparece con más de media hora de retraso sobre la hora programada y se encuentra con una escena pintoresca. A la puerta hay un cartel que anima a sumarse a la plataforma a cualquiera que sea “facha, nordo, tabernario, español...”. Las banderas de España y de la Comunidad, colocadas con esfuerzo como fondo de su intervención en un escenario precario, contrastan con las caricaturas del expresidente catalán Carles Puigdemont o con los camareros treinteañeros vestidos de marinerito del restaurante en el que se celebra el acto. A los asistentes se les ofrece contar con el carnet de “Héroe de Tabarnia” por el módico precio de 60 euros. Y los diputados presentes (de Cs y UPN) se mezclan con excompañeros de la política (como Juan Carlos Girauta, exportavoz parlamentario de CS; Alejo Vidal Quadras, ex del PP catalán y fundador de Vox; o Fran Hervías, ex de Cs y PP).
A 40 euros el cubierto, el bullicio es notable. Aquellos que no miran embelesados a Ayuso dirigen sus miradas a los rostros famosos que van a ser nombrados embajadores de Tabarnia: entre otros, el torero Ortega Cano; Ramón Arcusa, uno de los integrantes del Dúo Dinámico; el presentador Javier Cárdenas; o la actriz Mónica Pont.
“Eres nuestra mujer de valor”, resume las alabanzas a Isabel Díaz Ayuso de los intervinientes que van subiendo al escenario.
Los organizadores juegan a forzar los discursos, la escenografía y los símbolos, en un ejercicio de exageración que intenta poner de relieve lo que consideran como contradicciones del independentismo catalán. Ese, explican, es el espíritu fundacional de Tabarnia: contraponer a la posibilidad de que Cataluña se independice de España a la opción de que Tarragona y Barcelona se independicen de Cataluña. Para cuando los integrantes de la plataforma salen a la calle a ofrecer un ramito de flores a una figura de cartón de Colón, está claro que Ayuso no viene a un acto cualquiera de los que protagoniza todas las semanas. Y la presidenta de Madrid actúa en consecuencia.
“En Madrid nadie se va a encontrar con su ex, pero tampoco con tractorianos con lazo”, se ríe la presidenta, en referencia a las manifestaciones de independentistas con tractores y lazos amarillos. “Cataluña is Spain”, subraya. Y así, Ayuso se despide con una broma, su primer decreto al frente de Tabarnia: “Por los poderes que me concede esta corte, y como presidenta de Tabarnia tomo la decisión de unir los reinos de Tabarnia y Tabernia para mayor gloria de España (...). ”Los aquí presentes quedan nombrados caballeros y damas de la orden de Tabarnia y de Tabernia con lealtad a su majestad el rey Felipe VI”.
Entonces, suena una guitarra, truenan los altavoces, y suena una canción de David Civera alterada para convertirla en himno de Tabarnia. Díaz Ayuso acompaña la música. Porque este martes tan alejado de los rigores y etiquetas propios de las instituciones, antes que presidenta de Madrid, actúa como presidenta de Tabarnia.
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