Un camarero se salva de un tiroteo en el barrio de Chueca de Madrid porque las balas impactaron en una pata de jamón
El supuesto autor de los disparos es un menor que ya está detenido, mientras que otro agresor logra escapar
En cuanto aparecieron por la puerta, el camarero se tiró al suelo y se parapetó tras la barra. El pasado domingo a mediodía, dos agresores entraron en un establecimiento del barrio madrileño de Chueca y dispararon decididos a su objetivo, que logró esquivar las balas. Al fallar en su misión, huyeron del lugar a la carrera, aunque uno de ellos no fue muy lejos. Dos agentes de movilidad desarmados lo retuvieron en una calle cercana, como adelanta una información del diario Abc, y encontraron en su mochila la pistola con la que había disparado a su víctima, un hombre con nacionalidad española de origen dominicano de 32 años. El detenido, presunto autor de los disparos, es un menor español de 17 años. El otro agresor consiguió escapar y la Policía Nacional lo busca.
Las balas quedaron alojadas en el jamón que había en la barra del bar El Tigre, por lo que la Policía científica no pudo recuperarlas en el momento, detallan fuentes policiales. Toda la escena quedó registrada por las cámaras de seguridad del local, que serán claves para identificar al agresor que consiguió escapar de los agentes. En cuanto ambos echaron a correr, el camarero salió del local y empezó a pedir auxilio: “¡Policía, policía!”. Los que se encontraban más cerca eran dos agentes de movilidad, que retuvieron al chico en la calle de Augusto Figueroa, a escasos 100 metros, hasta que llegaron efectivos de la Policía Municipal y la Policía Nacional, que es la que lo detuvo y lo trasladó al Grupo de Menores (Grume).
Una portavoz de la Jefatura Superior de Madrid ha explicado que podría tratarse de una reyerta entre bandas juveniles, aunque lo ha calificado de “hipótesis” a la espera de que avance la investigación, pese a que muchas pistas indican en esa dirección. La Brigada de Información, que es la que se ocupa de este tipo de agrupaciones criminales, es la que se ha hecho cargo de las pesquisas. “En las imágenes se ve cómo el camarero los reconoce en cuanto entran por la puerta y ellos iban claramente a por él”, señala una fuente policial. Aunque el ataque se produjo sobre la una y cuarto de la tarde, el local, muy frecuentado por jóvenes por sus bajos precios y tapas abundantes, no estaba lleno.
El último homicidio perpetrado por bandas juveniles también se produjo a mediodía. El joven de 18 años Alejandro Pérez, miembro probado de los Dominican Don’t Play, según la Policía, fue ejecutado junto a las vías del tren de la estación Puente Alcocer, en Villaverde, en venganza por el asesinato en febrero de otro pandillero en Atocha. En esa ocasión, la víctima fue apuñalada después de haberle tendido una emboscada. Esta vez el arma utilizada ha sido una pistola real, algo menos común en las bandas por la dificultad que existe en España para acceder a un arma de fuego.
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