Por qué la izquierda madrileña oxigena a Almeida en su peor momento: “Somos conscientes, pero no gilipollas”
Más Madrid, el partido más votado en 2019, y el Grupo Mixto, formado ahora por tres exconcejales de Carmena, abren otra batalla judicial con graves acusaciones a solo un año de las elecciones
Año de elecciones, año de divisiones en la izquierda madrileña. El refrán no existe, pero existirá tarde o temprano. No hay comicios en Madrid sin rupturas en el ala progresista de la capital de España. El hastío de sus votantes comienza a ser habitual a poco tiempo de escoger las papeletas. ¿Qué sucede en el palacio de Cibeles con estas formaciones?, ¿por qué ha vuelto una guerra interna a Más Madrid, el partido que fundaron Manuela Carmena e Íñigo Errejón en 2019? Toda crisis tiene su propia teoría del caos. El 3 de marzo de 2020, la formación que ganó las últimas elecciones en la capital de España ―con 19 concejales y 503.990 votos― sufrió una ruptura interna sin precedentes. Cuatro de esos 19 ediles anunciaron su marcha con duras críticas hacia sus compañeros de partido. “No hay oposición a José Luis Martínez-Almeida”. “Hemos perdido la centralidad progresista”. “Más Madrid deriva hacia un activismo minoritario”. Los cuatro continuaron en el Ayuntamiento bajo otra nueva marca: Recupera Madrid. Nadie en el partido duda de que tras esta decisión existen rencillas personales y, sobre todo, económicas.
Ese día se abrió también otro debate interno. ¿Los cuatro concejales se irían al Grupo Mixto o al grupo de los ediles no adscritos? La primera respuesta se conoció el pasado agosto tras varias disputas legales. Recupera Madrid se convirtió entonces en un Grupo Mixto por orden del secretario del Ayuntamiento y en contra de numerosos informes jurídicos, como el de los letrados de la Comunidad de Madrid. La diferencia entre alinearse en el Grupo Mixto o ser concejales no adscritos es clave desde un punto de vista institucional, político, mediático y económico. Los grupos políticos tienen turnos de intervención en el pleno y fondos públicos para financiarse de los que carecen los concejales no adscritos.
Más Madrid recurrió entonces esta decisión en los tribunales. Una jueza les ha dado la razón este lunes. Ha ordenado la disolución inmediata del Grupo Mixto amparándose en un artículo de la Ley Reguladora de las Bases de la Administración Local: “Los miembros de las corporaciones locales se constituirán en grupos políticos, con excepción de aquellos que abandonen su grupo, que tendrán la consideración de miembros no adscritos”.
La decisión de ser miembros no adscritos no tiene efectos inmediatos. Fuentes judiciales apuntan a que la sentencia firme se demorará hasta bien entrado 2023. Puede que incluso cuando haya terminado la legislatura y la decisión ya no tenga consecuencias. Sí ha tenido, sin embargo, unos efectos colaterales en el mandato de Almeida. Gracias a los votos del Grupo Mixto, PP y Ciudadanos han sacado adelante los Presupuestos de 2021, además de las ordenanzas de terrazas y de movilidad, que puso fin a Madrid Central.
El Grupo Mixto ya ha anunciado que recurrirá esta decisión judicial. Fuentes municipales confirman que los servicios jurídicos del Ayuntamiento ―que avalaron también que fueran un Grupo Mixto― tomarán una decisión al respecto en los próximos días. ¿Y entonces, qué ha pasado para que la izquierda vuele por los aires otra vez? Que este martes, a media mañana, los ediles del Grupo Mixto anunciaron una comparecencia pública para dar su versión de los hechos. Allí, rodeados de cámaras, todo iba según lo previsto.
De pronto, el portavoz José Manuel Calvo activó su micrófono. Anunció una bomba mediática. En los próximos días interpondrán una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por financiación ilegal y falsificación de firmas durante el acta de creación de Más Madrid como partido. Munición con pólvora contra sus antiguos compañeros de partido. “No teníamos intención de perjudicarles”, contó en la rueda de prensa el portavoz José Manuel Calvo. “Sabemos que Más Madrid era una de las pocas opciones que tenía la izquierda de recuperar la alcaldía en 2023, pero no podemos seguir aguantando sus acusaciones de transfuguismo contra nosotros”. Calvo atiende a EL PAÍS por teléfono 24 horas después:
—¿Por qué han tomado esta decisión ahora y no antes?
―Este movimiento se debe a los insultos que nos da Rita Maestre cuando sale la sentencia.
Maestre, portavoz de Más Madrid, hizo unas declaraciones tras conocer que la justicia les daba la razón sobre sus excompañeros para que no fueran un Grupo Mixto. Les acusaba de “transfuguismo”. No era la primera vez, pero fue el chispazo para que los ediles de Recupera Madrid sacaran toda la artillería. “Eso fue lo que provocó nuestra reacción. Esas palabras fueron decisivas”, prosigue Calvo. “Dicen que se han utilizado nuestros votos para apoyar a Almeida. ¡Nosotros hemos hecho todo lo que hemos podido para que Almeida salga de la alcaldía!”.
―¿Es consciente de que este movimiento puede perjudicar a la izquierda?
―Sí, pero no somos gilipollas. Nos fuimos de Más Madrid por el acoso que sufríamos. No se nos dejaba trabajar. El proyecto de Rita nace muerto. ¡Ejercían prácticas mafiosas!
Maestre niega todas estas informaciones. “Les queda un año y tienen que sobrevivir, pero me esperaba que hicieran el menor daño posible”, cuenta ella misma por teléfono. “Estas acusaciones son chaladuras absolutas. Nosotros vamos a dedicar nuestro tiempo a construir un proyecto alternativo al PP. Su único objetivo es hacer daño”.
―¿Percibe hastío en el votante progresista?
—Esto no es la izquierda, estos son tres personas. Al votante progresista le importa muy poco esto, yo me voy a dedicar a contarles a los madrileños mi proyecto alternativo de ciudad frente a Almeida y Vox.
Este movimiento político se produce en el peor momento del mandato de Almeida, tras el escándalo de las comisiones millonarias de las mascarillas y el cierre en falso de la comisión municipal sobre el intento de espionaje a la presidenta Isabel Díaz Ayuso a través de dos empresas del Ayuntamiento. El foco del día a día del alcalde de Madrid se ha desvirtuado por completo. Por más que inaugura obras, hace entrevistas a medios afines o acude a eventos, el equipo del regidor no logra marcar una agenda propia. Los escándalos se estaban imponiendo sobre la gestión diaria. Hasta ahora.
“El desgaste es evidente”, admitía hace unas semanas un alto cargo del Ayuntamiento. “Esto de la izquierda nos ha venido muy bien”, responde ahora una persona del círculo de confianza del alcalde. “Y quizá siembre la duda de si Maestre será finalmente candidata”. Hasta Almeida ha entrado al trapo con cierta retranca este miércoles: “Esta guerra me entristece”.
El último díscolo del Grupo Mixto: “No podemos estar en peleas”
Los cuatro ediles que dieron un portazo en marzo reciben la etiqueta de carmenistas. Marta Higueras es íntima amiga de Carmena y fue la teniente alcalde de la capital durante su mandato; Luis Cueto es el sobrino político de la exalcaldesa y fue su coordinador general de la alcaldía; José Manuel Calvo, el máximo responsable de Urbanismo, y Felipe Llamas fue jefe de Gabinete de la exalcaldesa en el Palacio de Cibeles. Llamas abandonó la política en diciembre. Estaba en contra de que sus compañeros del Grupo Mixto aprobaran los Presupuestos de 2021. “No quiero entrar en el ruido”, cuenta ahora por teléfono. “Yo tomé la decisión de salir, pero siempre estuve en el contexto de unir a la izquierda. Creo que existen posibilidades de volver a ganar la alcaldía dentro del marco progresista. El sentido común llama a arreglarse. No podemos estar en peleas”.
En el PSOE la situación es muy distinta. “Esto demuestra el papel de la nueva izquierda, que vino a revolucionarlo todo y no es capaz ni de entenderse”, explica por teléfono la portavoz, Mar Espinar. “Lo que tiene encima Almeida es tan grave que no podemos desviar la atención. Esto es un balón de oxígeno que no se merece”. En Podemos, que no cuentan con representación en el Ayuntamiento, prefieren no hablar de guerras internas en la izquierda. “Nosotros queremos sumar y hacer un proyecto político progresista, sumando mayorías”, explica por teléfono un alto cargo de la formación en la Comunidad. “Hay que cambiar el Ayuntamiento de Madrid, esa es la prioridad”.
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