Almeida pacta los Presupuestos de 2022 con cuatro ediles de la izquierda
Recupera Madrid se afianza como socio prioritario de PP y Ciudadanos, en detrimento de Vox
Sí, Madrid tendrá nuevos Presupuestos. Sobre la bocina, pero tendrá nuevas cuentas el año que viene. José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís han alcanzado este lunes por la tarde un acuerdo in extremis. La capital de España finalmente tendrá nuevos Presupuestos en 2022, tras alcanzar un acuerdo de seis puntos con el Grupo Mixto, los cuatro concejales que se marcharon en abril de este año de Más Madrid por desavenencias con la portavoz, Rita Maestre. El acuerdo, al que ha tenido acceso EL PAÍS y que se aprobará este miércoles en un pleno extraordinario, recoge tres grandes líneas fundamentales: movilidad, cultura y gasto social.
El Grupo Mixto ha pactado una partida de 25 millones de euros para financiar la gratuidad del transporte público cuando la capital supere los umbrales de contaminación permitidos. Y los siguientes días: primer día de vuelta al trabajo de septiembre, primer y segundo día de vuelta al colegio en septiembre, primer lunes de octubre, primer día laborable posterior al puente de diciembre, primer y segundo día de vuelta al colegio después de las Navidades y primer día de vuelta al colegio después de Semana Santa. El Grupo Mixto planteó en un primer momento la gratuidad permanente del transporte público en hora punta. En la negociación, el Ayuntamiento se ha comprometido a iniciar con carácter inmediato el expediente para la gestión directa de las bicicletas públicas, BiciMAD, por parte de la Empresa Municipal de Transporte. Esta medida tendrá un coste presupuestario en torno a otros cinco millones de euros.
En el capítulo de Cultura, el Grupo Mixto ha logrado iniciar la tramitación para la declaración de Almudena Grandes como hija predilecta de la ciudad de Madrid. El 30 de noviembre, el PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra de esta iniciativa. Los cuatro ediles, conocidos como carmenistas por haber estado en las listas de Manuela Carmena, han incrementado las ayudas a las asociaciones LGTBI en 150.000 euros. Además, si la situación de la pandemia permite la celebración del MADO Orgullo de Madrid 2022, se financiarán mediante convenio actividades de patrocinio por importe de 500.000 euros.
En materia sanitaria, Almeida se ha comprometido a ceder a la Comunidad la superficie necesaria del edificio del paseo del Prado número 30 con el fin de construir un centro de salud, tal y como demandaban los vecinos desde hace años. Y en medio ambiente se destinarán 500.000 euros para desamiantar y 750.000 euros para combatir olores de Valdemingómez, entre otras partidas.
Una negociación de vaivenes
El acuerdo avecina un terremoto político en el Ayuntamiento de la capital ―con grandes críticas de la bancada de la izquierda: PSOE y Más Madrid― y también abre un movimiento tectónico en el votante conservador. ¿Han cambiado el PP y Ciudadanos de socio prioritario, como tildaban a Vox? “Nuestros socios prioritarios son los madrileños”, ha dicho Almeida durante la rueda de prensa de esta tarde. “Si tenemos que negociar con grupos distintos, lo haremos”.
Por partes. El 16 de noviembre, Almeida y Villacís convocaron a la prensa en una de las plantas nobles del palacio de Cibeles. El alcalde de Madrid y la vicealcaldesa ―un matrimonio político con más sombras que luces y que tiene los días contados por numerosos rifirrafes internos― anunciaron a los madrileños que el PP y Ciudadanos habían llegado a un acuerdo. Los nuevos Presupuestos de 2022 ya estaban en marcha: 5.481 millones de euros, 416 más que este año. Pero ―siempre hay peros en esta coalición― hacía falta de nuevo otros cuatro votos más al no contar con una mayoría absoluta (26 ediles frente a los 30 necesarios). Aquella mañana de noviembre Almeida fijó su postura: “Es obvio y parece razonable que sea Vox quien apruebe estos Presupuestos. Este equipo de Gobierno ha sido leal con Vox. Debe ser Vox el que decida si está dispuesto a aprobar estos Presupuestos”. Un minuto después, Villacís activó el micrófono. Mostró la división interna que existe en el Ejecutivo regional cuando se menciona al partido de extrema derecha y con el que Ciudadanos últimamente está soltando más lastre conforme avanzan sus resultados en las encuestas: “La política no va de ajedrez o de escenas”, dijo. “Buscamos el apoyo de todos los partidos”. Un mes después, Almeida y Villacís han comparecido de nuevo este lunes. Adiós a Vox.
El movimiento político interno para el PP es potentísimo. Los votantes conservadores de la capital han visto cómo en apenas dos semanas su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha sido capaz de pactar las cuentas regionales con la portavoz del partido ultra en la Asamblea, Rocío Monasterio, en lo que parece casi un tándem político electoral para las elecciones de 2023. Y ha observado también cómo, a muy pocos kilómetros de la Asamblea regional, en el palacio de Cibeles, Almeida no ha sido capaz de alcanzar un acuerdo. Es más, se ha visto obligado a mirar hacia la otra ala del arco parlamentario.
Durante estas cinco semanas, el alcalde fue con todo contra su socio estrella, al que ha mimado en declaraciones públicas desde el inicio de su mandato. Hace dos semanas, Smith y Almeida se sentaron en el despacho del alcalde, pero para una foto, simplemente. “La reunión ha sido un frontón”, dijo el alcalde tras la misma. “Yo le decía: ‘¿Y los Presupuestos?’, y él me contestaba con Madrid Central. ‘¿Qué propuestas tiene?’ Y que quitara Madrid Central. ¡Que no venga a tomar el pelo a los madrileños!”. Tras el portazo, la respuesta del equipo de Almeida fue poner a Vox ante la tesitura de ser los culpables de que no haya nuevas cuentas en la capital: “Todo se resume a que Javier Ortega circule con su vehículo por la Gran Vía. Me he llevado una profunda decepción. El portazo no es a Almeida, que no mienta”. Una semana después, la izquierda del Grupo Mixto vuelve a salvar a Almeida con unas nuevas cuentas para el año que viene. Es la segunda vez que el PP y Ciudadanos alcanza un acuerdo con el Grupo Mixto en menos de 100 días, a ellos también les debe la nueva ordenanza de Madrid Central, aprobada con ellos tras la vuelta del verano.
Vox ha entrado de lleno en la crisis interna del PP. Ya mira al horizonte las elecciones municipales de 2023. Quiere ahora aprovechar este río revuelto popular enfrascado en un hipotético duelo interno por el liderazgo del partido en la región entre Ayuso y Almeida, para dividir como sea y a toda costa al votante madrileño del PP. “No sentimos la traición con Ayuso, nos fiamos de ella y por eso hemos firmado un acuerdo”, explicó Smith tras su desayuno de hace dos semanas con Almeida. “No me fio ya de este equipo de gobierno [en referencia al alcalde y su equipo] y no podemos apoyar a quien está engañando a los madrileños. Es una política rastrera”.
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