“No somos una ONG”: cuando la vida cotidiana se enfrenta a la tragedia en el mar
Chani Martín y Pepa Zaragoza protagonizan ‘Turistas’, una tragedia que aborda con humor la culpa y la falta de empatía frente al drama humano de los migrantes
Para Braulio y Mari Carmen finalmente han llegado sus únicos 14 días de vacaciones. Todos los años los pasan en el mismo camping con su caravana, pero este verano Braulio ha elegido una playa desierta, a pesar de que Mari Carmen tiene un miedo extremo al mar. Una mañana, después de una noche de tormenta, aparece un cadáver en la orilla. Es una mujer. Y es negra. ¿Qué se hace cuando te encuentras con un muerto en la playa? ¿Pedir ayuda? ¿Cambiar de sitio? ¿Seguir como si nada y repetirte hasta creerte que la vida no puede parar cada vez que hay alguien en el mundo que sufre?
Los protagonistas de Turistas — en escena en el teatro Fernán Gómez hasta el 10 de octubre, bajo la dirección de Álvaro Lavín — no saben contestar a estas preguntas. Tampoco consiguen hacerlo los actores Chani Martín y Pepa Zaragoza, que traen al escenario de la sala Jardiel Poncela esta comedia que cuenta una tragedia tan actual y habitual como son los naufragios y las muertes de inmigrantes en el mar. “Antes de empezar a ensayar yo creía que tenía la respuesta”, confiesa Zaragoza tras un largo silencio, “pero ahora, después del espectáculo, ya no lo tengo tan claro”.
La idea de contar esta historia se le ocurrió a Marina Seresesky, autora del texto, mirando una célebre foto que Javier Bauluz sacó en una playa de Tarifa hace más de veinte años. El fotoperiodista retrató a dos personas que continuaban con sus vacaciones en la playa — con su sombrilla, su nevera y sus toallas — mientras a pocos metros yacía el cadáver de un migrante que ha muerto intentando llegar en patera a las costas españolas. “¿Qué nos pasa? ¿Cómo podemos seguir una vida normal cuando hay alguien muerto a nuestros pies?”, se preguntó Seresesky mirando esta foto.
De allí nació la idea de llevar al escenario ese drama humano que cotidianamente protagoniza los noticiarios nacionales. El decorado reproduce fielmente la imagen de Bauluz, con una única e importante excepción, por clara voluntad de la autora: el cadáver es de una mujer. “Todas las tragedias se multiplican cuando le ocurren a una mujer”, explica Seresesky, “creo que en este caso era importante ponerle rostro de madre, para que se entienda que es algo mucho más serio de lo que pensamos”.
El drama de la muerte en el mar se mezcla con el miedo, la falta de empatía y la voluntad de poder ser feliz y disfrutar. “No somos una ONG”, le repite una y otra vez Braulio a Mari Carmen, con el claro intento de acallar la culpa que no le deja dormir ni comer en paz, y seguir como si nada con sus vacaciones. Martín y Zaragoza dan vida a unos personajes que pueden pasar por unos cínicos sin escrúpulos, tan egoístas que no son capaces de mirar más allá de su propia caravana. En realidad, logran escenificar magistralmente las contradicciones de la natura humana. La imposibilidad de actuar frente a un drama demasiado grande, que acaba con arrastrar cualquier lógica.
En la experiencia de Lavín, el director de la obra, la respuesta de cada persona frente a la tragedia solo puede sorprender. Recuerda cuando hace un año la ruta canaria volvió a ser noticia por el número de accidentes en el mar. Fue entonces cuando surgió la idea de llevar Turistas a los teatros. “Era una verdadera sacudida. Teníamos amigos políticos que se dejaban la vida y otros que miraban para otro lado. Directores de hoteles, que piensas que van a estar mirando para otro lado, que ponían a su disposición los establecimientos enteros. Era realmente emocionante, y otras veces te quedabas pasmado ante la frialdad de la gente”.
Martín reconoce que ha sido un reto subirse al escenario con el bañador y la gorra de Braulio. No porque sea una personaje demasiado alejado de su personalidad —de hecho admite que cada vez que se enfrenta a un nuevo papel comienza pensado que no tienen nada en común, para luego descubrir que son la misma persona. El verdadero desafío ha sido interpretar un texto como Turistas, con un fuerte recado social. “Tal es el caos de catástrofes, que se nos va olvidando la catástrofe anterior, porque la que acaba de llegar se convierte en una noticia que es más importante que la propia catástrofe. Y así continuamente. Pero el teatro tiene la capacidad de hacernos parar, poner el foco sobre algo muy concreto por un buen rato y reflexionar de verdad”.
El cadáver de la mujer migrante no aparece en ningún momento en el plató. Su llegada es anunciada por el rumbo de los tambores africanos que se entremezclan a los rayos de la tormenta. Sin embargo, una vez que Mari Carmen vislumbra su presencia entre las butacas del público, es imposible volver atrás y olvidarse de su existencia: “Pienso cosas que antes no pensaba, y ahora que las pienso no puedo dejar de pensarlas”, murmura Braulio desperado, al término de una larga lucha consigo mismo. La obra permanecerá en la cartelera del Centro Cultural de la Villa durante un mes, hasta el 10 de octubre, antes de empezar la gira por España. La primera cita será en Canarias, donde justo este viernes Salvamento Marítimo ha rescatado a 86 inmigrantes, entre ellos once mujeres y diez niños. “Solo de pensar en llevar Turistas allí, me emociono”, admite Zaragoza entusiasmada.
Cuándo: del 15 de septiembre al 10 de octubre. Dónde: Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa. De martes a sábado a las 20.30, domingo a las 19.39. Precio: entrada general a 18€; martes y miércoles a 15€ (día del espectador).
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