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Árboles urbanos

El gran árbol por antonomasia y la especie más plantada en el viario madrileño es el plátano de sombra (‘Platanus x hispanica’), inconfundible por su corteza de camuflaje y sus hojas palmeadas

Imponente y solitario se alza el 'Ligustrum lucidum' en el centro de la plaza de Callao, en Madrid.
Imponente y solitario se alza el 'Ligustrum lucidum' en el centro de la plaza de Callao, en Madrid.Víctor Sainz
Eduardo Barba

Este pasado invierno, Madrid se llenó de dolor y de tristeza al descubrir el castigo desmesurado que la nieve causó a tantos árboles. Puede que muchos, por primera vez, sintieran lástima por ver sufrir a estos seres vivos. Ese daño lo padecieron especialmente las especies de hoja perenne. Pinos piñoneros (Pinus pinea) y aligustres (Ligustrum lucidum) fueron de las más damnificadas. Permanecen en el recuerdo las imágenes de las calles del centro de la ciudad con esos aligustres abatidos como soldaditos de plomo, tumbados, mostrando una desolación opuesta a aquella alegría infantil que nos invadió por ver la ciudad blanca y etérea.

Gran parte de aquellos que lamentaron esa desgracia ya habrán vuelto a olvidar a nuestros compañeros silenciosos, los árboles. Los que fueron heridos en la guerra helada van restañando sus heridas lentamente y los aligustres se han llenado de brotes. Aunque muchos han perdido la arquitectura de ramas y ramillas que nos daban sombra, luchan por alimentar una brotación de emergencia que les haga recuperar todo lo perdido. Así de dinámicas son muchas de estas especies.

Pongamos cara a un par de pequeños árboles que nos acompañan en las vías públicas, para valorar su función en las calles. Encontrarlos puede ser un buen motivo para recorrer con nuestra mirada, de una forma más consciente, el legado verde de la ciudad. Además, son dos árboles que comparten origen, ya que ambos provienen de Oriente.

Desde Oriente

El gran árbol por antonomasia y la especie más plantada en el viario madrileño es el plátano de sombra (Platanus x hispanica), inconfundible por su corteza de camuflaje y sus hojas palmeadas. En menor cantidad, pero también entre las 10 especies más usadas, aparece el mencionado Ligustrum lucidum. Es un arbolito que ha mantenido el nombre vulgar de aligustre del Japón en jardinería, pero que realmente se trata de una especie que proviene de China y Corea. Así que sería más apropiado denominarlo aligustre de China. Es un pariente del olivo (Olea europaea), y ambos coinciden en su resistencia a las podas, a los trasplantes y a otras muchas situaciones de estrés.

El aligustre luce ahora su momento más estético del año, junto con el de la brotación de nuevas hojas, ya que está en plena floración

El aligustre luce ahora su momento más estético del año, junto con el de la brotación de nuevas hojas, ya que está en plena floración. Su aroma tenue sobrevuela la cabeza de los viandantes, mezclado con el humo de los vehículos. Estas semanas es fácil identificar esta especie, cubierta de inflorescencias de color crema, que destacan sobremanera por encima de sus hojas ovales de un verde oscuro brillante. Su tronco es liso y con una tonalidad de un ocre grisáceo. Si se quiere ver lo que significa la soledad hecha árbol, no hay más que asomarse a la plaza de Callao. Allí, el árbol más grande es un aligustre aislado, que permanece en pie a pesar de Filomena, aunque bastante dañado.

Otra de las especies arbóreas que más encontramos en las calles de la ciudad es el jabonero de la China (‘Koelreuteria paniculata’), que en su país de origen es plantado en templos y palacios, y de cuyas hojas se extrae un tinte azul

Otra de las especies arbóreas que más encontramos en las calles de la ciudad es el jabonero de la China (Koelreuteria paniculata), que en su país de origen es plantado en templos y palacios, y de cuyas hojas se extrae un tinte azul. Pertenece a la misma familia que el lichi (Litchi chinensis), la fruta oriental rojiza y de pulpa blanca tan ligada a la gastronomía china. El jabonero, al igual que el aligustre, es capaz de resistir adversidades de todo tipo: espacios muy reducidos para sus raíces, suelos contaminados y mal aireados, podas severas, agresiones mecánicas… Ahora está también en flor, aunque actualmente un buen número de ejemplares luce sus frutos con forma de farolillo. Su nombre común obedece a la presencia de saponinas, unas moléculas que se comportan como el jabón.

Inflorescencia del jabonero de la China.
Inflorescencia del jabonero de la China.Eduardo Barba

Para comprobarlo, podemos recurrir a sus hojas. Si las machacamos y las masajeamos muy bien sobre la palma de la mano, humedecidas con un poco de agua, veremos cómo se crea una espuma ligera que muestra el contenido en saponinas. De hecho, del aceite extraído de sus semillas se fabrica jabón. Si encontramos esta planta en flor, merece la pena que escudriñemos sus inflorescencias, ligeramente fragantes. Cada una de las flores que la componen alberga multitud de detalles, empezando por un amarillo con un tono vivo muy agradable. Cuando la flor está madura, en la base de los pétalos aparece un lunar de color rojizo anaranjado muy llamativo, cuya función es atraer a los insectos polinizadores, como abejas y abejorros. Y puede que también a nosotros.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.

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