Matías Piñeiro, entre la sororidad y la rivalidad femenina en su película ‘Isabella’
Cineteca de Madrid y D’A Film Festival Barcelona proyectan la nueva película del argentino, que permanece inédito en las salas comerciales españolas
Aunque Isabella, de Matías Piñeiro (Buenos Aires, 38 años) forma parte de la programación oficial de la edición 2021 del D’A Film Festival Barcelona, la cinta no está incluida en la selección de 12 títulos que sus responsables han decidido proyectar en Madrid en los próximos días. Es la Cineteca la que ofrece, a partir de este viernes y hasta el jueves 13 de mayo, cinco pases del último trabajo del argentino.
En los últimos meses, el argentino ha estado viviendo en Portugal, en una residencia creativa en la que está desarrollando varios proyectos cinematográficos: el arranque de un cortometraje basado en unos textos del poeta Safo, terminando otro que ha filmado a cuatro manos junto al gallego Lois Patiño, escribiendo un guion… Pero una urgencia familiar, la operación de su madre, le ha llevado de regreso a Argentina para cuidar de ella, lo que le impide estar en Barcelona y Madrid presentando su película. Son festivales como el D’A y organizaciones como la Cineteca las que traen su cine a España. Tras una decena de títulos, entre cortometrajes, largometrajes y documentales, el argentino se mantiene inédito en salas comerciales del país, aunque en 2017 fue objeto de una retrospectiva en la Filmoteca Española. En esa ocasión, sí pudo conocer por vez primera a su público madrileño. “Recuerdo especialmente el cine Doré, un lugar perfecto para mantener ese ritual del cine, colectivo y sin interrupciones, que establece un compromiso entre el director y el espectador”, comenta a través de Zoom desde su cuarto de la infancia y la adolescencia, en el que todavía conserva cintas VHS de Jean-Luc Godard y Chantal Akerman. En sus películas, “minimalistas, pero algo exageradas, intensas y barrocas”, como él mismo reconoce, se exige un pacto de atención a quien las mira y que él también se aplica. Rueda sin apenas presupuesto, colaborando con la misma gente desde hace más de una década, “casi a modo de cooperativa artística”, cuenta.
Isabella juega a mostrar la fina línea entre la sonoridad y la rivalidad femenina a través de su protagonista, una actriz que desea el papel principal de la extraña comedia Medida por medida de William Shakespeare. Por el camino, se encontrará con una antigua compañera que siempre le ha hecho sombra y que se ofrece a ayudarle a preparar su audición.
La película, que también puede verse en la plataforma digital Filmin hasta el domingo, se rodó en cuatro tandas distintas a lo largo de dos años. De ese trabajo no lineal surge el caleidoscopio temporal que marca a la narración. “Queríamos evitar la típica narrativa en la que una mujer anhela lo que otra tiene. Las propias actrices [María Villar y Agustina Muñoz] evitaron esos clichés. Y los saltos temporales nos ayudaron a mostrar que sus circunstancias cambian y que ese objeto de deseo común, el obtener un papel en una obra de teatro, también va mutando y puede tener otro valor”, cuenta Piñeiro. Una de las circunstancias de trabajo que cambiaron en ese tiempo fue el embarazo de Villar, que el director decidió incorporar a la historia con naturalidad, sin que se convirtiera en el hecho protagonista.
Desde Rosalinda (2011) incide en casi todos sus relatos en el rol de la mujer dentro de la obra de Shakespeare. “Para mí es importante no aferrarme a lo unívoco. No hay una sola manera de amar o de vivir la vida, así que una sola película no me es suficiente para contar algo así”, concluye. Quizá, desea, este cuerpo de trabajo dé lugar a otra retrospectiva temática que le acerque de nuevo al Cine Doré o a la Filmoteca de Cataluña.
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