La gira de robos sin fin de la banda de las ‘top model’
El clan de mujeres detenido tras una treintena de hurtos en el distrito madrileño de Chamberí acumula antecedentes en varias ciudades de España desde hace 10 años, cuando muchas aún eran menores. Las dirige un patriarca desde Croacia
Nada llama la atención en esas dos mujeres que pasean juntas por el distrito madrileño de Chamberí, uno de los de más alto poder adquisitivo de la capital. Una lleva unas botas negras de caño alto, la otra, zapatillas de marca. Las dos van con llamativos bolsos. Se acercan a un portal en la calle del General Arrando. Tras unos segundos, las rodean varias personas. Son policías. Una empieza a tocar la pierna de forma insistente a la que se suponía que estaba abriendo la puerta. Acaban de caer las dos primeras ladronas de la banda de las top model, que se vestían como chicas bien para poder actuar en barrios pudientes sin llamar la atención.
Faltaban nueve más, a las que la policía ha detenido en sucesivas operaciones a lo largo del mes de abril. “En ese primer dispositivo en marzo se detuvo a la mayor de ellas, que tiene 30 años. Siempre actuaban en parejas e iban vestidas con mucha opulencia”, aclara una portavoz policial. De las 11 mujeres que forman parte de esta banda, 10 no superan los 25 años. En sus bolsos de marca falsos, se encontraron las herramientas que usaban para acceder a los pisos: guantes, destornilladores, llaves inglesas, tarjetas...
Marta y Carlos, vecinos de la calle de Españoleto, fueron víctimas de este clan. El domingo pasado, Carlos estaba en una casa que tienen a las afueras y Marta había pasado el día fuera en una reunión de trabajo. Cuando ella llegó a las diez de la noche, se encontró la puerta reventada. “Avisé a un vecino y llamamos a la policía. Estuvimos esperando para que entraran ellos y nos confirmaron que no había nadie en la casa”, cuenta Marta, que muestra en su móvil las fotos del desorden que provocaron las ladronas. Los destrozos en la puerta aún son evidentes. “La vecina del piso de arriba oyó varios golpes por la tarde, pero no le dio importancia”, explica este matrimonio, que lleva 40 años viviendo en esta vivienda sin que nunca les hubiera pasado algo semejante. La policía explica que su principal objetivo eran joyas y dinero. En casa de Marta y Carlos hay varios dispositivos electrónicos a simple vista que las ladronas no tocaron.
Todas ellas están relacionadas por algún tipo de parentesco y la policía ha identificado que pertenecen a un clan de Croacia. “Hay un jefe, un patriarca, que dirige al clan desde allí. Cada miembro del mismo tiene un papel en la organización, desde los niños, hasta las mujeres. En este caso eran ellas las que llamaban menos la atención para perpetrar este tipo de robos”, añade la policía.
Un poco más arriba de la casa de Carlos y Marta, en el número 10, el clan robó en un negocio al que accedió por el interior de un portal de un bloque de viviendas. Javier, un vecino de la finca, explica que destrozaron la cámara de seguridad que hay en la entrada, aunque ahora ya la han repuesto. Las imágenes que registraron las cámaras de varias fincas permitieron el reconocimiento de las integrantes del clan. En cuanto se las identificó se les sometió a un seguimiento en el que los agentes observaron sus movimientos. “Mantenían siempre una actitud vigilante, mirando a todos lados, tenían sus precauciones. La comunicación en la organización se realizaba mediante el móvil”, explica la portavoz de la policía.
Viven en una itinerancia constante, de ciudad en ciudad, de golpe en golpe. En España y en otros países. Al menos desde diciembre, el clan viajó en varias ocasiones a Madrid para perpetrar sus delitos. Andrés, un vecino de la calle del General Arrando cuenta que unos agentes visitaron su bloque de pisos hace unas semanas para advertir a los residentes de que extremaran las precauciones. “Nos dijeron que nos aseguráramos de que habíamos cerrado bien y que pidiéramos a un vecino que estuviera atento si nosotros pensábamos estar fuera de casa varios días”, apunta. Las ladronas preferían fincas en las que no hubiera portero. “Aquí no han entrado, y he hablado con algunos compañeros y tampoco tenían noticia de que hubiese pasado nada en sus bloques”, cuenta uno de estos porteros de una finca casi en la esquina con la calle de Zurbano. Desde diciembre hasta ahora, en Chamberí se han registrado 30 denuncias por robos en casas con un modus operandi que parece responder al de esta banda.
Fuentes policiales aseguran que están entrenadas desde pequeñas para hacer esto: “Para ellas es su modo de vida, no entienden otra cosa”. Todas acumulan antecedentes e incluso órdenes de busca y captura por el delito de robo con fuerza y no solo en Madrid. Las fichas policiales de las integrantes de este grupo delictivo recogen detenciones al menos desde 2011, cuando la mayoría de ellas eran menores. Una de ellas, nacida en 1997, tiene antecedentes por un robo en el barrio de Carabanchel en 2011, cuando tenía 14 años. A lo largo de esta larga carrera criminal, también han desvalijado casas en otros barrios como Salamanca, Chamartín o Retiro, aunque la policía no puede especificar si en esos casos también se camuflaban vistiéndose como chicas bien.
Su gira de robos no tiene fin. Conocen bien otros puntos de la geografía española. Sus antecedentes muestran que también han operado en Torremolinos (Málaga), Vigo, Santiago de Compostela o Cornellá (Barcelona). “Se mueven en varios coches alquilados a particulares o empresas, que no llaman la atención, y van de ciudad en ciudad robando. En Madrid permanecieron varias semanas”, especifica la portavoz policial. El clan está en libertad provisional.
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