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La embajadora jordana atraída por la arquitectura de Madrid

España y el país árabe nombraron a mujeres al frente de sus respectivas legaciones

F. Javier Barroso
Areej Hawamdeh
La embajadora de Jordania en España, Areej Hawamdeh, en su residencia oficial en Madrid con los retratos de los mandatarios de su país.ADOLFO BARROSO

La embajadora de Jordania en España, Areej Hawamdeh, tiene en esta fecha un motivo de celebración, dado que hoy se conmemora el primer centenario de la fundación de su país. Aparte lleva ya tres años como la primera diplomática al frente de la representación de su país en Madrid. “Hay muchos trabajos en los que la mujer tiene mucha presencia como el hombre, y el número va subiendo gracias a su empoderamiento. Gran cantidad de cargos en el Ministerio de Asuntos Exteriores están en manos de mujeres. Igual ocurre en la empresa privada y en el ámbito judicial”, revela en una mezcla de inglés y árabe.

Nacida en Amán hace 60 años, recaló en Madrid el 1 de febrero de 2018, unos meses después de que acudiera a delegación española en Jordania, Aránzazu Bañón Dávalos. “Nos conocimos porque yo estaba allí. Fue una casualidad que los dos países designaran por primera vez a mujeres para esos cargos”, afirma Hawamdeh. “Para mi país, las relaciones con España son fundamentales. Siempre han sido muy buenas y fluidas, pero además en nuestro caso suponen la vía de entrada a la Unión Europea y al resto de países que la integran. En mi caso, es un enorme honor el poder estar aquí”, añade.

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La carrera diplomática ha llevado a Hawamdeh a múltiples destinos, tras ingresar en ella en 1984. Tras estudiar ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad Americana de Beirut (Líbano), hizo prácticas en Amán, Londres y Madrid. Corría 1995 cuando se convirtió en la segunda secretaria de la legación en España. “Siempre me ha admirado el centro y la arquitectura de los edificios de esta ciudad. Me gusta ir andando y ver las fachadas que tienen. Eso sí, en estos años que han pasado se ha hecho mucho más cosmopolita, con muchos avances y con una enorme oferta cultural”, explica.

Después ha estado en otros destinos como Dubái, Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) y al frente de la Secretaría General del Ministerio jordano de Asuntos Exteriores. Después, recaló de nuevo en Madrid. “Jordania siempre ha sido un referente para muchos países en los asuntos políticos en Oriente Medio”, describe. Su vida en la capital transcurre entre la embajada, en la calle del General Martínez Campos, y su residencia oficial, en la zona de Conde de Orgaz (Hortaleza). Entre sus pasiones, pasear por los parques y jardines de la capital y perderse por las callejuelas del centro más antiguo.

La embajadora de Jordania en España, Areej Hawamdeh, durante la entrevista.
La embajadora de Jordania en España, Areej Hawamdeh, durante la entrevista.ADOLFO BARROSO
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Hawamdeh entiende perfectamente el castellano, pero no se atreve a hablarlo. Al menos en público, porque, según sus colaboradores, en el ámbito privado sí lo utiliza. Sobre todo, en el día a día. De ahí que en la entrevista mezcle el inglés con el árabe. “Doy clases particulares para aprenderlo, pero me cuesta soltarme”, reconoce. Además, ha estudiado en el Instituto Cervantes de Amán.

La colonia jordana en España es bastante baja. Debe rondar las 1.000 personas, que llegaron en su mayoría en los sesenta y se establecieron en diversos puntos como Madrid, Barcelona y Andalucía. Muchos de ellos se matricularon en Medicina y ahora ya hay hasta terceras generaciones, ya con nacionalidad española. En la actualidad, hay bastantes estudiantes de doctorado y máster en varias ciudades de España.

Las relaciones comerciales entre ambos países son favorables a España, que exporta productos tan distintos como azulejos, medicamentos, lubricantes, quesos, semillas y aceite, entre otros productos. Por el contrario, Jordania vende productos del Mar Muerto, potasio, fosfatos, frutos secos, dátiles y verduras. “Tenemos cuatro planes de inversión de España en mi país. Se trata de las energías renovables, la especialización en la tecnología agrícola, proyectos para incrementar el agua y potenciar el turismo religioso, de aventuras y rural”, detalla la embajadora. Todos estos proyectos se han quedado paralizados de manera momentánea hasta que pase la pandemia. De hecho, Hawamdeh ha viajado para reunirse con empresarios, en especial del sector agrícola.

Otra de las actuaciones previstas es la celebración del centenario de la fundación de Jordania, pero va a depender de las medidas sanitarias. La embajadora ya está en contacto con la Casa Árabe de Madrid para desarrollar exposiciones y actos. “Antes de la pandemia, había muchos actos como actuaciones de grupos, presentaciones de libros y cuadros, pero todo eso se ha parado”, añade.

Su país ha sobrellevado la pandemia de manera irregular. Si en la primera oleada se salvaron de un contagio masivo, en la tercera el número de infectados ha resultado alto. Ahora están a la espera de que lleguen las vacunas para inmunizar a una población formada por 10 millones de personas. “Yo, desde luego, en cuanto llegue mi turno aquí en España, me vacunaré. No es una opción personal, sino más bien una responsabilidad social”, afirma con rotundidad.

Una gran cocinera atraída por los platos españoles

Areej Hawamdeh reconoce que le encanta la cocina española, con platos tan variados como el cordero, la paella y las tapas, entre otros muchos. También le atrae mucho el marisco, en especial el gallego, una especialidad que no se da en su país. A todo ello se une que siempre que puede se cuela en la cocina de su propia residencia y supervisa los platos. En más de una ocasión, coge ella misma los utensilios y se pone en los fogones. “Me atrevo hasta con la paella, pese a que se trata de un plato bastante difícil por todos los ingredientes que lleva y la forma en que hay que prepararla para que esté en su punto”, reconoce.

La embajadora mantiene que le llama mucho la atención la cantidad de productos frescos y gran calidad que se pueden encontrar en los mercados madrileños. De hecho, si su agenda se lo permite, prefiere ir ella misma a la compra. Ahí es cuando a veces habla en castellano con los dependientes, reconocen sus colaboradores.

La embajadora tiene la esperanza de que termine cuanto antes la situación que se está sufriendo en la actualidad de forma que se pueda volver a la normalidad. “Sólo de esta manera los españoles podrán volver a visitar Petra, la joya de nuestro país”, concluye Hawamdeh.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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