Mayumaná pone ritmo a la electricidad

La energía eléctrica era más cercana a la magia que a la ciencia, hasta que hace 150 años Thomas Alva Edison creó la corriente continua (CC) y Nikola Tesla, la corriente alterna (CA). La batalla que tuvieron esos dos científicos por ver qué tipo de electricidad se imponía, fue lo que ha inspirado al israelí Boaz Berman, fundador de Mayumaná, a crear su nueva obra Currents (Corrientes). El espectáculo, que resume los 25 años de vida del grupo, se tuvo que aplazar por la pandemia, pero finalmente llegará el 10 y 11 de abril al Teatro José María Rodero de Torrejón de Ardoz, tras haber pasado por Zaragoza.

“Nos gusta la idea de que había un mundo sin electricidad. El espectáculo trata de sentir diferentes energías en el escenario y visualizar la música” señala Boaz. En la actualidad la corriente alterna es la comercial que se encuentra en todas las casas, pero todos los aparatos con baterías utilizan corriente continua. Ese juego se aprecia en el escenario con cambios de ritmo hecho a base de sonidos electrónicos y música ejecutada con instrumentos no convencionales como aletas, tuberías, cubos de basura o agua. Para el artista, las ondas sonoras se interpretan en el cuerpo con la danza, con los ritmos y patrones dados por el corazón.

Mayumaná Currents incluye teatro, danza, música, clown, mimo y percusión. La obra se creó para el festival de la Luz de Jerusalén y es la primera vez que se presenta en Madrid. “Hicimos una gran gira por Estados Unidos y la de aquí la tuvimos que aplazar por el coronavirus. En este tiempo hemos decidido cambiar cosas, así que la mitad del espectáculo va a ser nuevo, guardando el ADN”, indica el artista israelí. Para él, España es su segunda casa, ya que le gusta la energía de la gente. Este tour es su vuelta a los escenarios, aunque solo estarán un par de semanas, por eso piensan que en octubre van a volver. Es consciente de que están un poco locos por querer hacer la gira en estos días, pero se cree que les va a fortalecer y quiere convertirse en un ejemplo para otros grupos.

EL grupo ha creado una personalidad propia al incluir artistas de distintos países, ya que, desde que Mayumaná se creó en 1996, han recorrido 20 países con más de 150.000 representaciones y ocho millones de espectadores. “Cuando empezamos hace 25 años a reclutar gente en los castings en Tel Avid, no sabemos la razón, pero vino gente de todo el mundo. En el espectáculo no utilizamos casi la lengua, sino el ritmo y el movimiento que es algo universal”, señala Boaz. Otra seña de identidad es que los artistas fueran versátiles. “Aprenden muchas cosas que les complementan y refuerzan. El secreto es hacerlos trabajar juntos y crear una armonía. Si todo funciona se crea la energía’', apunta el israelí. Para esta ocasión, contará con ocho participantes donde los bateristas bailan, los bailarines hacen sonar cajas y los cantantes se convierten en acróbatas. Así hacen referencia a su nombre que proviene de Mayumanut, palabra del hebreo que significa habilidad o destreza.

Como acompañante al ritmo, la iluminación y las pantallas LED adquieren una gran importancia, tanto que para Boaz son un actor más: “Hacen la escena más fuerte al dar otra dimensión. Enfatizan lo que pasa en el escenario”. Además, van a interactuar con el público como es habitual durante los conciertos, aunque van a tener cuidado por el coronavirus: “Vamos a llevar un micrófono con un palo para que ellos puedan hablar y cantar. Tendremos mascarilla y gel preparado”.

Boaz proviene de una familia pobre y siempre quiso aprender a tocar la batería: “Lo que hacía era intentar recrearla con materiales que tenía por casa o que encontraba por la calle”. Pronto empezó a trabajar como obrero para ganar dinero y así ganaba dinero que utilizaba para pagar cursos y viajar para aprender distintos tipos de música así descubrió la cubana y la africana que son con las que más disfruta. También le encanta la música española como la rumba o el flamenco que ha incorporado en algunos bailes. Ante esta mezcla cultural empezó a trabajar como artista y creó Mayumaná junto a la dramaturga Eylon Nuphar y el productor Roy Oferen. Su objetivo ahora es crear música y transmitir a los niños que no pueden permitirse pagar algunos instrumentos, que pueden crear sonido con cualquier objeto.