_
_
_
_
ESTACIÓN EN CURVA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Viaje con nosotros

Madrid merece ya una ruta descapotable turística de las sedes de los partidos en esta nueva normalidad

Cartel promocional, en primer término, de una obra del Teatro Español. Al fondo, la sede del Partido Popular en la calle Génova de Madrid.
Cartel promocional, en primer término, de una obra del Teatro Español. Al fondo, la sede del Partido Popular en la calle Génova de Madrid.Víctor Sainz
Antonio Ruiz Valdivia

En el número 13 de la calle Génova no han colgado todavía el cartel de “se vende”. Desde el paso de peatones, para tener buena perspectiva, repaso la fachada y no lo encuentro. ¡Decepción! No han puesto un número de teléfono en gigante con la cara de un agente inmobiliario que tanto gusta en las nuevas promociones. Sigue un gran lazo naranja, pero no le faltarán compradores. Esa zona está cubierta de inmensas lonas que anuncian a tope de anglicismos (“luxury”, “properties”) un Madrid reformado. Apenas unos números más arriba en la misma acera se tienta a las cuentas corrientes más saneadas con carteles que reproducen apartamentos de diseño llenos de espacios diáfanos, ventanales, alfombras geométricas y controles domóticos.

Anda todo levantado en estas calles, desde la propia Torre de Colón -me declaro devastado por la pérdida de su enchufe- hasta el número tres de General Castaños, que promete una nueva vida con spa y vistas al Tribunal Supremo. El PP abandona a sus vecinos de la zona, dice adiós como la mítica cafetería Santander, en la que tantos simpatizantes brindaron o lloraron después de algunas jornadas electorales.

Sólo hay que copiar a los americanos, como esas rutas que te hace TMZ en Los Ángeles en una furgoneta y con pantalla en cada asiento para ver la imagen de los famosos a la vez que aparece el rincón en directo por tu ventanilla.

Madrid merece ya una ruta turística de sedes de partidos ahora que hay que replantear el sector y buscar nuevas ideas. Apunten, apunten, que todavía Fitur queda lejos. En esta ciudad tan hipervitaminada de política sería un auténtico éxito. Con paradas gastronómicas incluidas cerca de Génova: que no falten La peseta de doña Casilda, donde Mariano Rajoy se tomaba una caña después de alguna buena noche en las urnas, o la Tasca Suprema, donde llevó una vez a Nicolas Sarkozy. Reproduciendo al dedillo el menú: gazpacho, ensaladilla y chipirones. Un todo incluido. Y con la experiencia única de poder saltar al balcón que pronto desaparecerá desde la primera planta, que alberga al PP de Madrid.

En esto sólo hay que copiar a los americanos, como esas rutas que te hace TMZ en Los Ángeles en una furgoneta y con pantalla en cada asiento para ver la imagen de los famosos a la vez que aparece el rincón en directo por tu ventanilla. Esos “aquí se enfrentó Kanye West a un paparazzi” o “ahí tiene el In-N-Out donde comía hamburguesas Penélope Cruz” los cambiaríamos por “esta es la entrada del garaje de Ferraz por donde accede Pedro Sánchez” o “esta fue la primera sede de Podemos en la calle Zurita”. Próximas paradas: la segunda y tercera sede de UP (que la política va muy rápido), en las calles Princesa y Francisco Villaespesa. Esta última huele todavía a pintura neófita en la zona de Pueblo Nuevo. Con destino final en la de Más Madrid en la calle Toledo, en una antigua sucursal bancaria. Ironías del destino.

En tiempos en los que hay que evitar los interiores, pongamos más autobuses turísticos descapotables. Inventemos nuevas rutas, redescubramos Madrid, viajemos de verdad por esa ciudad que cada día construyen los telediarios, convoquemos un gran concurso sobre los ‘tours’ que deseamos, tracemos la historia del día a día de esta urbe. ¿Próxima parada?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_