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La muerte, fuente de inspiración para los magos

El historiador Nacho Ares da este viernes una conferencia en el Circo Price para hablar sobre cómo los ilusionistas han intentado controlar las fuerzas sobrenaturales a lo largo de la historia

Nacho Ares con una baraja de cartas
Nacho Ares con una baraja de cartasCarmen Ruiz Sanchez de Leon

El historiador Nacho Ares, se interesó por la magia desde que de pequeño veía los trucos de Juan Tamariz y Harry Kellar. Le apasionaba tanto que se hizo miembro de la sociedad Española de ilusionismo y del Mírculo mágico de Madrid: “Me gusta hacer juegos con cartas”. Pero lo que más disfruta es estudiar la historia de la magia y en especial en una cultura como la egipcia: “Esta civilización es la primera de la que hay constancia del uso de este fenómeno para sorprender a un faraón a través del desafío a la muerte”. A partir de ese momento muchos magos han intentado controlar lo sobrenatural a través de juegos como cortar una persona en dos, en Zig Zag o atrapar una bala con los dientes. Esta inspiración de la magia a través de la muerte es lo que quiere explicar Ares, este viernes en una conferencia, con motivo del XI Festival Internacional de Magia que se celebra en el Circo Price.

Debido a los pocos datos que se conocen de las primeras civilizaciones no se puede conocer cuándo se inventó la magia, por eso el historiador defiende que existe desde el principio de los tiempos. “Con los enterramientos el hombre tiene constancia de la muerte y ha buscado todo tipo de artilugios para revertir este proceso, aunque nunca lo ha conseguido”, señala Ares que indica que el ilusionismo y la magia son una herramienta para poder intentarlo por medio de artificios.

Papiro Westcar en el Museo Altes de Berlín
Papiro Westcar en el Museo Altes de Berlín KEITH SCHENGILI-ROBERTS (licencia copyleft)

El primer relato mágico de la historia del que hay documentos es el papiro egipcio Westcar conservado en el Museo Altes de Berlín. Hace alusión a un acontecimiento que surgió muchos años antes durante el reinado de Keops hace 4.000 años. Cuenta la historia del mago Djedi, que consiguió delante del faraón de la gran pirámide, hacer un juego que era cortar la cabeza a una oca y devolverle la vida. “Es la primera mención a un juego de ilusionismo que tiene que ver con la muerte. Es un juego que los magos siguen usando en la actualidad con palomas y otros animales y se puede seguir el proceso del truco a través de los tiempos”, señala el historiador.

El término de la magia ha cambiado a lo largo del tiempo. “Nosotros lo vemos como supersticiones, engaño, religión y no como magia. Pero cuando Djedi se presentó ante el faraón no ofrecía un espectáculo, sino algo para sorprender”. Lo mismo ocurría en Grecia con la apertura automática de puertas o con las figuras parlantes que aparecen en el Quijote. Por tanto, este fenómeno se ha usado con muchos fines hasta llegar a la magia como espectáculo tal como se conoce en la actualidad. “En la Edad media los magos eran callejeros y hacían disfrutar. Muchos tuvieron problemas con la Inquisición. Hay textos donde se habla de la persecución que sufrían y luego tenían que reconocer que no hacían pactos con el demonio, sino que era algo humano”, señala Ares.

En el siglo XIX con el romanticismo y las guerras, es el momento que aparece el espiritismo que es una forma de pensar vinculada a la historia de la magia. “Muchos médiums tenían que ver con el ilusionismo y la magia. Hacían creer a la gente que se podía contactar con una persona ya fallecida”, apunta Ares. Allan Kardec es considerado como el padre del espiritismo porque hacía creer del contacto real con los espíritus por medio de la existencia de las mesas parlantes que podían contactar con los difuntos. Sin embargo, el historiador no considera que fueran estafadores, sino que ofrecían un espectáculo donde conseguían engañar a la gente de la época. Esa es la diferencia con la actualidad. La gente que acude a un espectáculo sabe que hay un acuerdo y el observador va a ser engañado por el artista: “Hace dos siglos quizás era más superstición y la gente creía lo que se manifestaba”.

Esa búsqueda de los magos por controlar lo sobrenatural ha ocasionado la muerte en algunas ocasiones. Uno de los juegos más mortales es el de atrapar la bala, creado por el estadounidense que creo un personaje de un mago chino Chung Ling Soo. Murió en Londres 1918 al intentar parar la bala. “El truco no es difícil, pero son muchas cosas y puede salir mal”, señala Ares. Aun así, aplica una de las claves de la magia y no quiere revelar el secreto: “Cuando descubres que hay detrás pierde toda la gracia”.

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