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“El agua refleja todo lo que ocurre en Madrid”

Belén Benito trabaja en el Canal de Isabel II y se encarga de que todos los madrileños tengan acceso al agua

Belén Benito, directora de operaciones, abastecimiento y saneamiento del Canal de Isabel II, en los jardines de su central.
Belén Benito, directora de operaciones, abastecimiento y saneamiento del Canal de Isabel II, en los jardines de su central.KIKE PARA

Belén Benito (Valencia, 56 años) es directora de operaciones, abastecimiento y saneamiento del Canal de Isabel II y su cometido es que el agua llegue a los grifos de los hogares. En los 20 años que lleva en la empresa pública nunca ha visto tanta agua acumulada, ya que la capacidad de los 13 embalses que dirige están en torno al 83%, un dato que superan la media registrada durante los últimos 30 años. Este bien escaso “da más información de la que puede parecer” porque refleja cómo hemos vivido el confinamiento o se puede detectar la presencia de covid 19.

¿Es el agua de Madrid tan buena como se piensa?

El agua la cuidamos mucho y nos preocupamos de monitorizarla constantemente. Hacemos 9.5 millones de análisis al año, lo que equivale a un análisis cada tres segundos. Su origen en la sierra nos favorece, aunque luego nos encargamos de no estropearla y mejorarla en los tratamientos de las plantas de agua potable.

¿Qué impacto ha tenido Filomena para los embalses?

Ha habido nieve acumulada en la sierra, pero como todos los años. En el caso de Filomena hicimos un balance de lo acumulado el día 11 de enero y evaluamos unos 70 hectómetros cúbicos almacenados en forma de nieve en las montañas. Pero no es la única razón. Nosotros funcionamos con el año hidrológico, que empieza el 1 de octubre, porque va acompasando con los fenómenos naturales de cuando acaba el calor, el estiaje, y el comienzo de las lluvias. Al final del verano suele haber poca lluvia por el periodo de sequía y el suelo se seca. Las primeras lluvias que caen en octubre empapan el suelo y cuando se llenan las cavidades se produce la escorrentía [agua de lluvia que circula libremente sobre la superficie de un terreno] que llena los embalses.

“Ha habido un incremento del consumo en los hogares durante el confinamiento. Por ejemplo, subió en los grifos un 14%, lo que indica que nos hemos lavado más las manos”.
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¿Han temido desbordamiento?

No. Sabíamos con las previsiones cuánto iba a caer. No estaba prevista una lluvia intensa como una tormenta de verano. Tampoco iba a haber una subida rápida de la temperatura que hubiera llevado a un deshielo rápido. Además, sabemos cómo se gestionan los deshielos y los embalses se dejan siempre con una capacidad sin llenar, vacante, para que la crecida de los ríos pueda ser absorbida.

¿Cómo se ha consumido el agua durante el confinamiento?

El agua refleja todo lo que ocurre. Ha habido un incremento del consumo en los hogares, pero como la actividad comercial e industrial se paralizó, el consumo global en Madrid se redujo en torno al 6%. Para estudiar los hábitos de consumo, desde 2008 monitorizamos un conjunto de 300 viviendas de distintas tipologías y zonas. Comparamos el consumo en la primera semana de marzo de 2020, semana previa al confinamiento, y la última del mes de marzo que ya estábamos en casa. El consumo de los hogares ha aumentado casi 3,5% (10 litros más al día) y los hábitos han cambiado. La punta del consumo era a primera hora de la mañana, en torno a las 8.00, se ha trasladado a las 11.00 y a las 15.00. Subieron el consumo en los grifos un 14% que indica que nos hemos lavado más las manos. La lavadora ya no se pone en la noche y se traslada a la mañana y encima se pusieron un 16% menos, porque la gente sale poco y nos manchamos menos. La gente se ha duchado un 12% menos y en lugar de a primera hora de la mañana se ha pasado a la noche.

¿Cómo se mide?

Tenemos unos sensores en las viviendas que permiten identificar el tipo de consumo. Cuando una cisterna se descarga, la duración y la cantidad de caudal que mueve se sabe. Igual con el lavavajillas y los demás electrodomésticos.

¿Con el agua se puede también detectar si hay covid?

El agua residual se usa desde hace meses. Hay alrededor de 290 puntos representativos donde se recogen muestras todas las semanas y se analizan para detectar el material genético de la covid-19. Es como hacer una PCR al agua. Con eso se anticipa unas semanas de antelación si hay un incremento de los contagios. Llevamos unos días detectando menos concentración y eso se está registrando en los datos. Los ponemos a disposición de la consejería de sanidad para que tengan otro indicador para la toma de decisiones.

¿Cuánto les influye el cambio climático?

Es un reto. Los fenómenos se agudizan y las sequías y las inundaciones son más extremas. Hay algo que decimos mucho y es que gestionamos el recurso como si estuviéramos permanentemente en sequía. El agua es un bien escaso. Puede estar en volúmenes altos, pero se van a producir momentos de escasez y no se puede malgastar. Hay que invertir en renovación de red para que no haya perdidas en las tuberías, utilizar el agua regenerada y la comunicación para que se emplee de manera responsable.

¿Hay algún mal hábito humano que es fácil de evitar?

Cualquier pequeño detalle. Una gota es importante porque suma todos los millones de habitantes que hay en Madrid. Pequeños gestos suman en el total del agua ahorrada.

La población aumenta cada año, pero no el agua

La población crece, pero si hacemos una gestión eficiente, ese crecimiento no tiene un impacto grande. También nos ayuda el uso del agua regenerada que consiste en dar una segunda vida a la que ya hemos usado. Toda agua residual va a unas depuradoras donde se limpia para que vaya a los ríos. Pero una parte se puede mejorar todavía más y darle un segundo uso para procesos industriales o regar. No es para beber, sino para otras actividades.

El recorrido del agua en Madrid

En los embalses hay unas torres de toma que permiten extraer agua a distintas alturas para obtener la de mejor calidad. Después va a las plantas de tratamiento de agua potable donde recibe un tratamiento que garantiza que cumpla los requisitos de la normativa en vigor. En ese momento, se encamina por una red de 17.500 kilómetros que permite tener interconectados los 13 embalses que lleva el Canal de Isabel II y las 14 plantas de tratamiento de agua potable, junto a todas las ciudades y los pueblos.

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