Madrid alberga los tres casos en España de la variante brasileña de la covid-19
Esta modificación del virus tiene “mayor transmisibilidad y un comportamiento más agresivo”, afirma la Comunidad, que además eleva la presencia media de la británica al 25%
Madrid confirmó este viernes dos nuevos casos de la variante brasileña de coronavirus, que se suman al primero detectado en España el pasado viernes, también en su territorio. “Y no son dos casos cualquiera”, ha matizado el viceconsejero de Salud Pública Antonio Zapatero durante la rueda de prensa de este viernes. Corresponden a la mutación de Rio de Janeiro o P2, que, ha explicado, “tiene mayor transmisibilidad y un comportamiento más agresivo”. Hace dos días fue incluida en el Registro Internacional de Mutaciones y “preocupa porque se ha correlacionado con las mutaciones que tienen repercusión clínica y asistencial”, es decir, que pueden provocar más contagios, por lo tanto más posibilidad de que más gente enferme, necesite un ingreso, una UCI y pueda fallecer.
El caso confirmado la pasada semana es de la P1 o de Manaos y, junto a los dos últimos, llegaron de Brasil. Entraron por el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas antes de las restricciones de los vuelos ordenados por el Gobierno central. Al igual que la variante británica, ha recordado Zapatero, que ya alcanza una presencia media del 25% en la región.
La situación preocupa al Gobierno regional, que lleva tres semanas aportando algunos datos sobre los porcentajes de prevalencia de esta variante del virus llegada de Reino Unido que se expande por el territorio madrileño. “Los datos concretos de los rastreos en centros indican que en el hospital de La Princesa llega al 30%, en la Fundación Jiménez Díaz, al 28,8%, en La Paz y el Gregorio Marañón al 25%, en Alcalá al 23%, el Ramón y Cajal al 22,8% y en Getafe al 12,85%”, ha cifrado el viceconsejero. Además, objetivan una “tendencia creciente” respecto a la pasada semana, cuando la prevalencia fue del 20% en la autonomía.
La presencia de estas variantes “plantea un nuevo escenario”, ha asegurado Zapatero: “Por eso aprovecho para insistir en la petición del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, al ministro [de Sanidad] sobre la necesidad de establecer cuarentenas obligatorias para los nacionales o residentes españoles a que lleguen a nuestro país procedentes de Brasil o Sudáfrica”. Se refería a la carta que Ruiz Escudero envió al Ministerio el pasado miércoles con esa misma petición, “una cuarentena obligatoria de 10 días que debe realizarse en la comunidad autónoma en la que resida, como medida ajustada y proporcional a la gravedad de la situación en la que nos encontramos”.
Para el viceconsejero este es “un tema tremendamente serio y absolutamente vital para controlar el virus”; está convencido de que la presencia de la variante británica “ha modificado la evolución de la pandemia en las primeras semanas de enero”, las de mayor crecimiento del virus en la región, que estuvo en la horquilla de los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días de incidencia acumulada. “Si se toman medidas internas pero sigue entrando desde fuera, poco podemos hacer”, ha añadido.
¿Cuáles son esas medidas internas? Entre otras, toque de queda a las diez de la noche, cierre de los comercios y la hostelería a las nueve de la noche, máximo de cuatro personas en interiores de bares y restaurantes con un aforo del 50% y del 75% y un límite de seis en terraza, el 75% también de ocupación en teatros, cines y otras instalaciones culturales y los cierres perimetrales por zonas básicas de salud, unidades geográficas con restricciones que no han demostrado, hasta ahora, ser efectivas. Zapatero ha insistido en que las medidas de la comunidad son “intensamente restrictivas”.
En comparación con otras regiones españolas, la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso tiene uno de los protocolos frente a la covid más laxos de todo el territorio nacional, y es el cuarto territorio con más contagios, por detrás de Castilla y León, Comunidad Valenciana y la ciudad autónoma de Melilla. Regiones como esas, muy golpeadas por el virus en esta tercera ola, u otras con incidencias similares, superiores e incluso inferiores a las de la Madrid, llevan semanas con medidas más restrictivas, entre otras, las relacionadas con la hostelería. Un ámbito sobre el que están puestos los focos pero que el Ejecutivo se ha resistido a restringir y siempre se ha negado a cerrar.
Este jueves, Fernando Simón, director de Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, apuntaba a lo recomendable de cerrar esos interiores: “En las comunidades con cierre del interior de los bares, el descenso de contagios es el doble”. Se refería a Castilla-La Mancha, que ha mantenido la hostelería cerrada durante 26 días y reabre este viernes; en la última semana ha pasado de 915 de IA a los 504. También en Castilla y León, donde los interiores no están permitidos y seguirán así, al menos, una semana más: ha bajado en la última de 1.117 a 655. O la Comunidad Valenciana, que continuará con el cierre en los próximos días, y que ha descendido en los últimos siete de 1.190 a 690 de IA.
Madrid, por el momento, aguantará una semana más con las medidas que tiene activas. El próximo jueves 18, “si la situación epidemiológica lo permite”, ha matizado Zapatero, se retrasará una hora el inicio del toque de queda, que pasará de las diez a las once de la noche, y el cierre de establecimientos, que podrán abrir hasta las diez de la noche. En los bares y restaurantes se permitirá una “flexibilización”, ha explicado el viceconsejero. Con dos requisitos: que el cierre se ciña al toque de queda de la población y que se admitan clientes solo hasta las diez. Al mismo tiempo que se daba esta información en rueda de prensa, la presidenta Isabel Díaz Ayuso publicaba un tuit en el que anunciaba estas mismas medidas sin incluir condicionantes.
Zapatero ha insistido: “Que nadie confunda flexibilizar con relajarse”. Esta semana hay una mejoría “leve”, pero “la presión asistencial continúa”. Ha bajado el número de contagios, de 625 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días (IA) con datos de este jueves frente a los 860 de hace una semana. También lo ha hecho el número global de hospitalizados, hay alrededor de 600 pacientes menos en los hospitales desde el pasado viernes. Y está a la baja la tendencia estable en el número de ingresos diarios, “453 pacientes menos en la cifra intersemanal, cuando la anterior fue de 184 pacientes”, ha cifrado Zapatero, que añadió: “Recordemos que tenemos miles de pacientes hospitalizados y cientos en UCI”.
Esa mejoría, por lo tanto, no llega aún a significar una situación controlada. La incidencia sigue estando más de dos veces por encima del umbral de riesgo extremo que marca el Ministerio de Sanidad (250 de IA). Las unidades de cuidados intensivos se mantienen en un 152% de su capacidad estructural, con 714 críticos en sus camas, según los datos diarios de la Sociedad de Medicina Intensiva de Madrid. Lo que acarrea una presión no solo en los servicios de Medicina Intensiva, sino en los de Anestesiología o Cirugía, que han de paralizar en parte su actividad para poder dar cabida a estos enfermos críticos, además del resto del hospital, a los que afecta el freno de esas áreas. Y los muertos, el dato más grave que deja la pandemia, lleva dos semanas descendiendo, aunque de forma casi imperceptible, con tres y cinco fallecidos menos que en la semana anterior. La cifra global, este viernes, es de 450 en los últimos siete días.
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