Santos, de conducir un camión de la basura a presidir Podemos en Madrid para derrocar a Ayuso
El coordinador del partido en la región también es teniente de alcalde de Alcorcón y presidente de la única empresa municipal del municipio
Una mujer de unos 70 años camina alegre agarrada del brazo de su marido. El típico paseo matutino del jubilado de una mañana de miércoles por una calle céntrica de Alcorcón. Sorprendida, la mujer frena en seco su caminata. Ha reconocido a alguien:
― ¡Hombre, Jesús! La basura está toda recogida. Así da gusto.
Jesús Santos, un joven alto y corpulento de 39 años con ojeras, con una coletilla que le sale de la nuca como si fueran culebrillas desde hace 12 años, tatuajes repartidos por el cuerpo, pero ocultos por una camisa blanca y unos pantalones vaqueros negros de pitillo, se ríe: “Esto es una cosa de todos”. La señora insiste, sabe que no todos los días una se cruza con el teniente de alcalde: “No, es que hay decirlo. Con lo de Filomena todas las ratas están en Madrid, que lo he visto en Telemadrid”.
Santos coordina Podemos en la comunidad con el cargo de primer teniente de alcalde de Alcorcón desde hace casi un año. Mira con el rabillo del ojo la suciedad de las aceras mientras pasea, como si fuera un barrendero vestido de paisano. “Es muy importante que veamos la basura como una cosa de todos”, insiste como los profesores a los alumnos. Ha sido camarero, barrendero de noche y conductor de un camión de basura durante casi 20 años. Se conoce el vertedero como la palma de su mano. Tanto, que perdió el olfato por ir agarrado al estribo del camión durante cientos de madrugadas. Sus antiguos compañeros de Esmasa, la empresa pública de la limpieza y de los servicios sociales de la ciudad, lo recuerdan como un guerrero. “Siempre estaba reivindicando cosas”, cuentan dos de ellos.
Hijo de una limpiadora de casas y de un peón de Telefónica, lideró la mayor huelga de basuras de la historia de Alcorcón. Tras las Navidades de 2014, el PP se empeñó en privatizar la única empresa municipal de la séptima ciudad de la comunidad por habitantes. Los contenedores se llenaron de colchones. Miles de bolsas con desechos, cartones y plásticos impedían el paso por las aceras. Las calles se colapsaron durante 14 noches. El olor fétido, según recuerdan los vecinos, se colaba por todos los rincones. Los populares cedieron. Y Santos, que se codeó durante la adolescencia con movimientos anarquistas y milita en el sindicato combativo de la CGT, no paró hasta firmar un convenio laboral que supondría un soponcio para cualquier presidente de la patronal. Hasta 100 días por año trabajado si alguno de los 500 empleados es despedido. “Lo público hay que blindarlo siempre”, dice. El Tribunal Supremo declaró abusiva la huelga años después porque no se cumplieron los servicios mínimos.
“¡Eso fue una huelga salvaje y un abuso a la ciudad!”, cuenta por teléfono David Pérez, por entonces alcalde del PP y ahora consejero de Vivienda de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. “Era un tipo muy combativo. Jugaba con las expectativas de la gente y ahora se ha convertido en casta. Se ha hecho un nombre en la política por lo que hizo aquellos días. Procedía de la izquierda radical, de los antisistemas. Ahora cuando lo veo parece que tiene otro aspecto…”. Pérez recuerda aquellas dos semanas de su mandato como punzadas en el estómago. “Además, ahora que está en el Ayuntamiento mis concejales me dicen que las calles no están tan limpias como prometía”.
Podemos logró aquí el 18% de los votos en las elecciones de 2019. Lo primero que hizo tras el acuerdo con el PSOE fue solicitar la gestión de la empresa pública de servicios municipales. Cuenta con un presupuesto cercano a los 28 millones de euros. “Esta papelera de aquí”, apunta Santos con el dedo a uno de estos cubos grises típicos de una calle pegada al Ayuntamiento, “vale entre 500 y 600 euros. Aquí tenemos 2.400 contenedores. Algunos valen 6.000 euros. Un camión de la basura vale casi 250.000. La gestión de los residuos mueve mucho dinero. Por eso las grandes empresas de este país están detrás”.
Dice que cada vez que un camión llega al vertedero de la región cargado con una tonelada de residuos le cuesta a las arcas públicas 26 euros. “Esto es muy barato. Por eso no se fomenta el reciclaje. En San Sebastián, por ejemplo, se pagan 133”. En la Comunidad de Madrid solo hay tres empresas públicas de residuos. En España, 48. “Esto es un mundo de empresas privadas. Ellos tienen el control de principio a fin. La trasladan al vertedero, que, junto a la báscula, también gestionan ellos. Hay trabajadores que cuentan que tienen orden de regar los cartones para que pesen más y así la empresa gane más. Esto también es gestión privada y no se cuenta”, opina.
“Hay una cosa muy buena de él”, observa Jesús Recover, portavoz adjunto de Ciudadanos en la ciudad, “y es que es muy municipalista. La parte mala es que tiene ese punto teatrero de Podemos”. Ajeno al lenguaje político, Santos tiene un tono y carácter canalla de chico de barrio. Criado en parques con tragos de litronas y domingos en el estadio del Alcorcón, sus amigos le reprochan que ahora tarde más en coger el teléfono. “Aunque siempre llama después”, cuenta uno de su pandilla. “De adolescentes nos metíamos en movimientos antifascistas para defender nuestros ideales”.
Una tarde de 2015, confesó en su casa que su intimidad iba a cambiar de golpe: “Mamá, me voy a meter en Podemos”. Sucedió después de la huelga. El teléfono del muchacho que abandonó la carrera de Administración y Dirección de Empresas en cuarto comenzó a sonar en los círculos del partido. Pablo Iglesias se fijó en él durante una tarde de primavera de 2017. Fue una breve charla. “Vive la política desde el puerta a puerta de los vecinos”, cuenta brevemente por teléfono el vicepresidente del Gobierno y presidente del partido. “Ahora mantiene esa identidad en el Ayuntamiento de Alcorcón. Su visión estratégica es la razón por la que la militancia confió en él para dirigir Podemos en Madrid [hace siete meses]”.
“Podemos ha hecho dos tipos de fichajes”, observa por teléfono el cofundador del partido Juan Carlos Monedero, “altos militares y jueces y trabajadores que han adquirido grandes responsabilidades sin ser profesionales de la política. Jesús ha pasado de conducir un camión de la limpieza a conducir Podemos en la región”.
El partido vivió un polvorín interno hace dos años. La renuncia del por entonces líder Ramón Espinar por discrepancias con la dirección le catapultó. Ahora, según varios miembros de la formación, ha encauzado el rumbo y ha templado a la militancia. En menos de un año ha logrado alianzas con el PSOE en Getafe y en Parla al conseguir que Podemos entrara en el Gobierno. Está a punto de cerrar otros dos Ayuntamientos más en los próximos meses. De hablar con Más Madrid, sin embargo, ni rastro.
No tiene despacho. El pasado miércoles subió las escaleras del Ayuntamiento. De una puerta apareció la alcaldesa socialista de Alcorcón, Natalia de Andrés, con la que firmó cuatro años de Gobierno en 2019 tras ocho años del PP. “Este chico es bueno, ¿eh? ¿Ya está de campaña?”.
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