Metro: el telesilla que se salvó de ‘Filomena’ para unir a Madrid
“Nunca pensábamos que la superficie fuera a quedar bloqueada. Creemos que la normalidad total volverá a finales de la semana que viene”, dice Ángel Garrido, consejero de Transportes y expresidente de la Comunidad
Madrid ha mirado al cielo en las últimas 48 horas, pero ahora toca mirar al suelo. O debajo. Los meteorólogos más pesimistas aventuraban un colapso, pero nunca una paralización total de las carreteras en una región con más de siete millones de habitantes. La capital de España ha quedado bloqueada por tierra, aire y… ya está. El Metro ha sobrevivido al caos. Ha sido el único medio de comunicación. No había ninguna vía practicable que no fuera con esquís, trineos o tablas de nieve. Todo estaba colapsado. La única alternativa real era y es el Metro. Por primera vez, en sus más de 100 años de historia, el suburbano se ha transformado en un telesilla.
“Este episodio nos ha sobrepasado a todos”, cuenta por teléfono el consejero de Transportes y expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido. “Nunca pensábamos que la superficie fuera a quedar bloqueada”. Según datos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), todavía hay 700 vehículos abandonados en la M30, una de las principales circunvalaciones que rodea a la región. Las grúas de la EMT serán las encargadas de retirar estos coches, que trasladarán a las cocheras del Ayuntamiento. Una vez aquí, se avisará a los propietarios para que vayan a recogerlos. El alcalde, José Luis Martínez Almeida, ha pedido a los conductores que bajo ningún concepto acudan por sus propios medios a la M30. EMT ha activado un correo electrónico (info@mc30.es) desde el que se ofrece toda la información necesaria. A los coches abandonados y llenos de nieve, se suman los 250 autobuses urbanos —de un total de 2.500— que también han quedado abandonados a su suerte por distintas calles de la capital.
El consejero de Transportes de la región reconoce que la madrugada del viernes también fue muy eléctrica. El aeropuerto de Barajas cerró de golpe con miles de viajeros allí, esperando su vuelo. La Comunidad decidió entonces que la línea 8, que conecta el aeropuerto con el centro de la capital, funcionara de madrugada, cuando todos los trenes apagan las luces a la 1.30. A esta línea se sumó también la 1, para conectar la estación de Atocha con el centro. El motivo era que un tren de Albacete repleto de pasajeros llegó a las cuatro de la mañana a la estación.
Esa noche se tomó la decisión de que los trenes no se metieran en las cocheras: dormirían en las líneas, como si estuvieran funcionando. “Esto nos permitió que nuestros trabajadores no se desplazaran hasta el depósito”, cuenta el consejero. La mañana del sábado, con Madrid cubierto de un inmenso manto blanco, el equipo de Transportes de la región convocó una reunión telemática a las 11.30. Estaban citados el vicepresidente regional, Ignacio Aguado; la consejera delegada de Metro, Silvia Roldán; el gerente del Consorcio, Luis Miguel Martínez Palencia; la viceconsejera, Chelo Pérez Esteban y la directora general de Carreteras, Inés Berrio. Todos acordaron que el Metro no podía parar. “Tiene que funcionar las 24 horas”, dijeron. Era la segunda vez en su historia. La última fue en 2007, con la celebración del Madrid World Pride.
Reunido con @angelgarridog , la Consejera Delegada de Metro y el equipo de movilidad de la Consejeria de Transportes.
— Ignacio Aguado (@ignacioaguado) January 9, 2021
Hemos decidido mantener abierta la red de Metro las 24h para facilitar los desplazamientos esenciales, la comunicación entre municipios y el acceso a hospitales. pic.twitter.com/dFXEaZtCuH
“Creo que esto ha salido bien”, observa el consejero, “porque tenemos 7.000 empleados. Hemos hecho un esfuerzo tremendo. Nos han faltado un 25% del personal por el temporal, pero todas las líneas han estado en funcionamiento”. Funcionaron 52 trenes de 2.00 a 6.00 para dar transporte a más de 3.860 viajeros, la mayoría entre las 5.00 y las 6.00 de la mañana (2.950). Tuvieron cientos de llamadas de trabajadores que se dispusieron a trabajar de manera voluntaria para limpiar los accesos. Gracias a ellos, cientos de sanitarios han podido subirse al Metro para acudir a los hospitales y evitar que sus compañeros sigan doblando turnos.
Otra decisión clave fue la de imponer el trabajo telemático. Los ascensores se paralizaron para evitar riesgos. La iluminación, los carteles y la apertura de las cancelas se controlaba desde el edificio principal de Metro. A la decisión de abrirlo las 24 horas el sábado y el domingo —y no se descarta que en los próximos días si la situación sigue impracticable— también se suma la apertura de los cinco intercambiadores de transporte para habilitar espacios a personas que lo necesiten para pasar la noche. Han acudido 110, según sus datos. Samur Social, el servicio de atención municipal para emergencias sociales, también dio refugio a 24 sintechos en las estaciones de Ópera, Tirso de Molina y Estación del Arte.
¿Cuándo volverá la región a la normalidad? “En superficie”, observa el consejero de Transportes, “los autobuses requieren que tengamos limpias muchas calles. Nuestra idea es que todo vuelva a su cauce el próximo fin de semana”.
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