Ya es Navidad en la Puerta del Sol de Ayuso

Isabel Díaz Ayuso se fijó una vez en un frigorífico. El electrodoméstico estaba hasta arriba de imanes de recuerdo de Israel. La presidenta de la Comunidad de Madrid se encontraba de viaje. Salió a dar un paseo y se quedó petrificada al ver en una nevera un soldado muy musculoso. “Me quería quedar con él”, dijo. El imán del militar, según le contaron después, era estadounidense. “Tuvo una vida muy difícil, durísima”. Ayuso, como periodista que es, preguntó curiosa y se interesó más por su historia. “El soldado tenía un lema: Si la vida es fácil es que no la estás viviendo bien”. La presidenta contó esta historia a unos muchachos del PP el pasado verano, durante los cursos de la Universidad Complutense en El Escorial. Les puso este ejemplo como metáfora de lo que ha vivido en estos meses al frente de la región. “Solo me falta una invasión alienígena”, ironizó ante las risas de los jóvenes ataviados con pulseras de España. “Aquello que es duro es lo que da más sentido a todo. Pase lo que pase, jamás podré estar más orgullosa de haber sido presidenta de Madrid durante estos meses”. Hoy, según su círculo más cercano, está mejor que nunca. La segunda ola está encauzada. O dicho de otra manera: ya es Navidad en la Puerta del Sol.

Es más, unos operarios instalaban este lunes debajo del reloj de las uvas una cabaña gigante de madera:

― Perdone, ¿esto qué es?

Un trabajador llamó a otro compañero ante la pregunta del millón. El tipo no tenía muy claro qué estaba armando.

― Esto es el portal de Belén, que este año lo ponemos aquí por el Covid― intercedió el otro joven.

Será la primera vez que salga del edificio de la Real Casa de Correos a la calle. Fuentes regionales confirmaron después que la Comunidad prepara ya el operativo para la Navidad. “El portal navideño se inaugurará en 10 días”, apuntan. Si todo va según lo previsto, en 15 días Ayuso inaugurará el portal de Belén y el nuevo hospital de pandemias Isabel Zendal (este martes se ha conocido que la fecha de la inauguración será el martes 1 de diciembre) La presidenta tiene el viento de cara. Los datos le dan la razón. La euforia contenida se ha instalado en el Ejecutivo. Ayuso ha pasado de estar cuestionada en Génova a subirse este domingo en un coche de copiloto con Pablo Casado por las calles de Madrid. Los dos protestaron por la nueva ley educativa de Pedro Sánchez. Los dos se llevaron los flashes y las portadas, pese a que en el asiento de atrás también estaba el alcalde y portavoz del partido, José Luis Martínez-Almeida.

Ayuso ha doblegado la curva en dos meses. Sus consejeros sonríen más que nunca. Hasta Ciudadanos, siempre díscolo con el plan sanitario trazado, reconoce que las medidas funcionan. Este lunes fue uno de esos de ruta mediática. Había que vender el triunfo, pero sin triunfalismos.

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, pasó a primera hora por los micrófonos de Onda Madrid. “Hemos tenido el sábado con menos ingresos de las últimas ocho semanas”, observó. “Los contagios continúan descendiendo. La incidencia acumulada a 14 días también”. Una hora después, saludó a Ana Rosa, en Telecinco. Aquí habló de la posibilidad de establecer “excepciones” a las limitaciones sobre el número máximo de personas en las reuniones familiares. Es decir, ampliar a más de seis las cenas en casa, siempre y cuando continúe el descenso en la curva de contagios. En este nuevo plan, que según fuentes de la región se presentará en unas semanas, también se incluiría un protocolo de salida y entrada de mayores que viven en residencias. El objetivo ahora es situar la tasa de contagios por cada 100.000 habitantes en menos de 200. Este lunes estaba en 274. Las medidas de restricción en las Zonas Básicas de Salud se aplican desde el pasado viernes en 400.

El vicepresidente, Ignacio Aguado, siguió la misma línea en otra entrevista en Radio Nacional: “No vamos tan bien como nos gustaría”, dijo. “Pero queremos blindar la tendencia descendente de la curva”. Aguado fijó como fecha probable para los anuncios de las nuevas medidas el 14 de diciembre, cuando Madrid se reabra tras su cierre perimetral del 4 al 13. “Espero que podamos levantar parcialmente algunas restricciones para poder vernos con nuestras familias y que los comercios tengan un porcentaje de facturación para salvar la campaña de Navidad”.

La presidenta Ayuso se encontraba en Rascafría, al noroeste de la región. Aquí presentó el plan de inclemencias invernales para este año. “Hemos pasado una época complicadísima”, observó. “En Madrid la vida y la libertad siguen adelante. Estamos consiguiendo que esta pesadilla termine mientras llega la vacuna”. Tras el discurso, matizó las palabras de su vicepresidente Aguado. “El plan no está cerrado”, dijo. “Es la consejería de Sanidad quien decide. Nos hemos puesto en sus manos. El propósito es vivir con normalidad. Queremos que los ciudadanos disfruten pero con precauciones. En Madrid, conjugar la vida, la salud y la economía es posible. Vamos a intentar que sea una Navidad normal”.