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“Hay que ver cómo nos preparamos para lo que viene después”

Felipe Llamas, nuevo concejal de Más Madrid y exjefe de gabinete de Manuela Carmena, llega como “hombre de paz” y para “tender puentes” entre el ruido de sables del grupo municipal

Luis de Vega
Felipe Llamas es recibido por el secretario del pleno al llegar a Cibeles el martes en su estreno como concejal
Felipe Llamas es recibido por el secretario del pleno al llegar a Cibeles el martes en su estreno como concejalLuis De Vega Hernández

El sociólogo Felipe Llamas (Madrid, 1967) es el último concejal incorporado al Ayuntamiento de la capital. Ha estrenado su sillón por las filas de Más Madrid en el pleno de este martes para cubrir la baja de Estrella Sánchez, que ha dejado la política sin ocultar que no todos piensan de la misma manera en el grupo municipal que lidera Rita Maestre. Llamas fue jefe de gabinete de Manuela Carmena los cuatro años en que esta fue alcaldesa. En esta entrevista con EL PAÍS afirma que llega como “hombre de paz” y a “tender puentes” tras la salida de cinco ediles de las filas de la formación y un creciente malestar del minoritario sector carmenista, del que él forma parte. Es alguien muy próximo a la exalcaldesa y al proyecto con el que ganó las elecciones del año pasado aunque finalmente el pacto PP-Ciudadanos diera la alcaldía a José Luis Martínez-Almeida. Bien conocido en Cibeles, los funcionaros le van dando la enhorabuena al verlo regresar por su nuevo puesto. En la presente legislatura era hasta ahora asesor del grupo municipal.

Pregunta. ¿Se veía de concejal yendo el 23 en la lista a las elecciones?

Respuesta. Siempre pensábamos que podíamos haber seguido en el gobierno y mi intención era seguir de jefe de gabinete. Ese tándem se hubiera mantenido. Pero ser concejal es un orgullo y un desafío muy estimulante.

P. ¿Cuál debe ser el papel de oposición de Más Madrid?

R. Por un lado hay que dar respuesta a cómo este gobierno está gestionando la pandemia, pero también hay que observar cómo nos preparamos para lo que viene después. Y ahí están faltando ideas. La ciudadanía nos tiene que ver a la oposición, y me refiero en sentido amplio, trabajar juntos y mirar estrategias que superen lo que pase después de la pandemia, estar todos a una y salir de esta situación compleja, especialmente desde el punto de vista socioeconómico. Yo veo un modelo de ciudad como el de París 15 minutos (el tiempo máximo al que cada ciudadano tendría lo esencial) o el modelo de la economía de la rosquilla (también conocido como donut) de Ámsterdam. Yo tengo ganas de trabajar en eso y hacerlo en un marco muy abierto desde Más Madrid pero también con el conjunto de la gente progresista y poder recuperar esta ciudad.

P. ¿Cree que las salidas del grupo municipal suponen un lastre?

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R. Es un contexto muy complejo. La labor de oposición es difícil y más en pandemia. Cuando uno se mira el ombligo pierde el equilibrio de qué está pasando fuera. Dicho eso hay gente que puede tomar decisiones, no querer ser parte de este proceso político de oposición por muchas razones. Yo no iría tanto a esa lógica de confrontación o diferencias. Creo que son más opciones personales, aunque no niego que hay opciones que pretenden un camino político, digamos una lógica más de partido y hay otra gente que está en una lógica más abierta a como gobernamos en 2015 esta ciudad y piensa que también esta es la situación para el futuro, hacer un espacio amplio para todo el mundo vengas de donde vengas, del partido o la mochila que traigas contigo. Es verdad que si la izquierda no construye una visitón de futuro conjunta va a ser muy difícil recuperarlo.

P. ¿Es compatible entonces la formación que creó Carmena con los cambios que ha sufrido desde junio Más Madrid?

R. Hay que mirar al futuro y que sea compatible todo. Esa es la forma en la que yo creo que hay que trabajar. Es verdad que hay gente que piensa legítimamente en una estructura más de partido político pues quizás esa es una opción. Ahora bien, voy a recuperar unas palabras de Manuela, que es importante en el sentido de que esta ciudad ha hecho un ejercicio de creatividad, solidaridad e innovación. Eso nos lo tenemos que aplicar en la propia oposición, cómo miramos al futuro y dejamos atrás ciertos lastres de quiénes son los míos o los tuyos, trabajar conjuntamente y a partir de ahí dar respuesta a esa solidaridad, creatividad e innovación que tiene la ciudadanía de Madrid. Y eso es compatible todo.

P. ¿Cómo ve el papel de Rita Maestre como líder?

R. Rita es una persona brillante, pero mi opinión ahora mismo respecto a lo que va a pasar y quiénes van a ser candidatos en 2023 me queda muy lejos. No es que sea un tópico mi respuesta. Van a pasar muchas cosas si miramos ese futuro donde, de alguna manera, el mundo progresista y de la izquierda necesitamos un empujón para que nos vean que hay una oposición trabajando juntos. Y ahí Rita es una joven brillante ya con una experiencia de gobierno y no puedo decir más que buenas palabras.

P. ¿Está Carmena al día del grupo municipal?

R. Todos los de la lista es gente a la que quiere Manuela aunque es verdad que ha tenido más contacto con unos que con otros, pero está fuera del proceso, no quiere implicarse y hace bien. El peso político está en torno a su figura, tiene un halo y se le echa de menos, pero es ella, que está por encima de la marca Más Madrid. Es un personaje público y hace bien en mantenerse en la distancia.

P. ¿Con qué ánimo llega usted?

R. Creo que soy un hombre de paz y hay que tender puentes hacia todos los sectores. Es un momento de mirar al futuro, de reconocer errores todo el mundo. Puede pasar que se tomen decisiones equivocadas, pero ahora mismo es el momento de repensarse el futuro reconstruyendo puentes. Para mí esa es la clave.

P. ¿Qué cree que es lo más urgente ante la crisis sanitaria, social y económica?

R. Esta ciudad requiere que el medioambiente sea prioritario y con la pandemia, más. El sureste presenta una desigualdad a la que hay que ponerle un foco prioritario. En realidad es una mancha de leopardo que llega a todos los barrios. Hay que ser creativo con políticas de cuidados, un nuevo modelo para los mayores y sus residencias pero las políticas de PP y Cs son clásicas y alejadas de esa mirada más comunitaria de los barrios y su entorno. También la soledad, porque hay más de 2.300 personas con más de cien años, aunque no tengo dato actualizado. Hay un déficit enorme sobre todo del derecho de acceso a la vivienda. Habría que profundizar en procesos de democracia, las ciudades son laboratorios. Nosotros pusimos Decide Madrid y esa participación ciudadana también se ha parado. También hay que reinventar la cultura y no solo quitar placas de personas elegidas democráticamente como Largo Caballero.

P. ¿Cómo ve a Almeida frente a la capital más golpeada por el virus?

R. Almeida era muy duro en la oposición, generaba tensión en los plenos, algo clásico. Pero cuando toma el mando como alcalde y poco después llega la pandemia, hay un cambio de actitud, trata de generar consenso. Y eso que empezó siendo un negacionista como con Madrid Central. Ahora ha asumido un caramelo envenenado porque además de alcalde es a la vez portavoz del PP y deja de ser el alcalde de todos y es el vocero de su partido. Eso creo que le va a pasar factura. La gente lo percibe.

P. ¿Hace algo bien?

R. No soy capaz de destacar algo. Me gustaría poner algún ejemplo. Fuimos nosotros los impulsores de los Pactos de Cibeles, llamados después Acuerdos de la Villa, para afrontar (la crisis) todos juntos y en consenso, pero vemos que se aleja porque no los está cumpliendo.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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