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Atrapados 31 jabalíes en 15 días en la Casa de Campo

El 30 de abril se instalaron tres trampas en la zona del vivero municipal de Migas Calientes, en las que solo anoche cayeron 14 ejemplares

Una jaula con jabalíes capturados en la Casa de Campo. En vídeo, los jabalíes se acercan a las zonas verdes de Madrid.Vídeo: EP | Atlas
Agencias
Madrid -

El Ayuntamiento de Madrid ha capturado en apenas 15 días a 31 jabalíes, 14 de ellos en las últimas horas, en el vivero municipal de Migas Calientes de la Casa de Campo, donde el 30 de abril se instalaron tres trampas para impedir que estos mamíferos accedan a zonas urbanas. Los 14 últimos jabalíes, tres adultos y 11 rayones, serán trasladados junto al resto de los apresados a un centro de cuarentena de la Comunidad de Madrid para mantenerlos en aislamiento, ha explicado el veterinario municipal, Juan Carlos Ortiz. Allí, se les tomará una muestra de sangre para determinar si están sanos o enfermos.

En el propio vivero, Ortiz ha indicado que se ha escogido esta ubicación para las jaulas-trampa ante la constatación de que los jabalíes proceden del Monte de El Pardo y llegan a Madrid a través del corredor del río Manzanares. Desde allí entran a la Casa de Campo y a la Dehesa de la Villa, donde causan destrozos en zonas verdes y viveros y también pueden cruzar a la M-30, como ocurrió el pasado enero, y provocar problemas de seguridad vial. “Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico indican que el jabalí ocupa el primer lugar entre los animales que provocan accidentes de tráfico”, ha manifestado Ortiz.

El veterinario ha señalado que la presencia de jabalíes con el confinamiento ha aumentado, al no percibir peligro y no poder realizarse la caza y ha explicado que, cuando los jabalíes dejen de entrar en las jaulas de Migas Calientes, estas se trasladarán a otras dos ubicaciones donde se sabe de la existencia de estos animales: el Encinar de San Pedro, en la Casa de Campo, y el Área Forestal de Tres Cantos.

El Ayuntamiento ha establecido un protocolo para actuar lo antes posible cuando se produzcan avistamientos, ha indicado el coordinador de Medio Ambiente, José Antonio Martínez Páramo. “Cuando se localice un jabalí, los madrileños deberán avisar a través del 112 y la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal se encargará de la seguridad hasta que llegue la empresa encargada de apresar al animal. El dispositivo de captura estará preparado en dos horas, de forma que garantice la mayor diligencia y rapidez posible”, ha informado Martínez Páramo.

El protocolo considera varias opciones de captura según las circunstancias: red, con dardos anestésicos o jaulas con comedero incorporado. Las jaulas, explica el Ayuntamiento, se ubicarán en lugares no accesibles para el público y estarán señalizadas para el personal de mantenimiento de parques o zonas verdes. Todo el proceso de captura está supervisado por el veterinario de la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento, de manera que se evite el sufrimiento de los animales y se garantice la seguridad de las personas.

El Ayuntamiento puso en marcha el plan de captura de jabalíes el 21 de abril, cuando aprobó el contrato con un presupuesto de 18.000 euros, IVA incluido, y siete meses de duración. Este contrato se pudo formalizar una vez que la Comunidad de Madrid otorgó la autorización para su cautiverio el pasado 20 de enero tras constatar su presencia en diferentes zonas del municipio a principios de año.

Madrid ha contabilizado este año cuatro avistamientos de jabalíes: en Francos Rodríguez (27 de enero), Las Tablas (16 de enero), Montecarmelo (6 de abril) y Ciudad Universitaria (14 de abril). Desde hace más de una década, los municipios situados en la zona noroeste de Madrid sufren este problema creado por la excesiva y creciente población de jabalíes que viven en sus espacios naturales. En la Comunidad de Madrid se calcula hay unos 40.000 ejemplares y el año pasado se capturaron 6.330.

Los animales acceden, cada vez con más frecuencia, a las zonas urbanas en búsqueda de agua y comida. Son omnívoros y pueden alimentarse de semillas, frutos, raíces, tubérculos, insectos, roedores e incluso carroña y basuras orgánicas. Pueden transmitir enfermedades con afección potencial sobre los humanos (tuberculosis, brucelosis, enfermedades transmitidas por garrapatas, triquinosis, hidatidosis o protozoos que pueden contaminar el agua potable) y los animales domésticos (peste porcina, salmonelosis, sarna y transmisión de parásitos como garrapatas y piojos). También son gregarios, por lo que se sienten más seguros cuando van en grupo, y pueden recorrer grandes distancias de hasta 50 kilómetros al día.

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