Detenido un hombre de 23 años por el robo de Marta y Eider, dos primates de un centro de rescate madrileño
Los animales aparecieron abandonados en una parada de autobús a mediados de mayo, días después de ser sustraídos en Rainfer, un centro situado en un pequeño municipio de la región
Sigue en marcha la búsqueda de los culpables por el robo de Marta y Eider, las dos primates ancianas que desaparecieron del centro Rainfer el pasado 14 de mayo y que fueron abandonadas tres días después en una parada de autobús situada en la carretera de Torrelaguna. Agentes del Seprona de Madrid han logrado detener al presunto comprador e investigar a dos personas más por su presunta implicación en los delitos de tráfico ilícito de especies protegidas y maltrato animal, explica el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil en un comunicado.
La investigación se inició tras comunicar el responsable del centro de rescate de primates la entrada en las instalaciones y la sustracción de estas dos primates hembras, de avanzada edad. Un comunicado de Rainfer solicitando ayuda para encontrar a los animales, que necesitan medicación diaria, se popularizó de inmediato en redes sociales.
El Seprona comprobó que los ladrones habían accedido al recinto saltando su valla y, tras forzar la puerta que protege a los animales, se llevaron a las dos hembras. Tras aparecer abandonadas, el equipo de investigación logró “identificar a un implicado, un ciudadano rumano de 23 años de edad, e investigar a dos personas más: un hombre y una mujer de la misma nacionalidad”, explican desde este organismo de Guardia Civil. A los sospechosos se les imputan los delitos de “tráfico ilícito de especies protegidas y posible maltrato animal”. La operación sigue abierta, por lo que no se descartan nuevas actuaciones.
Marta y Eider pertenecen a una especie de primate propia de las selvas africanas y están valoradas en 20.000 euros, apunta el Seprona. Tras semanas de regreso en el centro en el que viven, se encuentran todavía recuperándose tras lo ocurrido, cuenta por teléfono Marta Bustelo, subdirectora de Rainfer. Además de leves secuelas físicas, “como arañazos y muestras de tirones de pelo”, las dos primates mostraban a su regreso “comportamientos cercanos al shock postraumático, afectando sobre todo a su ritmo del sueño”.
Desde Rainfer opinan que “la presión social” en torno a la desaparición, tras haber viralizado en redes sociales la imagen de las dos primates, y la avanzada edad de ambas pudo complicar su proceso de venta, por lo que terminaron abandonadas y de regreso a su hogar. “Ha sido un final feliz con el que la gente ha podido comprobar que este tipo de acciones se persigue y se investiga hasta el final”, comenta Bustelo.
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