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La vía gallega para regularizar a inmigrantes: formación gratuita en sectores sin mano de obra

La Xunta se alía con ONG y empresas para capacitar en empleos concretos a trabajadores extranjeros que la envejecida Galicia necesita

El peruano José Armando Gálvez y la responsable de Talento de Prace, Beatriz Fernández, este viernes en las instalaciones de la constructora en Narón.
El peruano José Armando Gálvez y la responsable de Talento de Prace, Beatriz Fernández, este viernes en las instalaciones de la constructora en Narón.ÓSCAR CORRAL
Sonia Vizoso

Galicia necesita hoy lo que ella tanto procuró ayer a países como Argentina, Suiza o Alemania: trabajadores. Con el bramido de fondo de quienes abogan por expulsar de España a los inmigrantes sin papeles, María Tabarés, directora y coordinadora de proyectos de la ONG católica Cáritas en la comunidad gallega, no ve ningún sentido a estas deportaciones: “No puede haber personas pululando por España o metidas durante años en un CIE [centro de internamiento de extranjeros] cuando tenemos empresas que necesitan trabajadores, ellos necesitan trabajar, y la sociedad demanda que no estén mendigando y que tengan una vida digna. Necesitamos a los inmigrantes, pero aunque no fuera así: acogerlos es ante todo una cuestión de humanidad”. La organización de Tabarés colabora con la Xunta y con diversas empresas en un proyecto pionero para formar, regularizar y dar empleo fijo a inmigrantes que no tienen permiso de residencia.

El programa de la Xunta del PP nació de un decreto del Gobierno del socialista Pedro Sánchez aprobado en 2022 para modificar el Reglamento de Extranjería. Aquella reforma creó una nueva vía para que los inmigrantes obtengan el permiso de residencia en España: el llamado arraigo para la formación, un camino que exige a estos ciudadanos la realización de una capacitación profesional y un posterior contrato de trabajo con una empresa. Lo que ha hecho el Gobierno gallego es promover y financiar la colaboración con ONG y empresas para detectar sectores con falta de mano de obra y localizar inmigrantes en situación irregular que tengan posibilidades para desempeñar esos empleos. Estos nuevos gallegos reciben una formación gratuita a medida, diseñada para un puesto específico que ofrece un empresario concreto. Y tras culminarla, firman un contrato laboral que debe ser indefinido.

Un centenar de inmigrantes en situación irregular se beneficiaron del proyecto piloto ya terminado. El 100% obtuvieron el permiso de residencia y el 70%, también un empleo fijo en sectores como la hostelería, el turismo, la construcción, la atención sociosanitaria, la limpieza, la belleza, la agricultura y la ganadería, todos ellos muy necesitados de mano de obra. El 30% que no logró el puesto de trabajo lo conseguirá en los próximos meses, fue solo por un problema de plazos, explican los promotores del proyecto. El “éxito” de la iniciativa ha llevado al Gobierno gallego a aprobar esta semana una nueva edición. Se destinará un millón de euros y llegará a 145 trabajadores extranjeros. Los aspirantes deben contactar con las entidades participantes (Cáritas Federadas, Cáritas de Lugo y Federación de Escolas Familiares Agrarias), acreditar una permanencia mínima de dos años en España y carecer de antecedentes penales. Para ampliar los posibles beneficiarios, este año no se exigirá un mínimo de tres meses de empadronamiento en Galicia.

José Armando Gálvez, este viernes en la sede de la empresa en la que trabaja en Narón.
José Armando Gálvez, este viernes en la sede de la empresa en la que trabaja en Narón.ÓSCAR CORRAL

José Armando Gálvez era pintor en Perú y ahora lo es en la constructora Prace de Narón (A Coruña). Sobrevivió dos años en Galicia como inmigrante sin papeles, huyendo de “un país patas arriba” que “no progresa” y en el que reina la delincuencia, explica. Alaba la protección y las condiciones de seguridad con las que ejerce su oficio a este lado del Atlántico. Ve claro que en España se necesita más ayuda para que los extranjeros que llegan puedan trabajar: “Conozco a muchos amigos de diferentes países que tienen mi profesión pero no papeles y que por eso trabajan por lo ilegal. Hay otras personas que acaban desesperándose y se ven obligadas a delinquir para subsistir”.

La falta de mano de obra no deja de agravarse y no solo en Galicia. “Es difícil encontrar a gente con experiencia y la necesitamos”, afirma Beatriz Fernández, responsable de Personas y Talento de Prace, la empresa que ha fichado a Gálvez. En la construcción, señala, el problema está en las categorías cualificadas intermedias, las de los oficiales y encargados: “Sí hay jóvenes para trabajar, pero les falta formación y experiencia”. El programa de la Xunta “no es una solución definitiva”, advierte, porque no cubre ni por asomo las necesidades de trabajadores para ejecutar tanta obra, pero cree que es muy válido para dar oportunidades a profesionales necesarios que por no tener sus papeles en regla “no lo tendrían tan fácil” para hacerse un hueco en el mercado laboral.

La directora general de Formación y Cualificación para el Empleo de la Consellería de Emprego, Zeltia Lado, destaca que es el único programa de España que ofrece a los inmigrantes en situación irregular un “itinerario completo de arraigo”, que incluye la selección y capacitación de los beneficiarios, la búsqueda de empresas que necesitan personal, una formación individualizada y el otorgamiento de microcredenciales (certificados de aprendizajes de corta duración). La falta de mano de obra, incide Lado, es “un problema generalizado en España e incluso en la Unión Europea” por la caída de la población activa. Defiende que este proyecto permite no solo incorporar al mercado laboral a personas “que trabajan en su mayoría de manera precaria o directamente irregular” sino también fijar población en zonas rurales. “En el sector primario hay muchísima necesidad de trabajadores”, recalca esta responsable autonómica.

Desde Cáritas, María Tabarés cree que la formación individualizada ayuda a luchar contra los falsos tópicos y las incomprensiones que rodean a los inmigrantes que llegan a España. “Hay quien dice que no quieren trabajar y lo que pasa es que no tienen forma. Otras veces se dice que no lo hacen bien o que no tienen interés, y lo que pasa es que vienen de países en los que se usan otras palabras para llamar a las cosas, otras maquinarias o expresiones diferentes para atender a los clientes”, explica. Por eso la directora y coordinadora de proyectos de Cáritas Federadas en Galicia valora que el programa de la Xunta incluya una entrevista amplia sobre las “actitudes y aptitudes” de cada uno de los aspirantes y un plan personalizado que aborda sus carencias, ya sea en habilidades sociales, informática o cualquier otro ámbito.

El “limbo” de ser inmigrante sin papeles es “inhumano”, subraya Tabarés, y pese a todas las limitaciones para sobrevivir se les exige a estas personas que “sean ciudadanos ejemplares y no trabajen en negro”: “Les pedimos imposibles y olvidamos que nacer en un sitio no es un mérito”. El peruano Gálvez pasó por ese calvario. Ahora que tiene un empleo estable sueña con traerse a su esposa e hija a Galicia. Lleva sin verlas desde 2021, subsistiendo a golpe de videollamadas, pero en cuanto su permiso de residencia cumpla un año podrá ir a buscarlas a Perú. “Falta poco y el tiempo pasa rápido”, suspira.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.
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