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Una protesta de productores de mejillón ante la sede de la Xunta se salda con varios manifestantes y policías heridos

La tensión por un decreto autonómico que permite a los percebeiros acceder a acantilados que antes eran solo de los mejilloneros se dispara en vísperas de la campaña electoral

Productores del mejillón
Despliegue policial este jueves en Santiago por la protesta de los mejilloneros.XOÁN REY (EFE)

La concentración de protesta que convocan semanalmente los mejilloneros gallegos frente a la sede de la Xunta en Santiago coincidiendo con la reunión del Gobierno gallego se ha convertido este jueves en una batalla campal, con varios policías y manifestantes heridos y al menos dos detenidos. El origen del choque está en la guerra que le ha declarado este sector al decreto autonómico de 2019 que establece que pueden compartir con los percebeiros las rocas donde se reproduce de forma natural el mejillón y el percebe. Se trata de acantilados que históricamente eran monopolio de quienes producen mejillón en las bateas, ya que allí extraen la semilla del molusco La tensión se ha disparado en vísperas de la campaña electoral, con la petición de dimisión de la consejera del Mar, Rosa Quintana. Todo ello pese a que sendas sentencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia avalaron el plan marisquero hace un año, desestimando las pretensiones de tumbarlo tanto por parte de los mejilloneros como del Ministerio de Transición Ecológica.

La protesta arrancó este jueves sobre las ocho de la mañana y, a esa hora temprana, para sorpresa de los manifestantes, varios coches de la Policía Nacional estaban ya flanqueando el edificio administrativo de la Xunta en Santiago. Con los ánimos tensionados por el inesperado recibimiento, el detonante de la carga policial fue una piedra que impactó contra el cristal de uno de los coches patrulla y que provocó que dos de los manifestantes fueran detenidos por desórdenes públicos y atentado contra la autoridad.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en A Coruña aseguran que participantes en la protesta ante la sede de la Xunta, que no fue comunicada, “intentaron acceder al edificio trepando por la verja”. Según la Subdelegación, esto motivó que agentes de la policía nacional intentasen impedírselo y, en respuesta, los manifestantes comenzaran a lanzar piedras y ramas contra los agentes y a incendiar contenedores.

La presencia policial ha sido justificada por las autoridades por el hecho de que anteriores concentraciones en la capital gallega han provocado situaciones caóticas de tráfico. Los agentes dispararon pelotas de goma cuando los manifestantes marcharon por las calles del casco viejo compostelano haciendo estallar petardos con destino a la comisaría de la ciudad, donde esperaba un amplio dispositivo de seguridad que ha cortado la calle Rodrigo de Padrón, informa Europa Press.

La intervención policial, que ha sido calificada de “desproporcionada” por el sector mejillonero, se ha saldado con siete heridos. Tres de ellos son agentes con lesiones de carácter leve y los otros cuatro son manifestantes que terminaron en el hospital. “La conselleira Rosa Quintana debe dimitir porque solo ha enfrentado a dos sectores y no pone ninguna solución al problema que mañana mismo quedaría resuelto si deroga el artículo 13 del decreto que regula la explotación marisquera”, han defendido fuentes del sector mejillonero.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha condenado “rotundamente los hechos” en un comunicado. El SUP ha trasladado su “total apoyo” a la actuación policial y ha confirmado que han sido detenidos “dos violentos manifestantes”. Además, la central ha anunciado que se personará como acusación particular en la denuncia que presentaran los agentes que han resultado heridos.

El delegado del Gobierno en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, ha rechazado hablar de “proporción o desproporción” en la actuación de la Policía Nacional durante la protesta. Besteiro incidió en que la concentración no fue comunicada y en que “este es un problema que compete a la Xunta”, en referencia al conflicto que enfrenta al sector de las bateas con percebeiros por la escasez de semilla en los acantilados para cultivar mejillón.

El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, ha instado al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, a relevar a la consejera de Mar y ponerse al frente de las negociaciones para solucionar el conflicto de la mejilla. Formoso acusa al titular de la Xunta y a Rosa Quintana de “generar un conflicto de forma artificial entre dos sectores que llevaban 60 años sin problemas”. Formoso ha subrayado que se trata de dos sectores estratégicos, que generan 3.000 puestos de trabajo directos y más de 10.000 indirectos: “Son miles de familias las que dependen de que haya un acuerdo que permita subsistir las dos actividades de forma cordial”.

Un conflicto para recuperar un monopolio

En septiembre de 2021, el Tribunal Superior de Galicia (TSXG) desestimó el recurso de las cinco principales asociaciones de mejilloneros contra el decreto de la Consejería del Mar que regula el régimen de conservación y explotación de los recursos marisqueros y de las algas. Los productores de mejillón demandaron su nulidad al entender que modifica el régimen de extracción de la semilla en roca, imprescindible para el cultivo del molusco, ya que en su artículo 13.1 establece que “los planes de gestión de percebe podrán reservar zonas para la extracción de semilla de mejillón”.

Pero la decisión de Mar de marcar zonas de exclusión para proteger el percebe, buscando el equilibro entre la supervivencia de esta especie y la extracción de mejilla, puso en pie de guerra a los mejilloneros, un sector económicamente mucho más potente. Hace un año, la tensión se hizo patente cuando un grupo de productores llegó a acorralar y zarandear violentamente en un acto oficial a Quintana al grito de “traidora”.

Para el sector mejillonero, el decreto acaba con lo que ellos mismos definen como “un monopolio”, y son críticos con que los percebeiros, bajo convenios con las cofradías, puedan también comercializar la semilla que luego se desarrolla en las cuerdas de las bateas durante un año como mínimo. Para la Xunta, sin embargo, la normativa pretende proteger todos los recursos marisqueros, en particular el percebe, haciendo posible la coexistencia de dos especies en el mismo espacio físico.

La impaciencia en el potente sector mejillonero en esta batalla por lo recursos marisqueros ha ido en aumento mientras espera respuestas de la Xunta para poner fin a una “fórmula legal” que consideran absolutamente perjudicial para sus intereses, dicen. La apertura de nuevas zonas de extracción parecía una solución salomónica, pero no lo ha sido para los mejilloneros que reclaman la derogación de la norma que va contra sus intereses comerciales y de supervivencia.

Mar esgrime que a los mejilloneros no se les arrebata un recurso porque se trata de un espacio de dominio público que debe explotarse como demanda la Unión Europea, aunque admite que al sector le cueste adaptarse a cambiar una forma de trabajar que se remonta a 1947. Quintana defiende el diálogo a tres bandas, entre ambos sectores y la Administración, y sostiene que Galicia es “ejemplo de gestión en Europa” y debe serlo “en el respeto medioambiental”.

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