La juez Pilar de Lara se estrena en Ponferrada con una guardia en Nochevieja
“Ha habido momentos de bastante amargura, pero también de mucha alegría, ilusión, trabajo y recompensa”, admite al hacer balance de su etapa de 14 años en Lugo
La juez Pilar de Lara, extitular del Juzgado de Instrucción 1 de Lugo, ha confirmado hoy a El País que mañana se incorporará al juzgado número ocho de Ponferrada una vez cumplida la sanción de siete meses y un día que le impuso el Consejo General del Poder Judicial, por supuestos retrasos en la instrucción de sus numerosas macrocausas. De Lara, hasta hace unos meses azote de la corrupción política y empresarial en la comunidad, ha confesado que “este año” le toca “tomar las uvas ahí”, en Ponferrada: “Estoy de guardia en nochevieja y año nuevo”. “Así que nunca mejor dicho: Año Nuevo, Vida Nueva”, ha bromeado la magistrada que dirigió en Galicia las operaciones Carioca, Pokémon, Manga o Cóndor.
De Lara ha expresado su “satisfacción” después de 14 años ejerciendo en el juzgado de instrucción número uno de Lugo. “He tenido aciertos, he tenido errores como todos los jueces que trabajamos, y echando la vista atrás ha habido momentos de bastante amargura, pero también ha habido momentos de mucha alegría, ilusión, de mucho trabajo, y de mucha recompensa también”, ha resumido su paso por Lugo. Pilar de Lara se quiere quedar con “una valoración positiva porque hasta de las experiencias negativas hay que sacar un aprendizaje y al final es con lo que me quedo. Y luego también con todo el cariño y muestras de afecto que he recibido de mucha gente”.
La ex juez de Instrucción 1 que llevó macrocausas como la Carioca, sobre redes de prostitución, la Pokemon, sobre corrupción política, o el Garañón, sobre corrupción urbanística en la ciudad de Lugo, está viendo cómo se le “tumban” algunos de estos procesos, algunos con el archivo de la causa o con peticiones de penas más bajas. Pilar de Lara lamenta no obstante que “la prensa únicamente saca las cosas que se tumban, pero no sacan las cosas que salen adelante o si sale algo sale como diluido”. “A todos los jueces nos tumban causas, nos revocan resoluciones. No es algo que pasa exclusivamente conmigo, pasa con muchos jueces y especialmente con las macrocausas”, asume.
“Si uno examina la prensa nacional se encontrará como numerosas macrocausas quizá por el batallón de abogados que llevan o porque son causas más difíciles de tramitar que se están dando para atrás por errores procesales”, comenta. “Es imposible que los jueces vayamos por libre porque detrás de cada decisión de un juez suele haber un informe del ministerio fiscal. Además las decisiones de los jueces a lo largo de toda la tramitación del procedimiento y dentro de esta configuración del proceso tan garantista que tenemos, que además tiene que ser así, como digo las resoluciones están siempre sometidas al control jurisdiccional de las instancias superiores”, justifica. Un juez “dicta una resolución, las partes la recurren, el ministerio fiscal la recurre, va a la Audiencia Provincial, y la audiencia la puede confirmar o revocar”, recuerda. “Son causas que la gente tiene que tener en cuenta que son muy complicadas de tramitar y están sometidas a un constante aluvión de escritos, recursos, y a veces las instancias políticas que tampoco apoyan con medios personales, ni medios materiales”, protesta finalmente.
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