La popular Carrasco vence en Castellón pero necesitará a Vox

Victoria de la candidata del PP, Begoña Carrasco, en las elecciones municipales de Castellón de la Plana. Con cerca de un 36% de los votos y 11 concejales, Carrasco podrá gobernar si cuenta con el apoyo de los cuatro regidores de Vox, que aumenta con fuerza su presencia en el Consistorio de la capital provincial (tenía un solo representante en la anterior legislatura) y multiplica por dos su porcentaje de votos (del 6,40% a más del 13%).

La ligera subida de Compromís, que no se traduce en ningún concejal más (seguirá con tres), no sirve de nada ante la fuerte bajada de la lista del PSOE encabezada por Amparo Marco, alcaldesa desde 2015. Los socialistas bajan de 10 a 9 concejales. En conjunto, la izquierda, que también pierde los dos que tenía Unides Podem, pasa de 15 a 12 concejales. La derecha hace el movimiento inverso. Los tres que pierde Ciudadanos, fuera del Consistorio con el 2% de votos y por detrás de Som Castelló, se compensan con tres más para Vox y cuatro para el PP.

Marco tomó la vara de mando en 2015, cuando el PSOE quedó segundo por detrás del PP y obtuvo seis concejales que fueron suficientes gracias al apoyo del resto de fuerzas progresistas. En 2019 amplió sus apoyos hasta convertirse en la lista más votada, pero este domingo ha perdido más de seis puntos de voto (del 34% al 28%) tras una campaña convulsa: la elaboración de listas para el 28-M provocó una división interna en la que tuvo que mediar Ximo Puig.

Begoña Carrasco tenía encomendada la misión de recuperar la alcaldía para los populares ocho años después de perderla. En campaña había dicho que, si no ganaba, daría un paso al lado. No será necesario al obtener una victoria inapelable: el PP obtiene cerca de 11.000 votos más que hace cuatro años y sube del 24% de votos al 35,89%. “Hemos ganado hasta en el Grao, para nosotros es muy buen resultado”, declaró Carrasco a los medios, a los que dejó clara su intención de encabezar el Ayuntamiento: “Vamos a gobernar para todos y [los castellonenses] no se van a arrepentir de haber apostado por este cambio”.

El cambio de tercio en la capital de La Plana Alta no se trasladó a la segunda mayor ciudad de la provincia, Vila-Real. José Benlloch (PSOE) estará en disposición de repetir por cuarta legislatura consecutiva como alcalde de la localidad. Con más del 39% de los votos y 11 concejales, pierde la mayoría absoluta (13 regidores) que obtuvo en 2019. Pero las sumas salen con Compromís, tercera fuerza con un 11,58% de los votos y tres concejales. En la derecha, el PP sube de cinco a ocho concejales y Vox lo hace de uno a tres. Tanto Ciudadanos como Unides Podem dejarán de tener representantes (en 2019 obtuvieron dos y uno, respectivamente).

Donde sí podrá gobernar la derecha es en Burriana, acabando con dos mandatos consecutivos de la socialista Maria Josep Safont. La lista del PP, encabezada por Jorge Monferrer, fue la más votada con ocho concejales, frente a los seis que tenía en 2019. Con los cuatro de Vox, que duplica sus representantes, superan la mayoría necesaria de 11 concejales para hacerse con la vara de mando. En la cuarta ciudad de la provincia, la Vall d’Uixó, ganó sin embargo el PSOE por una diferencia de menos de 400 votos que le valdrán nueve concejales, por los ocho del PP. La izquierda suma además dos regidores de Compromís y uno de EU-Podem. Vox obtiene un concejal.

En el conjunto de la provincia, el PP supera los 500 concejales, por menos de 400 del PSOE, lo que le permitirá recuperar el control de la Diputación.

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