Las dos campañas de Hana Jalloul
La ‘número dos’ de la candidatura del PSOE se vuelca la última semana de campaña con los colectivos migrantes
Un terremoto político con epicentro en la Plaza Roja de Vallecas sacudió el sábado 24 de abril la campaña de Madrid. Hana Jalloul, número dos de la candidatura del PSOE, 43 años, vecina de Leganés de madre aragonesa y de padre libanés, apremió en árabe a participar en las elecciones del 4-M. “¡Hazlo por Madrid. Porque Madrid es tuya, mía y de todos. Vota!”, animó desde el atril en el acto central del ecuador de la campaña ante la atenta mirada del candidato, Ángel Gabilondo, y Adriana Lastra, vicesecretaria general de los socialistas.
“Fue un antes y un después. En 2019 grabé varios audios llamando al voto en distintas lenguas y explicando cómo era el voto en las elecciones municipales, autonómicas y europeas. Pero esta fue la primera vez que se daba relevancia en un mitin en público a otros idiomas pensando en la población migrante que vive en Madrid”, celebra la exsecretaria de Estado de Migraciones, cuya proyección impulsa directamente Pedro Sánchez dentro de la renovación que tiene en mente para el PSOE de Madrid. Solo en la región residen más de 500.000 inmigrantes con la nacionalidad española. Una multitud que apenas vota.
Desde su presentación a finales de marzo, dos semanas después de la convocatoria de elecciones, Jalloul no ha parado de ganar relevancia. De desfilar detrás de Gabilondo por medio Madrid los primeros días de la larguísima campaña ha pasado a labrarse un perfil propio. En dos fases muy diferenciadas: la primera semana de campaña le valió para terminar de soltarse y curtirse en mítines y repartos de propaganda con pesos pesados del Gobierno como José Luis Ábalos, ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, y Miquel Iceta (Política Territorial). Los actos con colectivos migrantes, ya con agenda propia, han focalizado sus esfuerzos esta semana. Sin perder presencia como una de las teloneras principales de Gabilondo.
“¡Hola, buenos días, salam aleikum, bonjour, hello!”, saludaba Jalloul el viernes por la mañana a su llegada a una reunión de la Mesa por la Convivencia en Fuenlabrada. La elección no es casual: se trata de un proyecto reconocido por la UE por su labor para romper estereotipos y dar visibilidad a la interculturalidad en los espacios públicos. Su “objetivo supremo, por encima de la procedencia, es contribuir a construir una ciudad equitativa” cuenta su responsable, Mimoun Amrioui.
La expectación es enorme. Representantes de un crisol de culturas aguardan. Hay latinoamericanos, mujeres con velo, subsaharianos... Hasta el alcalde, Javier Ayala (PSOE), ha venido. “No importa la hora en que escribamos a Hana. Siempre contesta. Hace política a pie de calle, yo le he visto hacer política de la buena, de integración”, interviene desde el público Vladimir Paspuel, nacido en Ecuador y presidente de la asociación Rumiñahui. El miedo a que arraigue el discurso xenófobo de la ultraderecha acapara la charla.
“No habíamos sufrido el racismo como ahora, que tiene representación parlamentaria. Lo bueno es que está en vuestra mano detenerlo. El derecho al voto ha costado mucho conseguirlo, es intransferible, nos pertenece. Podéis cambiar el destino de Madrid”, expone Jalloul. Tres jóvenes de origen marroquí trasladan a la salida, alternando árabe y castellano, los mismos miedos. “El mensaje de odio preocupa muchísimo, es la antesala de los delitos de odio. Es muy peligroso porque ligan la migración con la migración irregular y con la delincuencia. Y es mentira. Hay que luchar contra ese estigma”, resume Jalloul, indignada por el cartel electoral del partido de Abascal contra los menores no acompañados.
Las elecciones no dan tregua y la siguiente cita es con la asociación de chinos en España. Mohammed Azahaf, coordinador de la sectorial de Participación y Diversidad del PSOE, se ha convertido los últimos días en la sombra de Jalloul. “Hana es un soplo de aire fresco, representa la realidad del siglo XXI en nuestro mundo. Queremos poner Madrid a la altura de otras comunidades cosmopolitas. Miremos a Londres, que tiene un alcalde de origen paquistaní, Sadiq Khan. O París, donde la alcaldesa es Anne Hidalgo, de origen español”, explica.
“Le pese a quien le pese, el día de mañana oiremos acentos diferentes en puestos muy importantes. El ascensor social funciona pese al color de la piel”, afirma Jalloul, mientras apura las horas. Sus jornadas son frenéticas. El miércoles por la mañana se reunió con abogados del turno de oficio y por la tarde se vio en Lavapiés con comerciantes y colectivos como la asociación Ibn Battuta —dirigida a inmigrantes mayoritariamente marroquíes—, la asociación Valiente Bangla —muy activa en la zona, formada por bangladesíes—, la asociación de senegaleses, la asociación de vecinos La Corrala... El día lo cerró con un debate con la organización Poder Migrante, que está haciendo una campaña para animar a los inmigrantes nacionalizados a votar el martes.
La visita del jueves a la parroquia de San Carlos Borromeo, que da cobijo a jóvenes y menores de origen extranjero no acompañados, le tocó la fibra más de lo que quiere reconocer. “A mí me han insultado en Twitter, me decían ‘vamos a repatriar a esta mora’. Pero hay muchísima más gente que cree en la democracia”, dice con los ojos chispeantes.
Más de medio millón de nacionalizados
Ecuador es el principal país de origen de ciudadanos nacionalizados españoles que residen en Madrid. Según los cálculos de Vladimir Paspuel, presidente de la asociación Rumiñahui, serían más 104.000 ciudadanos solo en la región. Los españoles de origen colombiano, y que por tanto podrían votar el 4-M, son unos 54.000, seguidos de cerca por los nacionalizados procedentes de Perú (47.000). Los españoles de origen marroquí que pueden participar en las urnas son alrededor de 38.000. “¡Salgamos, hagamos que nuestros amigos, familiares y vecinos voten el martes! A mí me duele como inmigrante, es tiempo de parar el fascismo. A mí me duele como inmigrante. La mejor manera de defender nuestros derechos es en las urnas”, instó el viernes.
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