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El PP busca ahora el choque con Vox para compensar la imagen de entrega de los pactos autonómicos

La cúpula celebra el previsible no de los ultras a la investidura de López Miras: “Nos viene bien para defender que no gobernamos a cualquier precio”

El presidente del Partido Popular y candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, en su aldea natal de Os Peares (Ourense), el jueves.Foto: Europa Press

El PP está encantado con el probable rechazo de Vox a la investidura del aspirante a la reelección como presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que se vota este viernes y el próximo lunes si no sale elegido en primera vuelta. La dirección popular defiende en privado que le beneficia una investidura fallida del candidato popular por la negativa de la extrema derecha, que insiste en pedir a cambio entrar en el Gobierno, y que además va a coincidir en el tiempo con el primer y único debate cara a cara entre el presidente y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Después de haber pactado con los ultras dos nuevos Ejecutivos autonómicos de coalición ―el de la Comunidad Valenciana y el de Extremadura―, el PP busca ahora aprovechar este choque para compensar su imagen de entrega a los de Santiago Abascal. “El rechazo de Vox a López Miras nos viene bien para defender que no gobernamos a cualquier precio”, transmiten en la cúpula del PP, conscientes de que ese ha sido uno de los principales problemas de los acuerdos que ya han alcanzado con los radicales en las comunidades autónomas.

Ni la dirección popular ni el PP de Murcia barajan en estos momentos otro escenario que no sea el de una investidura fallida de López Miras en primera y segunda vuelta por la negativa de Vox. Y ese escenario no incomoda en nada al partido. Al contrario, los populares no ocultan que pretenden utilizarlo ante las críticas que han recibido por entregarse a los ultras en Valencia y en Extremadura, incluso aunque en esta última comunidad fue el PSOE quien ganó las elecciones, por lo que Feijóo incumplió su tesis de dejar gobernar a la lista más votada.

La dirección nacional en la sede de la madrileña calle de Génova sostiene que no está manejando los hilos del choque con Vox en Murcia, y que es López Miras quien ha decidido plantarse y no meter a Vox en su Gobierno, pero reafirma su “absoluta confianza” en el candidato, ”que ha tenido un resultado muy bueno [el 44%], superior al de Juan Manuel Moreno, y, por tanto, merece que le dejen gobernar en solitario”. López Miras necesita la abstención de Vox porque está a solo dos escaños de la mayoría absoluta, pero los de Abascal reclaman un Gobierno conjunto con el argumento de que tienen un 18% del voto. El PP les ha ofrecido un pacto programático de 88 puntos y la presidencia de varias comisiones parlamentarias y, aunque han aceptado los puestos en la Asamblea, los radicales siguen instalados en el rechazo si no les dan entrada en el Ejecutivo regional, algo a lo que de momento López Miras se niega.

El candidato del PP murciano dedicó parte de su discurso de investidura el jueves a convencer a Vox de que lo dejen gobernar, aunque los populares no albergan esperanzas de que los ultras den su brazo a torcer. “Es momento de abandonar las posiciones maximalistas y los intereses partidistas”, instó López Miras a los de Abascal. “Investir a un presidente no es otorgarle un cheque en blanco”, argumentó. “No precisan de confianza ciega hacia mi persona. Ni la precisan ni se la reclamo”, dijo antes de quejarse de que se bloquea su investidura cuando nadie más tiene opciones de gobernar. Es López Miras quien ha tomado la decisión de plantarse y Génova no lo está presionando para que lo haga, según fuentes de su entorno, pero en la cúpula popular aplauden su estrategia porque a Feijóo le viene muy bien para encarar la campaña electoral.

El PP pretende utilizar este desencuentro para aparentar ahora una distancia con la extrema derecha, al menos temporal, hasta las elecciones del 23 de julio. Una vez falle su investidura, López Miras podría negociar de nuevo con los ultras después de las elecciones generales. Lo mismo ocurre con el otro pacto que queda pendiente, el de Aragón, que en el PP se reconoce que no tienen ninguna prisa en cerrarlo. La investidura de Jorge Azcón, que necesita la abstención de Vox, puede postergarse legalmente hasta el 23 de agosto. Y la llave de los tiempos la tiene la extrema derecha, porque los populares le han entregado la presidencia de la Asamblea regional. “Vox tiene dos opciones en Murcia: o vota con el PSOE o vota con el PP. Y si bloquea, explicaremos al votante de Vox lo que implica votarles”, advierten en Génova, donde quieren usar este choque en un doble sentido: para desgastar a los ultras y para rehuir el bloque con la extrema derecha.

“Tener más escaños que la izquierda”

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Sin embargo, la recién inaugurada distancia con Vox contrasta con el discurso que ha empezado a defender Feijóo esta semana, en el que por primera vez admite que gobernará con los ultras si necesita su voto a favor. “Mi límite para gobernar en solitario es tener más escaños que la izquierda. Donde necesitemos el sí de Vox, lo lógico es que Vox esté en el Gobierno; si no le tengo que pedir el sí, lo lógico es que no forme parte”, dijo Feijóo el lunes en una entrevista en el Programa de Ana Rosa, en Telecinco. El líder del PP reconoce que le preocupa estar sometido a un calvario negociador si deja a Vox fuera de su Ejecutivo a pesar de no tener la mayoría absoluta, así que ha admitido en los últimos días que si los ultras tienen una fuerza considerable en las urnas, gobernará con ellos en coalición. “Si no tengo votos suficientes y cada vez que vamos al Congreso de los Diputados, cada moción, cada interpelación, cada proyecto, es una discusión y un follón, como han sido estos cinco años, mi obligación será buscar la estabilidad en el Gobierno”, reflexionó el miércoles en OKdiario. “Yo estoy sometido a lo que me manden los españoles. Y si los españoles me obligan a tener que establecer un Gobierno con más que Partido Popular, lo haré”, remachó. Feijóo ha dejado claro, por tanto, que está abierto a cogobernar con Vox, pese a que ahora la intención sea escenificar una mayor distancia con los ultras.

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